En las calles de Villar de Rena (500 vecinos), 34 figuras de personas y 65 de animales, hechas de pulpa de papel y de tamaño natural, parecen reales. Soldados romanos, judíos, artesanos, caballos, camellos … forman parte del belén artístico ‘La Nacencia’, ampliado este año. En Azuaga (7.740 habitantes) se recupera su Belén Viviente el domingo 19 tras su suspensión en 2020. Lo mismo ocurre en La Bazana (400 habitantes, distrito de Jerez de los Caballeros), que una semana después acogerá su recreación navideña. 26.
Los belenes vivientes de Azuaga (catorce ediciones) y La Bazana (diecinueve años) y el de Villar de Rena, similares por su autenticidad (los rostros de las figuras humanas son los de los vecinos), demuestran en esta Navidad extremeña que es una cierta normalidad. Este no fue el caso de otro de los belenes vivientes más conocidos de la comarca, el de Montemolín. Cuando se representó en una mansión del siglo XVIII, se eligió no conservarlo. Por segundo año consecutivo. “No podemos correr riesgos en un espacio cerrado donde se reuniría mucha gente”, dice el alcalde, Juan Elías Megías.
Al aire libre, expuesta las 24 horas del día, del 3 al 9 de enero pasado, en Villar de Rena (Vegas Altas del Guadiana), ‘La Nacencia’ es un ejemplo de la implicación de un pequeño pueblo. En línea recta tiene una longitud de 500 metros. Ocupa cuatro calles (Iglesia, Real, Virgen de Guadalupe y Carretera de Campolugar) y Plaza de España.
Se celebra desde hace cinco años. La idea surgió de Alfonso González, quien falleció hace un año y fue nombrado hijo adoptivo póstumo. «El año pasado decidimos seguir con la cuna pero en un tamaño reducido. En un parque, con pasillo único de entrada y salida y mostrador de personas (a las 10 de la mañana no se dejaba pasar a nadie más) ”, dice el alcalde de Villariego, Nereo Ramírez.
En esta ocasión se distribuye por todo el municipio con varias figuras, fabricadas con pasta de papel y cubiertas con caucho transparente. «Es un esfuerzo tremendo, la implicación absoluta de la gente», subraya Ramírez. Cada figura humana es una copia de una persona local.
En esta ocasión se le dio un toque más extremógeno y en defensa de las personas con síndrome de Down o de la comunidad LGTBI colocando vínculos con colores simbólicos en diversas esculturas.
Mientras tanto, en la región sureste, Azuaga (campiña sur), completa los preparativos para su comerciante Belén Viviente. Llegará el domingo 19 en su decimocuarta edición. La recreación se podrá visitar a partir de las cuatro de la tarde y estará ubicada en Plaza del Cristo, calle Muñoz Crespo, Plaza de la Merced y calle Llana. El uso de máscaras será obligatorio para el público.
Está organizado por la Municipalidad de Azuagueño. Más de cien personas se movilizan. El Museo Etnográfico de Azuaga exhibe gran parte de sus fondos para la recreación.
Belén artístico ‘La Nacencia’, en las calles de Villar de Rena hasta el próximo 9 de enero. /
El labrador y el yo sacramental
En el suroeste extremeño, en La Bazana, la obra de la Asociación Cultural ‘el Labrador’ es el motor de su reconocido belén viviente, ahora en su decimonovena edición. El año pasado no pudo representarse a sí mismo debido a la pandemia. Esta vez no hubo dudas en el barrio de Jerez. “Se ha consultado a los miembros de la asociación y al pueblo y la respuesta ha sido masiva: sí, volver a representarla”, dice su presidente, Rafael Barrena.
Cerca de 200 personas hacen posible una puesta en escena brillante. Este año tendrá lugar el domingo 26, a partir de las 17:30 de la tarde. Y durará hasta las ocho y media.
Finalmente, Galisteo (900 habitantes, comunidad Valle del Alagón) conserva el antiguo carro sacramental que representa a la Cofradía del Niño Dios la tarde del día de Navidad. La Fiesta de Las Rajas o yo sacramental es una de las tradiciones más antiguas de Extremadura. Data del siglo XVII.
El año pasado no se celebró en el municipio de Cáceres. Este no fue el caso desde la ocupación francesa en la Guerra de la Independencia (1808-1811).
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