La Generalitat da por hecho que este año la economía catalana superará por primera vez los 300.000 millones de euros. Así se lo ha comunicado a los inversores en una presentación que realiza periódicamente la Conselleria de Economia, cuya titular, Natàlia Mas, está actualmente en funciones tras las elecciones del 12 de mayo. En sus proyecciones, que revisó recientemente hasta elevar el crecimiento previsto para este año hasta el 2,1%, sitúa el valor total del producto interior bruto (PIB) en 307.209 millones, frente a los 292.474 millones de 2023, lo que suopone que cada día laborable (descontando los 14 festivos y 52 fines de semana) ‘vale’ unos 1.024 millones frente a los 978,2 millones del año pasado.
El anterior gran salto de escala del PIB catalán se vivió en 2007, cuando traspasó la barrera de los 200.000 millones en el ejercicio en el que el crecimiento tocó techo para caer después en la gran crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Un desplome sin precedentes se registró en 2020, el año en el que estalló la pandemia, que se saldó con una caída del producto interior bruto (PIB) del 11,9%, sin precedentes desde la guerra civil. El anterior salto de escala, cuando se cruzó el umbral de los 100.000 millones, se vivió en 1998, según los datos del Institut d’Estadística de Catalunya.
La Comunidad de Madrid, que se había mantenido como segundo motor de la economía española, lleva desde 2018 como el primero. En 2022, el último ejercicio del que hay datos sobre la contabilidad regional en el Instituto Nacional de Estadística (INE), la comunidad de la capital del Estado se situó en el 19,4% del producto interior bruto (PIB) total, frente al 19% de Catalunya, como consecuencia de un mayor ritmo de crecimiento, lo que aumenta su peso en el conjunto.
La comunidad de Madrid ya se situó primera en 2012, con el 18,9% del PIB total frente al 18,8% de Catalunya. Luego mantuvieron un empate en 2013, en 2016 y 2017. Ahora la tendencia parece que discurre en favor de Madrid por mantener un ritmo de crecimiento mayor. El salto de escala de este territorio se produjo en etapas similares a las de Catalunya: en 1999 superó los 100.000 millones de euros de PIB por primera vez y en 2008, los 200.000 millones, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La contabilización del Idescat (la oficina estadística catalana) y del INE difiere ligeramente, ya que la primera se basa en las tablas ‘input’-‘output’, más pegadas a los resultados en el terreno; y la segunda en proyecciones.
El diferencial entre las dos comunidades se evidencia aún más en el PIB per cápita. En la Comunidad de Madrid superó los 20.000 euros de media en 2000 y en Catalunya, en 2001. El salto a los 30.000 se vivió en 2007 en la comunidad madrileña, mientras que en Catalunya no llegó hasta 2017. En 2022, el PIB per cápita era de 32.550 euros en Catalunya y de 38.435 euros en Madrid.
Consumo y empleo
El dinamismo de la economía catalana se apoya además de en un elevado ritmo de la demanda externa en un consumo de los hogares que se «ha mantenido resiliente a pesar de las presiones inflacionistas y los elevados tipos de interés», según el documento presnetado a los inversores. Esta variable, que con el cálculo definitivo del primer trimestre apunta a una ligera desaceleración, mantiene aún un ritmo elevado del 2,5% anual, y se ve impulsada por un mercado laboral muy dinámico. Asimismo prevé un crecimiento del PIB en 2025 también del 2,1% como en 2024. En todo caso advierte de los riesgos que se mantienen y que están relacionados con la inestabilidad geopolitica (la guerra en Ucrania y Gaza).
En Catalunya, el PIB avanzó a una media anual acumulativa del 3,7 % en el periodo de 2000 a 2007, con una elevada inmigración para mano de obra, con un aumento de la población del 2,2 %. El alza del PIB por habitante se limitó al 1,5% anual, según un análisis de la Conselleria de Economia. Entre 2007 y 2013, se produjo una primera caída del PIB en 2008 por la crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria. La caída tocó suelo en 2009 y la actividad rebotóhasta volver a retroceder en 2011. El punto más bajo de este descenso, derivado de la crisis de la deuda en la zona euro, se produjo en 2012. En el conjunto de este periodo, la economia catalana registró un descenso medio acumulativo del 1,6%. El PIB por habitante en este periodo bajó una tasa media acumulativa del 2,1%.
A partir de 2014, empieza una nueva fase expansiva, aunque en 2018 la actividad empieza a moderarse. Por ello, el crecimiento en este periodo se situó en una tasa media anual acumulativa del 2,9%. Se modera el alza de la población hasta un 0,5% y el alza media del PIB per cápita se sitúa en el 2,4 % anual.
En 2020, el ejercicio en el que estalló la pandemia, el PIB experimentó un descenso histórico del 11,9% por la paralización de la economía. Pese a ello, la población aumentó el 0,8% y el PIB por habitante se redujo en un 12,6%. Y de 2021 a 2022, empezó la recuperación gracias a la supresión gradual de las restricciones sanitarias. En 2022, el ejercicio del inicio de la guerra en Ucrania, se disparó la inflación por la energía y materia primas clave. El Banco Central Europeo (BCE) inició en julio de ese año un ciclo de subidas de los tipos de interés muy abrupto, que llegó al 4,50% en septiembre de 2023 y que la semana pasada vivió su primer recorte en 8 años, hasta el 4,25%.
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