La junta alerta del aumento de la violencia de género entre los más jóvenes

La Consejería de Igualdad, Política Social y Mediación ha alertado del aumento de la violencia de género contra los más jóvenes en Andalucía, con un aumento del 15,7% en los casos en que las víctimas son menores, según el último informe del Instituto Andaluz de la Mujer ( IAM) según 2021.

En detalle, el año pasado se registraron un total de 302 casos de niñas adolescentes víctimas de violencia de género, 41 víctimas más que el año anterior. La mayoría sufre agresiones psicológicas, físicas y sexuales, especialmente en sus primeras relaciones, y son atendidas a través de programas psicológicos gratuitos y especializados del Instituto Andaluz de la Mujer.

Asimismo, el IAM ha atendido a 430 padres, madres o tutores de víctimas a los que se ha ofrecido apoyo y orientación en el abordaje de la violencia machista, número que se ha duplicado respecto a los familiares del año anterior cuando se atendieron 242.

El IAM también activó un programa de tutoría psicológica para mujeres menores de edad, que asesoró a 169 niñas, de las cuales 117 pidieron ayuda por primera vez, un aumento del 13,4%.

La directora del IAM, Laura Fernández, dijo a SUR que “estamos ante un problema grave que poco a poco va ganando visibilidad y es necesario tomar acciones de prevención y educación de los jóvenes para evitar que se evite esta tragedia”. Reconoció que «las víctimas de la violencia de género cada vez son más jóvenes y hay que actuar para erradicar esta cultura machista que sigue anidando en nuestra sociedad», y añadió que «también hay un aumento de mujeres menores de 30 años asesinadas en España».

A su juicio, «uno de los problemas es que los menores no reconocen los símbolos de la violencia de género y existe un concepto erróneo del amor romántico o de los celos que lleva al sometimiento o al control por parte del agresor». Asimismo, censuró los mensajes sexistas en las redes y el consumo pornográfico, destacando que “a los jóvenes hay que enseñarles a tener una relación sana y respetuosa con su pareja, una relación sexual que también sea sana, y para ello hay que educar desde la familia”. con un modelo de aprendizaje basado en patrones y masculinidades igualitarias”, concluyó.