Masacre navideña en Villafranca de los Barros

La Navidad de 1876 no se celebró en Villafranca de los Barros. Los vecinos, a caballo ya pie, se han dedicado a la búsqueda de un asesino múltiple entre las casas y terrenos de la zona. En la tarde de Nochebuena, un empleado de la panadería, por motivos que se desconocen, tomó un hacha y provocó una masacre en la panadería del pueblo.

Era el 24 de diciembre de 1876. Cuentan las crónicas de la época que el dueño de la panadería estaba en la plaza del pueblo vendiendo su pan. Mientras tanto, en la panadería, su mujer atendía a los clientes y gestionaba los hornos ‘el maestro pala’ junto a un chico de unos 14 años que le ayudaba. El menor se encargaba de ir a buscar agua cuando hacía falta.

Shoveler RF era nuevo en la ciudad. De hecho, acababa de salir de prisión por asesinato, aunque se desconoce por qué fue puesto en libertad o cumplió una condena menor.

En algún momento de la mañana, el exrecluso tomó un hacha y agredió a la mujer y al niño con el que trabajaba. Cuando se estaba quedando sin sus víctimas, una joven del pueblo, también embarazada, tuvo la desgracia de entrar en la panadería. El asesino no lo dudó y también la golpeó con su hacha. No hubo testigos del enfrentamiento, por lo que nunca se supo qué desencadenó la masacre.

Pasaron varias horas antes de que otro vecino se acercara a la panadería y descubriera los tres cuerpos. El asesino había huido y la escena que había dejado atrás no se olvidaba desde hacía años en Villafranca de los Barros. RF no solo mató a tres personas, se enojó con los cuerpos, los destruyó. “Era imposible reconocer a las víctimas excepto por la ropa que vestían. Cabezas divididas por innumerables hachazos, cuerpos desfigurados, los horrores del espectáculo ponen necesariamente miedo en el corazón y sólo indignación en el espíritu”, informa ‘La Crónica’, diario de Badajoz.

Caza

“A la velocidad del rayo la noticia corrió entre la población, e inmediatamente una numerosa multitud ocupó el lugar de la catástrofe donde las autoridades se presentaron desde el primer momento, y el juzgado municipal comenzó a instruir las diligencias correspondientes”, publicó ‘Diario de Córdoba’ . No fue el único de otra región en encubrir la masacre, que afectó principalmente a los españoles ya que se produjo en Navidad.

Tras el hallazgo de los cadáveres, los agentes de la Guardia Civil iniciaron la persecución del autor. Los diarios también indicaron que muchos vecinos de Villafranca de los Barros se sumaron a la búsqueda, indignados por lo ocurrido. De hecho, en un diario indicaron que RF se había ido del país porque temía que los pobladores lo atacaran en venganza.

El diario «El Constitucional» ha llegado a apodar al delincuente como «La Bestia Humana» debido a la brutalidad de los hechos. La mayoría de los periódicos también asumieron que se trataba de un homicidio cuádruple, ya que la mujer embarazada estaba a punto de dar a luz.

La búsqueda del asesino fue intensa. Algunos diarios, de hecho, también han criticado los abusos de las autoridades y vecinos que entraban en las casas del pueblo para registrarlas sin consultar a los propietarios. El clima estaba tenso.

“Todo el barrio, con sus autoridades de primera línea y la fuerza de la Guardia Civil, hizo maravillas de celo en la búsqueda del asesino. No había lugar donde no lo quisieran, ningún rincón donde no lo persiguieran. Cientos de vecinos, a pie ya caballo, acabaron realizando un allanamiento general, sin que éste hubiera dado más resultados que los descuidados registros domiciliarios. Todos ellos pasaron con celo el cumplimiento de su deber y todos contribuyeron a la expiación de la justicia sin que, lamentablemente, se encontrara al acusado. Supo explotar las primeras horas en las que se desconocía el crimen por su fuga».

Finalmente, al día siguiente, en la tarde de Navidad, el responsable fue detenido. RF se movió a pocos kilómetros de Villafranca. Se refugió en Aceuchal porque allí vivía su esposa, de quien había sido separado. De hecho, vivía con otro hombre, un zapatero, pero su pareja no estaba en casa cuando apareció el asesino.

RF le pidió a su esposa que le preparara sopa porque «se desmayó» de hambre. “Que, no se sabe si por terror o por compasión, obedeció”, publicó la prensa. Sin comer, el hombre tomó un cuchillo y atacó al que acababa de preparar su comida.

Salió de la casa dejándola por muerta, pero pudo recuperarse de sus heridas. Los diarios también destacaron que RF ha sufrido cortes, no se sabe si en el enfrentamiento con su esposa o si se los infligió él mismo. Sea como fuere, cuando las autoridades lo encontraron, pensaron que se estaba muriendo. De hecho, le hicieron administrar los Santos Sacramentos. Sin embargo, también se recuperó.

Villafranca quedó conmocionado por estos hechos. “La conducción al cementerio de los tres cadáveres de tan horrendo crimen tuvo lugar en la tarde del día 25. Se recogieron los tres féretros, y la masa del pueblo, sin distinción de clase o persona, los siguió con religioso respeto, entonces protestar por un evento tan feroz es horrible».

conmocionado

Más de 900 personas asistieron al funeral, e incluso la prensa escribió artículos pidiendo que la justicia sea ejemplar. Criticaron que las prisiones no fueran duras, sino lugares de recreo para los presos o «universidades del crimen».

Sin embargo, nunca hubo un juicio. El autor de la masacre está muerto. Se suicidó poco después de ser arrestado por las autoridades. Se cree que los cortes con los que fue hallado en Aceuchal pudieron ser del primer intento. Nunca fue juzgado ni explicado por qué convirtió la Navidad de 1876 en una historia de terror que se extendió por toda España.