«Si no se revisan los precios, los constructores abandonarán la obra», advierte Carlos Izquierdo de Tapia, presidente de la Confederación de la Construcción de Extremadura (CEC). Fue uno de los ponentes en la jornada celebrada ayer en el campus de Cáceres de la Universidad de Extremadura titulada «La contratación de obra pública en la era pospandémica: la revisión de precios». Una cita que se repetirá hoy en el campus de Badajoz.
El aumento del coste de los materiales de construcción es un problema que han vivido los constructores a lo largo de 2021. Las empresas han participado en licitaciones públicas y han firmado contratos para realizar obras teniendo en cuenta un determinado precio de las materias primas, pero este se ha multiplicado de forma desconocida. En meses recientes.
“Pueden pasar dos o tres años desde la redacción de un proyecto hasta el inicio de la construcción”, explica Izquierdo. Eso es un largo tiempo. Los fabricantes son conscientes de que pueden producirse movimientos de precios y presentan sus ofertas teniendo en cuenta esta posibilidad. Sin embargo, la situación posterior a la pandemia es algo que, según los agentes de la industria, no se podía esperar. “Entre enero y junio de este año, los precios aumentaron entre 2007 y 2020”, ejemplifica el presidente de la CEC, quien calcula el costo promedio de los materiales de construcción en el primer semestre del año en 22,2%. “Los contratos con la administración son insostenibles para las empresas en esta situación”, agrega Izquierdo.
«Los materiales se encarecieron entre enero y junio de 2021 y entre 2007 y 2020»
Carlos Izquierdo Presidente de la CEC
Por ello, el sector está pidiendo que se desarrolle un instrumento para poder revisar los precios de los contratos ya firmados. «Si no se hace y los constructores se ven obligados a terminar la obra, optarán por dejarla y hacer que se ejecuten las garantías», insiste el presidente de la asociación de empresarios de la construcción. «Es mejor perder el 5 por ciento – la garantía – que el 20 por ciento si se hace el trabajo», remarca.
De esta forma, la única solución contemplada por las empresas es que los contratos se puedan ajustar al incremento de costos si la administración quiere que las obras estén terminadas. «Sabemos que estamos trabajando en esa línea, pero tenemos que esperar», dice Izquierdo.
Por otro lado, están las nuevas convocatorias que se publicarán a partir de ahora. La idea que tienen de la industria es que estas especificaciones ya incluyen la capacidad de revisar los contratos en previsión de la repetición de fluctuaciones tan importantes en los costos que las empresas tienen que asumir.
Ella estudia
El porcentaje del 22% ofrecido por los empresarios como promedio del incremento en el precio de los materiales de construcción se deriva de un estudio realizado por la CEC en más de 300 obras.
La administración, por su parte, no ha publicado los índices sobre la evolución de los costes de las materias primas en el sector. En INE (Instituto Nacional de Estadística), el último dato es de diciembre de 2020, que no incluye el gran incremento que se produjo durante este año.
Esto significa que las empresas tendrán que esperar para conocer los datos que maneja la administración, aun sabiendo que tarde o temprano tendrán que ser publicados.
Por supuesto, el informe de la CCA muestra que no todos los productos básicos se han encarecido en la misma proporción. Los agregados, por ejemplo, componían el 18% y la madera el 125%. Entre esa bifurcación hay todo tipo de incrementos. Esto significa que hay contratos que se ven más afectados que otros.
Este punto se ha alcanzado debido a la pandemia. Las fábricas se han detenido y ahora no pueden producir tan rápido como las empresas solicitan los materiales. Esto resultó en una escasez y, en consecuencia, un aumento de los precios.
La previsión es que el mercado se ajustará. No lo hará de inmediato ni volverá a los precios que tenían en 2020. «Crecerán, pero se consolidará un aumento de entre un 5% y un 7%», pronostica Izquierdo, que cree que el invierno será duro para las empresas y que desde la primavera de la normalidad se recuperará el próximo año.
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