Rocío Monasterio deja la política madrileña. Esta misma mañana dejará su acta de diputada, según ella misma acaba de anunciar en los pasillos de la Asamblea de Madrid. «A la vista de que no soy la persona de confianza del secretario general y del presidente del partido, me parece lógico y honesto entregar mi acta de diputada», ha confesado tras haber sido destituida este miércoles como presidenta de Vox en Madrid por Santiago Abascal.
Se marcha asegurando que sabe que el Comité Ejecutivo Nacional puede cesarla y nombrar a dedo a quien quiera según los últimos estatutos, pero dejando claro que esas reglas internas «dejan en el olvido la democracia interna» que ella y otros compañeros habían «venido a defender» al entrar en política hace una década.
Último pleno en la Asamblea
A las diez en punto de la mañana Monasterio tomaba la palabra, primero seria pero con un tono suave. Más pausado y menos duro que en ocasiones previas. Era la primera en intervenir en el pleno. Vivienda, con eso se ha enfrentado hoy a Isabel Díaz Ayuso en su debate semanal. Las empresas tecnológicas que se acercan a Madrid, ha apuntado, «han tenido que irse a Valencia porque aquí no hay vivienda», buscando equiparar la capital con lo que ya está ocurriendo en otros lugares como Ibiza o Málaga, en vísperas de una manifestación nacional por el problema de acceso a la misma.
Ayuso ha respondido fría, sin conceder ni un gesto a Vox o su todavía portavoz, como hace habitualmente desde que alcanzó la mayoría absoluta, pero también sin hacer sangre en la nueva situación de la hasta ahora líder de Vox en la región. Impasible, Monasterio ha optado hoy por lanzar consejos a Ayuso. Vox, venía a decir, tiene las soluciones para el problema de la vivienda y la culpa de que siga creciendo se la ha achacado esta mañana al PP por no aplicarlas y no tanto al Gobierno. Así, ha concluido diciéndole a su eterna rival lo que cree que debe hacer. Primero, «defender la propiedad privada», algo que ve incompatible con la nueva propuesta de vivienda del PP nacional. Segundo, «liberalizar el suelo», recordando que «hasta en tres ocasiones» su grupo parlamentario, con ella al frente, ha llevado una iniciativa con ese objetivo al pleno. Y por último, más «seguridad jurídica». Terminaba así su intervención con una sonrisa un tanto forzada entre los aplausos de los diputados de su formación.
Ayuso no ha entrado en la batalla interna de Vox, ha evitado toda mención a los cambios internos. Pero no ha dejado tampoco que Monasterio se vaya sin el mismo de siempre: «No da nunca una cifra bien». Y ha defendido que las políticas de vivienda puestas en marcha en la Comunidad de Madrid son las únicas que funcionan, frente a lo propuesto por el Gobierno, y que parte de la situación en la que nos encontramos, con falta de inmuebles, es responsabilidad del partido ultra. «Estamos experimentando un auge explosivo de la demografía, que está dificultando la oferta y la demanda. Con Sánchez se ha multiplicado un 232% el precio de la vivienda» ha justificado, pero ha lanzado esta acusación: «No se han construido viviendas, entre otros motivos, porque con ustedes se han paralizado los desarrollos urbanísticos en Madrid». Y ha rematado evidenciando la fuerza de Vox en Madrid: Ha hecho falta que «dejen de ser importantes» y decisivos para retomar estos proyectos y ponerlos en marcha.
Comments