El rechazo parlamentario al proyecto de presupuesto de la Junta de Andalucía no ha debilitado en modo alguno la polémica al respecto, sino que la ha profundizado. La guerra de narrativas sobre las negociaciones sigue viva, ahora con culpa mutua de su fracaso, y amenaza con convertirse en el tema central del debate político en Andalucía.
Tanto la junta de gobierno como el PSOE retomaron la polémica este lunes, pero esta vez con posiciones contrapuestas sobre la posibilidad de reactivar las negociaciones. Mientras el PP advierte que un «aprieto» entre los socialistas y Vox amenaza con bloquear el parlamento, el líder socialista Juan Espadas ha asegurado que todavía hay tiempo para reanudar las negociaciones y redactar algunos proyectos de ley para el próximo año.
Para el vicepresidente del consejo de administración y titular de Ciudadanos, Juan Marín, esta oferta solo puede interpretarse como una broma de mal gusto. Marín recordó que la Junta de Andalucía había presentado cuatro presupuestos hasta ahora en la legislatura y «se han hecho cuatro cambios a todo el PSOE y también a IU, es decir, blanco y en botella para los que no quieran verlo».
Sin embargo, el candidato socialista aseguró que aún habrá tiempo de preparar los proyectos de ley del próximo año si el gobierno accedía a negociarlos con su grupo parlamentario y advirtió que Andalucía necesita presupuestos para el próximo año y no un adelanto electoral.
Por tal motivo, solicitó al presidente del Consejo de Administración que presente un borrador del presupuesto discutido. «Con un gobierno minoritario, el proyecto requiere negociación y diálogo más que arrogancia o cálculos electorales», dijo Espadas, quien atribuyó el «orgullo» del gobierno a que Andalucía es una de las pocas comunidades autónomas que no ha aprobado un presupuesto el próximo año. .
Sin embargo, en su opinión, la devolución del proyecto presupuestario al gobierno «no es el punto final», ya que el presidente puede corregirlo y devolverlo al parlamento tras una negociación que acepta las propuestas socialistas. En ese caso, le aseguró, contará con el apoyo de su grupo parlamentario, lo que garantizó su aprobación.
Las demandas del PSOE, argumentó, apuntan a una «reconstrucción justa en Andalucía» y al fortalecimiento de los servicios públicos básicos además de la modernización de Andalucía a través de la administración de fondos europeos para la creación de proyectos de reconstrucción y la promoción del empleo juvenil. .
“No podemos permitir que las enfermeras andaluzas se vayan porque las están contratando en Cataluña”, ha dicho Espadas, que ha insistido en volver presencialmente a la sanidad pública, así como en “asignaciones de vivienda para jóvenes y apoyo en su primer viaje laboral”. . «.
El candidato socialista aludió a la debilidad de un gobierno minoritario que había sufrido la derrota parlamentaria una vez que Vox dejó de apoyarlo. “Este gobierno débil ha sufrido su primera derrota parlamentaria con los hogares por su orgullo de no poder dialogar y priorizar los intereses de los andaluces”, ha dicho.
Ante este escenario, se mostró dispuesto a dialogar, asegurando que el PSOE-A «no bloqueará la Cámara como hizo el PP en la época de las tenazas», refiriéndose al rechazo del avance de 1996 del entonces presidente Manuel Chaves. sus presupuestos con los votos del PP y de Izquierda Unida.
Para el PP esta oferta del candidato socialista no tiene la intención de ser seria. El portavoz adjunto de la etnia en el parlamento andaluz, Pablo Venzal, calificó de «teatro» la actitud de Espada hacia las negociaciones. En su opinión, se trató de «una simple estrategia política para ganar tiempo», ya que Espadas «demostró que estaba bajo el dictado de Pedro Sánchez».
Según Venzal, el objetivo del candidato socialista no era más que intentar desgastar al gobierno de Juanma Moreno bloqueando un instrumento que hubiera facilitado la eficiencia de la gestión del gobierno autonómico.
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