«Mire a su alrededor y vea cuántos años tenemos en promedio»

Creado por el Ministerio de Salud 106 nuevos puestos para médicos generales en puestos difíciles de cubrir con la intención de incorporar médicos que acaban de finalizar su formación como médicos de familia. Él estaba equivocado. Esta convocatoria, pionera en España, realizada a través de un concurso de méritos sin oposición, dejó claro que hay muchos especialistas en paro peinando canas. “Date un paseo y mira nuestra edad promedio”, dice Maribel Feijoo mientras espera su turno en la asignación de lugares que se realizó este jueves en el Ministerio de Salud en Santiago. Lleva 33 años en el Sergas y se ha enfrentado a múltiples adversarios. Pero como siempre pasaba sin sitio, optó por uno de estos puestos. Hace tres años dejó las urgencias del hospital por atención primaria porque «a los 61 años me resulta insoportable la presión de la atención en urgencias». En los centros de salud hay mucho trabajo, «pero está controlado, organizado», en comparación con las emergencias, donde ese trabajo es «mucho más agresivo, desorganizado, a destajo, con gente muy enferma». Los nuevos puestos implican un promedio de dos guardias por mes en los lugares de atención permanente, tarea que no molesta a Maribel: «Después de trabajar en urgencias, cada destino es un spa».

Después de la primera ronda de decisión De las 106 plazas, se cubrieron 91, por lo que hay un segundo plazo en unos quince días.. Y sucede que algunos de los médicos que fueron convocados no se presentaron, y otros sabían que elegirían uno de esos puestos siempre que fuera cerca de donde viven. Es el caso de Manuel Iglesias, de 49 años, que está haciendo prácticas en el centro de salud de As Pontes. Ha estado trabajando como especialista desde 2009 y durante mucho tiempo ha considerado si le gustaría participar en la competencia. «Muchos como yo -dice- estamos aquí para votar sin tener claro qué vamos a votar o si lo vamos a hacer. Porque si tiene sitio en la zona de Ferrol o A Coruña lo consigue, se lo lleva, y si no, “me tomo un café tan contento como vine”, dice.

Lo mismo le ocurre a Cristina Caso, que es médica de familia desde hace 25 años pero trabaja en el Sergas desde hace seis: «Tengo trabajo como médica de prisiones y no cuentan los años que llevo trabajando». Así que no sabe si finalmente elegirá una de las vacantes, «porque si ella no está y me permite equilibrar mi vida, no la elegiré». Las ventajas de esta convocatoria son evidentes, al tener un lugar fijo; Las desventajas, los dos turnos obligatorios al mes y un sistema de turnos localizados “no muy claros”.