La comunidad ya es la segunda de España en competitividad fiscal tras aprobar el nuevo paquete por el que se suprime el impuesto sobre el patrimonio
El presidente de la Junta Directiva, Juanma Moreno, ha aprovechado el impacto del anuncio de la supresión del impuesto sobre el patrimonio para instar a los empresarios catalanes a trasladarse a Andalucía. “A los empresarios catalanes les digo que su país está aquí”, dijo mientras asistía ayer al foro de Vocento celebrado en Sevilla. Para completar la invitación, ha recordado que en Cataluña hay impuestos sobre sucesiones, donaciones y sucesiones y en Andalucía no, y además «aquí nunca seremos independientes porque somos una parte orgullosa de España».
Moreno registró la supresión de este impuesto en la nueva fase de su reforma fiscal, que el Consejo de Gobierno del BCE aprobó en su reunión de ayer, e invitó a los empresarios a «venirse y quedarse con nosotros». Ha recordado que cuando se implantó este impuesto en Andalucía, «sólo se podía gravar durante un año», ya que la mayoría de los contribuyentes ya habían cambiado de lugar de residencia al año siguiente.
Ha recordado que ahora, con la puesta en marcha de la nueva reforma que entrará en vigor esta semana tras la publicación del decreto en el BOJA, Andalucía se convertirá en la segunda comunidad autónoma de España con menos presión fiscal, solo por detrás de Madrid. “En tres años y ocho meses hemos pasado de hacer cola a convertirnos en la segunda comunidad autónoma con menos presión fiscal”, pero ha destacado que no solo compite fiscalmente con el resto de comunidades españolas, sino también con los países vecinos Portugal y Marruecos, que introdujo políticas fiscales agresivas para atraer inversiones.
Aunque uno de los principales objetivos del nuevo paquete fiscal es atraer a las grandes empresas para que elijan Andalucía, el principal argumento es reducir el impacto de la inflación en las economías familiares. En efecto, el decreto ataca en tres direcciones -suspender el cañón de agua a partir del próximo año, desinflar la sección autonómica del IRPF y suprimir el impuesto sobre el patrimonio- y la que menos impacto tendrá en las cuentas públicas será la segunda. La suspensión del cañón de agua tendrá un impacto de 140 millones, deflación del IRPF de 124 millones (90 millones correspondientes a las rentas más bajas) y supresión del impuesto sobre el patrimonio de 95 millones. Si estas medidas se suman a las aprobadas en la anterior legislatura pero que entran en vigor este año, la reducción de la presión fiscal en Andalucía alcanzará un total de 900 millones de euros. Así lo aseguró la ministra de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España.
La relativa al cañón de agua es la única medida que no entrará en vigor de forma inmediata, pues se aplicará a partir de 2023. No afectará a la ejecución de las actuales infraestructuras hidráulicas, y gracias a él incluso se podrán licitar nuevas medidas sobre el resto de la recaudación de 551 millones generada durante las legislaturas previas a la llegada de Juanma Moreno a la presidencia de la Junta de Andalucía . En esos años, explicó España, las cantidades recaudadas por este concepto no se invertían, pues se recaudaban más de 700 millones y solo se exportaban unos 150 millones.
Las medidas fiscales que afectarán a un mayor número de contribuyentes, especialmente a los de rentas más bajas, serán las relacionadas con el IRPF, que incluirán la deflación de los primeros tramos del tipo impositivo autonómico y el aumento de las exenciones mínimas para el impuesto personal y familiar. El 82% de los contribuyentes andaluces tributan dentro de las tres primeras arcas del IRPF que se desinflan. La medida se aplica a partir de este ejercicio, que se aprovecha para aplicarla en la cuenta de resultados que se elaborará en 2023.
La deflación requiere un cambio en los tramos impositivos. Según la Junta Directiva, esto supone un incremento salarial que en ningún caso podrá compensar el fuerte repunte de la inflación, lo que implica una mayor tributación para el contribuyente. La medida también permite eximir de tributación la parte de la renta destinada a cubrir las necesidades básicas, que también es superior a la de años anteriores debido a la inflación.
Los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social sobre variaciones salariales de convenio sitúan la subida anual de agosto en el 2,6%. La Junta de Andalucía, teniendo en cuenta la actual espiral inflacionaria, ha elevado esta cifra hasta el 4,3%, porcentaje que, según la encuesta trimestral del INE, es coherente con el incremento anual de los costes salariales.
De esta forma, la medida consiste en un incremento del 4,3% en los primeros tramos del IRPF. Esto evita que el contribuyente se vea obligado a pagar impuestos en una clase impositiva más alta debido a un aumento de salarios relacionado con la inflación, lo que no significa un aumento real en el poder adquisitivo.
En este sentido, la deflación de los primeros tramos del IRPF tendrá dos consecuencias directas. Primero, que los contribuyentes de menores ingresos continúen pagando impuestos en el mismo tramo aunque aumenten sus salarios; y segundo, que todos aquellos contribuyentes que no vean aumentar su salario, independientemente de su nivel de ingresos, paguen impuestos a una tasa promedio efectiva más baja que antes.
Asimismo, los mínimos personales y familiares que no gravan el impuesto sobre la renta se incrementarán en la misma proporción (4,3%) que se incremente por inflación la parte de la renta destinada a satisfacer las necesidades básicas de los contribuyentes y sus familias. La Junta de Andalucía considera necesario aumentar estas cantidades mínimas libres de impuestos para no contribuir al empobrecimiento de la población.
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