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José Antonio Primo de Rivera, expulsado de A Quintana

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La supresión de los símbolos franquistas no siempre es fácil, especialmente en una ciudad como Santiago, donde la zona monumental tiene una protección especial que requiere que estas acciones se lleven a cabo con el mayor cuidado. Este es el caso de uno de los símbolos que aún están en pie, no en pie, sino en piedra. Se trata de la inscripción que se grabó en homenaje a José Antonio Primo de Rivera en el muro del monasterio de San Paio de Antealtares con vistas a la Plaza da Quintana, y para cuyo proyecto de reubicación se requirió la aprobación de las autoridades competentes.

Para llevar a cabo este trabajo, la Comisión Asesora del Centro Histórico eligió la solución más aceptable para la supresión del bajorrelieve con el nombre del fundador de Falange, cumpliendo así con la ley de la memoria histórica que ya ha suprimido a otros. elementos ornamentales y nombres de calles y edificios relacionados con los ganadores del concurso.

Otras sugerencias estaban sobre la mesa, como bajar la piedra, llenar el espacio de la carta con mortero de restauración o reemplazar las piedras afectadas, lo que resultó ser técnicamente difícil y muy costoso. Por lo tanto, se decidió buscar una solución común para toda esta área de la pared con una renovación.

Ahora se está encargando un estudio a las empresas especializadas en rehabilitación para que presenten propuestas para llevar a cabo esta supresión con el menor impacto posible. Eso sí, dada la categoría monumental del conjunto San Paio de Antealtares, la propuesta técnica elegida aún debe pasar el filtro de la Dirección General de Patrimonio Cultural y que este organismo tiene la última palabra en esta materia.

Es decir, la actuación se lleva a cabo con las máximas medidas de precaución y se toman todas las medidas técnicas necesarias para que el monumento no sufra ningún daño por la retirada de la inscripción.

La inscripción estaba en lo que se convirtió en una especie de memorial porque está encima de la placa conmemorativa del Batallón Literario, el grupo de estudiantes universitarios que se ofrecieron como soldados para participar en la Guerra de Independencia contra los franceses en el siglo XIX cometido. Hasta unos años antes, especialmente en 1780, el Cementerio de Santiago estaba ubicado en esta parte baja de la plaza y fue trasladado ese día a la zona de Bonaval.

Incluso antes de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Histórica, en Santiago se suprimieron varios símbolos similares, entre ellos uno también dedicado a José Antonio, aunque pocos en la ciudad usaron ese nombre para referirse a la Plaza Roxa, que como tal popularmente se conocía. todos, especialmente los estudiantes, como continuó el caso urbano del Ensanche.

Como el Hórreo (Generalísimo) o la Fonte de Santo Antonio (General Mola). Más conocido fue el Alférez Provisional, hoy Santiago del Estero, quien también fue rebautizado como Santiago de Lestedo por muchos, ya que la famosa feria está más cerca que Argentina.

Asimismo, varias placas con símbolos franquistas desaparecieron en diversos edificios oficiales, como los de Correos o la estación de tren, ya sea por reposición o simplemente por recubrimiento. Así como el yugo y las flechas en algunos conjuntos de viviendas de la época del Instituto Nacional de Vivienda, que inicialmente dependía del Ministerio de Acción y Organización Sindical y luego del Ministerio de Vivienda.

También hay yugos y flechas en el Hostal de los Reyes Católicos, pero en este caso desde su creación por los anteriores monarcas, como corresponde al escudo de Isabel y Fernando y desde entonces en las rejas de la capilla. Lo mismo ocurre con la Rúa do Franco, que tampoco debe su nombre al dictador, pero que se remonta a la Edad Media, y algunos sospechan que esto se debe a la presencia de numerosos peregrinos franceses, aunque curiosamente no es así. el caso por aquí entrando por la vía francesa.

La ley también se aplicó a las decoraciones. Pero incluso antes, en 2006, la Universidad de Santiago esperaba la aplicación de este reglamento y retiró al dictador el doctorado Honoris Causa en Ciencias, que le había sido otorgado en 1965, aparentemente “porque había logrado restablecer el biologismo normal en nuestra Patria. “Como se indica en la resolución académica.

También se aplicó la misma ley de memoria histórica que ahora se aplica en la Plaza da Quintana para que los restos de José Antonio Primo de Rivera, que descansa en el Valle de los Caídos, no fueran trasladados al momento de ser trasladados a la Para realizar la exhumación de los de Franco, ya que el primero había muerto en el transcurso de la guerra, y por tanto permanecen en la Basílica de Cuelgamuros, donde fueron trasladados tras la guerra civil de Alicante, donde había sido fusilado.

Los nombres de las calles, multitud en todo el país tras el fin de la Guerra Civil, cuando poblaciones de un significado particular que no tenían calles del Generalísimo, Generales Mola y Aranda o José Antonio, eran raras, pero las tenían de acuerdo. con la ley a retirar, así como las placas en homenaje a los caídos, en las que la lista de nombres comenzaba con la de Primo de Rivera.


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