La naturaleza emblemática de Extremadura, su espacio más protegido, es una decepción. 18 años después de su declaración como Reserva de la Biosfera y 14 desde que obtuvo el título de Parque Nacional, en los pueblos de Monfragüe vive menos gente y la economía no ha tenido el impulso de crecimiento que muchos daban por hecho. Los números dicen que el turismo no ha sido tan espantoso como se esperaba. En esencia, así lo afirman los profesores de la Universidad de Extremadura (UEx) Felipe Leco Berrocal y Ana Beatriz Mateos Rodríguez, en una encuesta publicada en el número 48 de ‘Cuadernos de turismo’, revista de investigación de la Universidad de Murcia . .
Los expertos llegan a esta conclusión tras comparar los datos socioeconómicos y demográficos actuales con los previos a la obtención de estas dos distinciones que se suponía potenciaban esta zona del norte de Extremadura que, eso sí, conserva su valor ambiental y sigue siendo un punto de referencia para la ornitología. a escala mundial. Según Leco y Mateos, «las halagadoras expectativas que la administración depositó en la declaración de Monfragüe, primero como Reserva de la Biosfera en 2003, y segundo como Parque Nacional en 2007, no han podido generar sinergias positivas ni a nivel demográfico ni socioeconómico». -nivel económico.Y ello, prosigue, “pese a las elevadas inversiones realizadas, muchas de las cuales están vinculadas a fondos europeos para la diversificación económica del medio rural (programas Leader y Proder) y gestionadas por grupos de acción local (GAL)”.
«El sector turístico muestra una capacidad muy limitada para vincular a la población con el territorio», afirma el estudio, que también cree que «el hecho de que la reserva de la biosfera comparta el territorio con el parque nacional puede ser negativo, ya que los intereses de la reserva acabará subordinada o subordinada a las del parque, vinculando así su desarrollo».
El testigo
“Más allá de este caso, se han hecho demasiadas apuestas de desarrollo basadas únicamente en el turismo rural”
FELIPE LECO BERROCAL
Catedrático de la Universidad de Extremadura
En cuanto al futuro, los dos profesores de la Facultad de Filosofía y Letras no son demasiado optimistas. “Las pretensiones iniciales de estas figuras de protección de la naturaleza (los títulos de Reserva de la Biosfera y Parque Nacional), que debían ser fijar población al territorio, generar empleo, reafirmar la identidad territorial, como bienes reales de desarrollo rural/local, hasta la fecha han no se han logrado y, como advierten los indicadores analizados, parece que no se lograrán ni siquiera en el corto y mediano plazo.
Los autores basan sus conclusiones en una batería de datos que ilustran la realidad social, económica y demográfica del territorio. Los obtuvieron de fuentes oficiales, principalmente del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Observatorio de Turismo de Extremadura y la Dirección General de Turismo de la Diputación, según se especifica en la publicación, cuyas líneas generales ha trazado Felipe Leco, doctor en geografía por la UEx, profesora de geografía humana, coordinadora del Máster en Desarrollo Rural y directora del Instituto de Investigación del Patrimonio de la UEx.
Comparación con la región
Suyo es el capítulo de discusión y resultados, detallando los datos que les hacen creer que el área protegida no era lo que esperaban. De hecho, en algunos lugares le fue peor que a la región en su conjunto.
La tasa de dependencia (porcentaje de personas mayores de 65 años, es decir, población no en edad de trabajar, respecto a los menores de 65 años en edad de trabajar) es del 50% en la comarca y del 57% en Monfragüe, considerando como tal el conjunto formado por sus 14 municipios .
Entre todos ellos alcanzaban los 12.267 habitantes a principios del año pasado, aunque más de un tercio de ellos residen en una única localidad, Malpartida de Plasencia. Además, hay seis municipios que no llegan a los quinientos habitantes y cinco que no llegan a los mil. Desde 1950 la zona ha perdido el 60% de su población. Y desde 2003 ha descendido un 4,2%, porcentaje inferior al registrado en toda la provincia (4,6 en el mismo periodo, que sube al 12% si se registran los municipios de más de cinco mil). Ahora bien, si se quita Malpartida del conjunto de municipios de Monfragüe, el retroceso demográfico desde que se convirtió en Reserva de la Biosfera supera el diez por ciento.
Leco y Berrocal, que imparten respectivamente Geografía Humana y Geografía Física, precisan además que el lugar tiene un grado de ruralidad (peso de la población residente en municipios de menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado) del 40%, frente al 7% de la comunidad. en su totalidad Que la evolución no ha sido la esperada queda claro incluso cuando se comprueba que el peso de la población mayor ha aumentado, ya que el índice de envejecimiento (población mayor de 64 años sobre población menor de 16) era del 11% en 2003 y hoy lo duplica.
grupos de acción local
Otros indicadores, como el índice de sobreenvejecimiento, el índice de reposición total de la edad activa o la renta media disponible, confirman que la situación actual es peor que la de 2003, detalla la investigación, que también aborda un tema que está por encima de las cifras. . Es “la desunión parcial y manifiesta de municipios del área de influencia socioeconómica, con localidades que no pertenecen a ese área pero están dentro del GAL Monfragüe (Ademe), y otras que pertenecen a ese área pero otros GAL están integrados (como Adicomt, Aprodervi o Arjabor).
Sin embargo, el estudio afirma que “cabe preguntarse cuál hubiera sido el panorama demográfico y económico de esta zona sin la promoción del turismo rural”. “Es fácil pensar que sería peor”, sugiere Leco, quien aclara que la investigación “no pretende ofrecer una visión negativa de la importancia del turismo y los espacios protegidos, sino únicamente comprobar que en el caso concreto de Monfragüe , el turismo rural ha sido una apuesta insuficiente.
Como reflexión general más allá de este caso concreto, el catedrático cree que “se han hecho demasiadas apuestas de desarrollo sobre la base del turismo rural”. “Han sido eficaces -concluye- donde había cierto peso histórico de este sector, pero no en otros lugares donde quizás convendría diversificar más las apuestas por el desarrollo económico de los territorios, para que no se limiten. al turismo».
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