Julio y septiembre son los meses clave. Marcan respectivamente el final y el inicio del curso escolar y ello condiciona un mayor movimiento en el mercado de alquiler de viviendas. No solo los estudiantes universitarios abandonan los apartamentos, también hay profesores de escuelas e institutos o establecimientos de salud que finalizan o inician su estancia en una determinada ciudad.
Por ello, los expertos creen que el verano es la mejor época para buscar viviendas de alquiler. Aunque esto no garantiza que se encontrarán. La oferta es más escasa que la demanda, lo que complica el proceso y los inquilinos lamentan que el stock de inmuebles en alquiler sea muy antiguo y, en general, con un mobiliario muy sencillo.
La expectativa es que el repunte del sector de la construcción durante el último año y la promoción de nuevos conjuntos habitacionales que ya es evidente en Extremadura contribuyan en un futuro próximo a tener más pisos en alquiler y de mayor calidad.
«Todo lo que encontré para vivir solo fue alrededor de 500 euros»
celia merino
MIR en Badajoz
La escasez actual ha hecho subir los precios. Más en Badajoz que en Cáceres. Así lo confirma el INE (Instituto Nacional de Estadística), que en sus últimos datos del IPC muestra que los alquileres han aumentado 0,7 puntos en Badajoz y 0,3 puntos en Cáceres este año.
En el acumulado desde principios de 2018, el INE concede un incremento de más de tres puntos en los precios en Badajoz y solo tres décimas en Cáceres. En el mismo período, la subida a nivel nacional se acercó a los 4,5 puntos. «En los dos últimos años los alquileres han aumentado entre un 15% y un 20% en la ciudad de Badajoz», explica Adolfo del Molino, presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Badajoz, en referencia tanto a los apartamentos de dos habitaciones como a los de dos habitaciones. así como los pisos superiores. “Los alquileres en Badajoz son caros”, reconoce este experto del sector.
«Las rentas que piden son altísimas para los sueldos en Extremadura»
Gloria de Cabo
Arrendatario en Badajoz
“Vivimos en cuatro personas y la casa tiene lo básico; pagamos 120 euros cada uno »
Raúl Hidalgo
Estudiante en Badajoz
Por el contrario, los precios se han movido muy poco en Cáceres. “Con el descenso que se ha producido por la pandemia, el resultado final es que los alquileres de los inmuebles de alquiler se han estancado desde 2018”, advierte Francisco Marroquín, presidente de la inmobiliaria Cáceres.
No es la percepción que tienen los inquilinos de la capital Cáceres de que el precio de los pisos de alquiler esté aumentando. «Es el más caro de todos en los que he estado en los siete años que llevo en Cáceres», dice Lucía Martín, de 23 años y que comparte casa con otros dos compañeros. Pagan 140 euros al mes cada uno.
Pero más allá de los precios, los estudiantes universitarios descubren que los propietarios invierten muy poco en los apartamentos que ofrecen. 120 euros le costaron a Raúl Hidalgo una habitación en la zona de Valdepasillas de Badajoz. “La casa vive en cuatro y tiene lo básico, pero hay otras mejores que pueden costar 160 euros por inquilino”, comenta este universitario de 21 años.
Es cierto que los pisos de estudiantes tienen características especiales. Lo más común es que estén amueblados, pero que el mobiliario sea de menor calidad, porque tienen una alta rotación de personas. Tanto Raúl como Lucía pasaron por diversas propiedades durante sus años universitarios.
También amuebladas, pero con mejores prestaciones, son las viviendas que buscan los profesionales que saben que pasarán algún tiempo en una ciudad, pero que no están seguros de que su futuro esté ahí. En estos casos, quienes optan por no compartir la casa se enfrentan a gastos mucho más elevados.
Celia Merino, que llegó a Badajoz hace unas semanas y está haciendo Ginecología MIR, paga 425 euros al mes. «Es un departamento viejo y los muebles también son viejos, y no hay aire acondicionado», dijo este médico, que buscó alojamiento cerca del hospital maternoinfantil.
No tenía mucho para elegir. «Busqué en Internet y encontré alrededor de 500 euros», recuerda. Al final, la posibilidad de tener un garaje acabó decidiendo su decisión. En tu caso, también consideras residir en esa dirección como algo temporal.
Familias
Un grupo diferente está formado por parejas jóvenes y familias con niños, que buscan casas en las que permanecer durante periodos más prolongados. Este tipo de casas se ofrecen amuebladas o sin amueblar.
La ubicación, el tamaño y la calidad de las propiedades marcan la diferencia de precio. Dentro de las grandes ciudades extremeñas, Badajoz es más cara que Cáceres, Mérida y Plasencia. Estos tres últimos se mueven en cifras muy similares y en la misma línea de ciudades que Zafra, donde ha crecido la demanda y han subido los precios, o Don Benito y Villanueva de la Serena.
Carmen Martínez (32) vive en la capital de Bada con su pareja. Pagan 600 euros por una casa de tres habitaciones. «Es una ganga, no es normal», agrega esta joven, que prefirió una casa sin amueblar pero bien renovada. Lo encontró en muy buena posición – «al lado de la cancha inglesa», señala – y ahora no tiene planes de moverse de allí. «Estuvimos un año y lo que vimos que nos gustó superó los 800 euros, incluso pidieron 900», declara.
No es de extrañar, los pisos de dos y tres habitaciones -las casas más habituales- se encuentran en Badajoz a un precio que oscila, de media, entre los 550 y los 600 euros mensuales, según las inmobiliarias. Pero las hay mucho más caras. En Cáceres cuestan de media unos 500 euros.
“Son rentas altas para sueldos en Extremadura”, considera Gloria de Cabo (29), que vive con su pareja en el barrio de San Roque de Badajoz. Su situación es particular, porque vive en la casa de un conocido y tiene un alquiler muy por debajo de lo que marca el mercado del pueblo.
La regla del 30%
Los expertos en finanzas familiares siempre hablan de la regla del 30%; es decir, que el costo de la casa, tanto el alquiler como el pago de la hipoteca, no supere un tercio de los ingresos mensuales de una persona o una familia.
Los bajos salarios de Extremadura no facilitan la emancipación de los jóvenes, por lo que la ayuda al alquiler incluida en la factura de la casa es bienvenida a los menores de 35 años. Aunque algunos de ellos también creen que se puede suponer que los propietarios aprovechan esto para intentar subir los precios.
De la misma opinión son los agentes del sector inmobiliario, que no dejan de ver que esta medida podría acabar beneficiando a los inquilinos.
Para los inquilinos no sería nuevo; Han sentido ese aumento durante mucho tiempo. “Me parece que los precios son desorbitados en comparación con otras épocas en las que he buscado piso y he vivido mucho en alquiler”, dice Carmen de la Calle, quien reside en alquiler en Cáceres.
Nuevamente, el mal estado de las propiedades es la principal queja de los inquilinos que buscan estos apartamentos algo más grandes. “La mayoría son muy viejos e inadecuados”, comenta Raquel Durán, que ha decidido alejarse del centro de Badajoz y alquilar una vivienda unifamiliar. Necesitaba un apartamento grande – hay seis en la casa – y por un precio similar al de una casa vieja en el centro alquiló una casa con mucho más espacio y espacio al aire libre. “Lo peor que encontramos es la calidad, como todo se alquila, no se atienden”, apunta de su investigación.
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