La celebración de la audiencia por un fraude pende de un hilo por el desafío logístico de convocar a decenas de testigos del vecino país
03/09/2021 . Actualizado a las 5:00 a.m.
El público de Vigo ante su mayor desafío logístico en sus 20 años de historia con la organización de un telejuicio internacional. El tribunal tiene que registrar declaraciones durante una semana. 60 testigos residentes en Portugal. Ante la práctica imposibilidad de obligarlos a comparecer en Vigo, especialmente en tiempos de Covid, el tribunal prevé organizar una maratón de 60 videoconferencias con testigos repartidos por Portugal, incluida la capital Lisboa y el sur del país. La audiencia sobre una denuncia de fraude contra una empresa portuguesa comienza el día 20. Faltan menos de tres semanas para organizar todas las videollamadas y todo pende de un hilo. Los esfuerzos para organizar una audiencia tan internacional son innumerables, y en la audiencia tiene serias dudas de que todos los enlaces se llevarán a cabo con éxito. No es de extrañar que el espíritu de los discapacitados visuales aceche los pasillos cuando llega el día.
El proceso ha tardado dos años en organizarse desde que fue suspendido en 2019. En noviembre de 2020, el tribunal celebró una breve sesión para interrogar a un acusado que enfrenta cinco años de prisión por presunto fraude contra los portugueses. El imputado negó el fraude y bloqueó el camino a un acuerdo basado en la fiscalía, que decidió continuar el proceso con el consiguiente acoso de las videoconferencias. Luego, en invierno, llegaron las restricciones de la segunda oleada de Covid y el cierre de las fronteras en Portugal. Casi un año después, la Audiencia se prepara para la segunda parte, en la que el tribunal llama a los testigos, que en su mayoría viven en Portugal.
Una de las barreras para realizar el estudio es la distancia. Si los Testigos vivieran en la raia, en Valena do Minho, sería posible convocarlos a comparecer en la sala de Vigo. Pero están dispersos por toda la geografía portuguesa, incluso en el sur. Traerlos a Galicia es impensable. La única solución fue organizar videoconferencias y en caso de emergencia siempre existe la opción de configurar videollamadas en WhatsApp.
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