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– ¿Por qué Portugal está ahora más decidido a subirse al tren de alta velocidad con Galicia que con Madrid?
—Es una decisión del gobierno que nos dejó muy satisfechos a los norteños. Es una propuesta nueva pero natural porque aquí está el metabolismo de una relación histórica, el intercambio, el continuum de un espacio que necesita ser fortalecido. La alta velocidad Porto-Vigo tendrá un impacto estratégico brutal. Confiamos en que se cumplirán los plazos y que funcionará hasta 2027 entre Braga y Vigo y 2030 hasta Oporto. El día que cojas el AVE en Vigo y llegues a Oporto en 35 o 40 minutos, será una auténtica Eurorregión. Cambiará todo y hará que este espacio sea aún más permanente y, por lo tanto, necesitará un desarrollo aún más global.
—Hoy son 4 horas y 22 minutos entre A Coruña y Oporto.
-No. Puede haber un buen uso turístico, pero no efectivo.
—Un estudio realizado por empresarios muestra que ya se están trasladando más empresas de A Coruña al norte de Portugal que de Pontevedra.
—La importancia de Inditex es vital para la industria textil nórdica, que sigue fuerte.
—¿Cómo se reduce la sensación de competencia entre las dos zonas?
—Tenemos que conseguir una dimensión corporativa que nos permita avanzar juntos, por ejemplo en la industria de la automoción autónoma, porque en otras partes de Europa sus empresas y componentes están estrechamente vinculados al motor de combustión interna.
¿Existe una masa crítica sobre la que se pueda construir esta opción?
—Nuestra Eurorregión de Galicia está ligada principalmente a la construcción del vehículo, con el exterior y el interior, y del lado portugués hay grandes empresas como Bosch en Braga, otras con sensores, ruedas … esta Eurorregión tiene todo para ser un región del automóvil del futuro, el automóvil de postcombustión y la movilidad.
– Se avanza en este camino, pero no sin una feroz competencia para las empresas de ambos lados de la frontera, incluidas las denuncias de violación de las normas europeas en la provisión de suelo industrial por parte de los alcaldes portugueses.
—También existe una competencia entre los municipios del norte de Portugal. Pero entiendo que las cuestiones de la competencia heterodoxa entre Galicia y el norte de Portugal ya no importarán. Por otro lado, creo que debido a la competencia con el resto de Europa por el talento humano, por los especialistas en tecnologías de la información, en telecomunicaciones, en 5G, tendremos dificultades con el volumen de datos. En esta competición debemos centrarnos y hacer de la Eurorregión un lugar muy atractivo. Será una competencia no por terreno, sino por talento.
– ¿Qué debe hacer la ley de cercanías transfronterizos que están preparando los dos gobiernos, para que no se repitan los problemas que surgieron cuando la frontera fue cerrada por el Covid?
– Lo que debe garantizar esta ley es que lo que pasó no volverá a pasar. No podemos volver a la gente que vive o trabaja al otro lado de la frontera sin poder ir por ese camino porque hay una línea administrativa que no existe para nuestros pueblos y que gallegos y norteños abolieron hace tiempo. Este cierre fue dramático. El mínimo es asegurar que la movilidad no se vea comprometida cuando las personas puedan desplazarse tanto en Galicia como en Portugal.
«¿Es posible que compartan servicios de salud?»
«Tienes que utilizar los servicios comunes». Si alguien está más cerca del servicio de salud en el otro país, debería poder utilizarlo. Sin embargo, esto debe verse en una doble dimensión, lo que es muy ventajoso tanto para el empleado como para el sector público y, por lo tanto, podría permitir un uso más económico de los recursos. No necesitamos los mismos servicios en los lados de la frontera. Tenemos mucha capacidad para agilizar los servicios sin incurrir en costos adicionales. Sería más conveniente para el usuario y permitiría lograr más calidad con menos inversión.
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