Es un problema de enorme calado. El 46% de todos los traumatismos por caídas que se atienden en los hospitales corresponden a personas mayores de 65 años. En España, en 2021, ingresaron por este motivo 236.029 mayores, con los últimos datos del Ministerio de Sanidad, que actualmente trabaja en la actualización del protocolo de prevención de fragilidad y caídas en ese colectivo. Pero más allá de la prevención, los expertos piden actuar con diligencia cuando ese accidente ya ha sucedido y provoca una fractura que puede marcar la diferencia entre ser autónomo o convertirse en dependiente. Lo sostiene Pilar Sáez, coordinadora del Registro Nacional de Fracturas de Cadera (RNFC) y Jefa de Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid.
La muerte de la presentadora Mayra Gómez Kemp tras sufrir una aparatosa caída en un accidente en su casa por la que tuvo que ser trasladada al hospital, vuelve a poner de triste actualidad el impacto que suponen este tipo de traumatismos en las personas mayores. Algo que los expertos vienen advirtiendo desde hace mucho tiempo. En España, cada año, se registran más de 280.000 fracturas por fragilidad. Afectan, sobre todo, a mujeres.
Más mayores, más cuidados
Con datos expuestos recientemente por Sanidad, en España, las mujeres viven en promedio hasta los 88 años y los hombres hasta los 83,9. Sin embargo, a partir de 65 años, solo la mitad los viven con buena salud: 10,3 años para las mujeres y 10,7 para los hombres. Esto significa que una gran parte de la vida de las personas mayores se vive con problemas de salud, lo que aumenta la necesidad de atención médica y cuidados.
El departamento que encabeza Mónica García, trabaja en actualizar el plan de prevención de caídas en personas mayores, que busca identificar, tanto en ámbito sanitario como en otros lugares de la comunidad con derivación al sistema sanitario, a las personas mayores de 70 años que puedan tener riesgo de caídas y prevenir posibles lesiones.
El riesgo de la edad
Estudios recientes indican que el 18% de las personas mayores de 65 años padecen fragilidad. Esta cifra varía según el entorno: un 12% en la comunidad y un 45% en contextos como hospitales o residencias, donde las personas suelen presentar problemas de salud más complejos. La fragilidad está estrechamente relacionada con la edad. A medida que envejecemos, aumenta su prevalencia: entre un 2,5% y un 6% en personas de 70 a 75 años, y hasta un 38% en mayores de 85 años.
El impacto de la fragilidad va más allá de la salud individual, dice Sanidad. Las personas frágiles requieren más atención médica y social, lo que supone un coste considerable para el sistema sanitario. Se estima que el coste anual por persona con fragilidad es de 2.500 euros al año, el doble que el de una persona mayor sin fragilidad.
Osteoporosis
Las fracturas van a más porque cada vez vivimos más años. Se estima que, en una década, el número se incrementará en un 30%. Este mismo lunes se ha conocido un estudio realizado por especialistas de la Sociedad Española de la Columna Vertebral que incide en la importancia creciente que están cobrando las fracturas vertebrales causadas por osteoporosis.
El 80% de los pacientes ingresadas por fracturas vertebrales causadas por osteoporosis son mujeres y la edad media ronda los 76 años.
Realizado en el Hospital Clínico Universitario de Valencia, bajo la dirección del doctor Antonio Silvestre, jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, revela que esta epidemia puede estar suponiendo casi un ingreso diario en los hospitales terciarios (1 por cada 1,6 días en el hospital analizado). El 80% de los pacientes ingresados eran mujeres y la edad media rondaba los 76 años.
La de mayor mortalidad
La fractura de cadera es, de entre todas, la que mayor mortalidad, dependencia y gasto sanitario conlleva. En 2016, vinculado al Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPaz), nació en España el Registro Nacional de Fracturas de Cadera como iniciativa voluntaria de un grupo de profesionales que querían utilizar esta auditoría para mejorar la atención de los pacientes. En 2017, se empezó con la recogida de datos, la edición de informes, la selección de indicadores de calidad y las reuniones anuales.
Los registros nacionales de fractura de cadera han demostrado mejorar el porcentaje de cirugía precoz y reducir la mortalidad en varios países
El RNFC facilita informes a los centros participantes. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2023, han participado 53 hospitales y se han recogido datos de 9.906 pacientes. Significativo que, si se habla de sexo, del total de pacientes, un 75% eran mujeres.
Los registros nacionales de fractura de cadera han demostrado mejorar el porcentaje de cirugía precoz y reducir la mortalidad en varios países, entre ellos el Reino Unido. Numerosos estudios han demostrado que la demora en la intervención (la cirugía después de las 48 horas desde el ingreso) se asocia con mayor frecuencia de efectos clínicos adversos (mayor mortalidad y complicaciones como infecciones o úlceras por presión). Del mismo modo, la cirugía temprana se ha vinculado con mejores resultados funcionales, menor tiempo de ingreso y menos reingresos, lo que conlleva un menor coste para el sistema.
Cirugía precoz
Con datos facilitados por la doctora Sáez, el porcentaje de pacientes intervenidos en las últimas 48 horas, lo deseable, ha mejorado notablemente en las últimas décadas. La Comunidad de Madrid destaca en este apartado por encima de la media nacional. También es la región con más hospitales participantes en el RNFC y que aporta más casos cada año. Según datos del Observatorio de resultados, el 46% de los hospitales de Madrid han mejorado la cirugía precoz cuando se compara 2020-2022.
En abril de este 2024, el RNFC llegó al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para hacer visible su labor y evitar la variabilidad entre hospitales, provincias y comunidades autónomas. «Lo oportuno sería institucionalizarlo. El Ministerio lo conoce y lo apoya, pero no lo adopta, y las consejerías, donde están las competencias transferidas, algunas lo conocen y otras no. Ninguna lo ha integrado», señala su coordinadora que pide un impulso para darle continuidad porque, incide, es un trabajo voluntario de los profesionales.
Más allá de la prevención
La magnitud de esta cifra preocupa a entidades como la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) que ya ha pedido al Ministerio de Sanidad la necesidad de implantar un Plan Nacional Anticaídas tal y como han hecho en países como Francia. «Primero estás bien, luego frágil y luego dependiente», resume la Jefa de Servicio de Geriatría del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid.
«Entre frágil y dependiente, se caen mucho y se fracturan mucho. Claro que hay que actuar para detectar la fragilidad, y ahí tenemos mucho que decir los geriatras, hablando de nutrición adecuada, ejercicio físico… Eso es cierto y está muy bien. Pero no nos podemos poner una venda en los ojos, porque las fracturas y las caídas siguen existiendo, aunque intentes hacer prevención», añade. Hay que ir más allá, apuntala la geriatra.
No nos podemos poner una venda en los ojos, porque las fracturas y las caídas siguen existiendo, aunque intentes hacer prevención
Por eso, los expertos abogan porque se valore una estrategia protocolizada que ayude a homogeneizar la asistencia a este proceso. Por ejemplo, promoviendo la planificación de atención inmediata a los pacientes con fractura de cadera con normas de organización compartidas para todos los hospitales. O instaurando un ‘Código Fractura’ a semejanza del ‘Código Ictus’ que tanto ha mejorado la rapidez y la calidad de la asistencia a esa patología en los hospitales. Solo una mayor implicación de los gestores sanitarios, tanto de las Consejerías de Sanidad, como del Ministerio, puede provocar el cambio definitivo, concluyen.
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