El hecho ocurrido el pasado fin de semana en Coria, cuando una persona de 37 años murió por cocaína adulterada y otras 13 se intoxicaron, incluido un hombre que debió ser hospitalizado, destacó cómo la pandemia ha golpeado el mercado de la droga.
Por un lado, la dinámica de su distribución ha cambiado, propensa a la adulteración; Por otro lado, como explica Pilar Morcillo, secretaria técnica de drogodependencias del Servicio de Salud de Extremadura (SES), “algunas personas que consumen cocaína tienen activadas fuentes mentales que las llevan a consumir de forma más intensa. Las restricciones debido a la pandemia han llevado a algunos a asistir a más eventos sociales como si necesitaran revivir lo que no pudieron hacer y, a veces, no medir la intensidad de lo que hacen. Por otro lado, consumen pensando que tienen que vivir en el presente porque piensan que se les puede volver a encerrar, por eso estamos trabajando en la prevención de estas conductas adictivas con más de 50 asociaciones de la región.
«Hay gente que consume ahora para vivir en el presente pensando en otro posible encierro»
Pilar Morcillo, experta en adicciones de SES
Parece claro que el bloqueo de la primavera de 2020 y la consiguiente restricción de la movilidad tuvieron varios efectos en los consumidores, pero también en la pureza de la droga y su circulación. Durante las fases de confinamiento y toque de queda hubo una mayor visibilidad de los compradores. “Entre marzo y junio de 2020 (confinamiento) la mayoría de las personas redujeron su consumo o frecuencia, excepto el alcohol y el cannabis. Es porque el primero es legal y el otro de fácil acceso. En cuanto a la cocaína, ha surgido un mercado ‘online’ a través de aplicaciones móviles encriptadas que ha llevado a comprar más cantidades para tenerla por más tiempo, pero aun así el consumo ha disminuido y la gente esporádica ha dejado de consumirla ”.
Sin embargo, prosigue Morcillo, en junio de 2020 (fin del encierro) las personas volvieron a tener acceso a la cocaína, y esto llevó a muchos a acercarse a los ECA (Equipos de Conducta Adictiva, antes Cedex) y otros recursos pactados con las asociaciones. se habían distanciado previamente de esta ayuda y no redujeron su consumo. El representante del ECA lo razona con números, ya que en 2018 el número de usuarios iba en aumento, de 594 a 698 pacientes al año siguiente, y en 2020 esta progresión se truncó.
Según Morcillo, durante el encierro muchos familiares descubrieron que el hijo estaba consumiendo drogas. “En esos meses -dice el experto- surgieron muchas adicciones, ya que antes no se notaba por qué los padres trabajaban y los jóvenes tenían más tiempo libre, pero al pasar mucho tiempo juntos en casa se veían estos problemas”.
De dos a seis días a la semana
El ‘Informe Europeo sobre Drogas: Tendencias y Noticias 2021’ establece que, de quienes comienzan un tratamiento de desintoxicación, el 28% lo usa a diario y el 35% de dos a seis días a la semana.
En Extremadura, sin embargo, según el informe anual del Observatorio Proyecto Hombre, dedicado a la rehabilitación de personas con problemas de drogas, la cocaína es la principal sustancia de consumo, mucho antes que el alcohol, el cannabis, la heroína o las anfetaminas. Si en 2016 el 29,8% de los consumidores entrevistados reconocieron que la sustancia consumida era cocaína, entre 2018 y 2020 este índice fluctuó entre 40% y 50%. El perfil masculino entre 34 y 41 años es el más común entre los usuarios de Proyecto Hombre.
Desde las ECA de la SES, recuerda Morcillo, colabora con otras asociaciones, tanto de forma ambulatoria como residencial, ofreciendo asistencia integral a los drogadictos y sus familias siempre que participen voluntariamente en estos programas (número gratuito: 900 210 994).
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