La promotora de Marina Isla Valdecañas no recurrirá la sentencia del Tribunal Supremo que ordena el derribo total del conjunto residencial y de recreo en lugar del derribo parcial ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura hace dos años, cuando decidió derribar únicamente lo que quedó inacabado y respetar lo construido y en uso (185 viviendas, un hotel de cuatro estrellas, diez pistas de pádel, cinco de tenis, dos campos de fútbol, una playa artificial y un puerto deportivo con 75 amarres, entre otras estructuras). Por el contrario, la Junta de Extremadura seguirá con el procedimiento, confirmando que recurrirá ante el Tribunal Constitucional. Antes de hacerlo, eso sí, acudirá al mismo Tribunal de Casación, tal y como establecen los tiempos procesales. Lo hará para solicitar la nulidad de las actuaciones, instancia que deberá ser resuelta por la misma Sala de lo Contencioso-Administrativo que ordenó el derribo total del balneario, reduciendo así las posibilidades de éxito.
La Junta de Extremadura prepara ahora esta acusación ante el Tribunal Supremo y tiene hasta el 15 de marzo para presentarla. La administración no aclara qué razones dará para pedir la cancelación, pero cabe recordar que otros sujetos afectados por la orden de derribo total ya en su momento mencionaron la posibilidad de que dos magistrados de la Sala que dictaron esta sentencia hubieran incurrido en alguna tipo de incompatibilidad que podría dar lugar a la cancelación. La razón fue que ya habían intervenido en el juicio en instancias anteriores.
En concreto, se citó al magistrado extremeño Wenceslao Olea Godoy y su colega Inés Huerta Garicano. El primero formó parte del TSJ de Extremadura que en 2011 declaró ilegal el PIR (Proyecto de Interés Regional) que permitió la construcción del balneario. Y el segundo fue en la sala que estudió y decidió acogerse al recurso de Ecologistas en Acción que dio lugar a la sentencia que ordenaba el derribo total. Varias fuentes judiciales creen que es poco probable que el asunto prospere, en el caso de que fuera ella quien pidiera su nulidad. Argumentan que tanto Olea como Huerta decidieron en su momento sobre cuestiones procesales distintas al derribo.
posibles argumentos
En todo caso, la administración extremeña solicitará dicha cancelación previo recurso ante el Tribunal Constitucional. Pilar Blanco-Morales, vicepresidenta primera del consejo regional, ya ha declarado tras haber conocido el contenido de la sentencia del Tribunal Supremo, que el Colegio recurrirá para intentar evitar el derribo total del complejo. Entre los argumentos que la Vicepresidenta citó como posible línea de defensa, citó el razonamiento de que si la prioridad es hacer lo menos dañino para el medio ambiente, demoler todo no es la mejor opción, ya que generaría más daño que la destrucción parcial. demolición, señaló Blanco-Morales.
Este recurso del Colegio da continuidad al procedimiento judicial iniciado hace 15 años y que parecía tocar a su fin con la sentencia del TSJ Extremadura de febrero de 2020 que ordenaba su derribo parcial por “imposibilidad no jurídica pero material parcial”. demoler todo lo construido para devolver el terreno al estado que tenía antes de la construcción del complejo, cuyas obras comenzaron en 2007 y cuyas primeras viviendas se entregaron en 2011. Ahora habrá que esperar a que la Corte de Casación pronuncie la solicitud de cancelación y luego el posible recurso ante el Tribunal Constitucional. Tras estos casos, la administración autonómica aún tendría que pedir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que intente no derribar todo el resort, resolución que los vecinos de El Gordo y Berrocalejo rechazan mayoritariamente.
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