El sector del transporte sanitario ha vinculado durante mucho tiempo una disputa con otra. El roce entre los trabajadores y la empresa ha sido continuo durante la última década y el servicio ahora opera de manera provisional a través de una unión temporal de empresas (Ambucoex) tras la precipitada jubilación de Tenorio, el último ganador. Apenas tres meses después del establecimiento de un nuevo marco para su funcionamiento, ayer surgió una nueva denuncia que se materializó con una protesta en Mérida, esta vez por el tipo de ambulancias que prevén las nuevas especificaciones para la prestación de este servicio de salud en algunas zonas rurales. .
Hay ambulancias asistenciales y no asistenciales con diferente número y personal. En el primer caso, el conductor y su asistente debieron estudiar Formación Profesional durante dos años y realizar prácticas; en el segundo, un curso Sexpe de seis meses. Un paciente con ictus o infarto, traslado pediátrico o psiquiátrico requiere ambulancias de soporte vital básico, enmarcadas en el grupo asistencial, que son las que el Servicio Extremadura de Salud (SES) quiere reducir en su flota móvil y compensarlas con tipo A1 ambulancias, que no son médicas sino más convencionales. Estos se utilizan para transferencias que no son urgentes, como una lesión en el tobillo o un transporte programado, que implica llevar a los pacientes de visita.
El hecho de que el nuevo pliego de condiciones para la adjudicación del servicio de ambulancia en la región elimine seis ambulancias de asistencia no compensa el aumento de las otras tipo A1, según criticó la Plataforma de Técnicos de Emergencias Sanitarias afectados por recortes, que ayer demostró en Mérida, donde también se quejaron de que trabajan más horas de las que exige la ley. Actualmente, explica José Miguel Rubio, portavoz de esta plataforma, trabajan 24 horas y 48 horas gratis cuando deberían trabajar 72 horas.
El PP se suma a las quejas
La portavoz del Grupo Parlamentario Popular (GPP), Cristina Teniente, pidió ayer a la Diputación de Extremadura que retire las prescripciones técnicas del servicio de transporte terrestre sanitario porque no se trata solo de un «abuso que pisotea los derechos de los trabajadores», sino que también desmantela servicios básicos en el medio rural.
El ministro de Salud, José María Vergeles, defendió en Asamblea la semana pasada que la nueva especificación incluye 417 vehículos cuando antes Tenorio Ambulancias prestaba servicio con 392.
Según José Miguel Rubio, portavoz de esta plataforma anti-cortes, existen 22 ambulancias de Soporte Vital Básico, entre 10 y 12 Soporte Vital Avanzado y más de 90 del tipo A1. Son seis las ambulancias de Soporte Vital Básico que se recogerían, destacando las de Valencia de Alcántara, Hoyos, Cabezuela del Valle y Castañar de Ibor en la provincia de Cáceres, y de Villanueva del Fresno y Fregenal de la Sierra en Badajoz.
Según el SES, solo hay cinco localidades (no afectaría a Valencia de Alcántara) y ayer explicó que «(las ambulancias de Soporte Vital Básico) se convierten en ambulancias A1 porque tienen una salida cada dos días y a veces una cada 4 días y, si el 112 lo estima, pueden completar su plantilla con dos técnicos ».
Rubio responde que algunas de las empresas de Soporte Vital Básico tienen más de 300 salidas al año «y las mismas que se han eliminado son de zonas rurales, por lo que habrá doble reacción y tiempos de traslado».
Como se sabe, las especificaciones de este servicio son de 154 millones de euros, 15 millones más que en 2017, defiende el SES, que también destaca que no es tanto la oferta económica lo que prima sino la calidad de los recursos que ofrecen las empresas.
A principios de octubre se abren los sobres con las ofertas y se espera que en enero entre en funcionamiento la nueva empresa que se ocupa de las ambulancias públicas de la región. Sería por un período de cuatro años más dos si todo va bien, es decir, hasta 2028 a más tardar.
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