BARCELONA, 29 de septiembre (EUROPA PRESS) –
El exconsejero Joaquim Forn y la periodista Magda Gregori han recopilado más de 200 entrevistas a ciudadanos de toda Cataluña, que cuentan las experiencias que hicieron posible la votación de 2017, en un libro «La voz de los protagonistas anónimos» del 1-O.
Bajo el título “Octubre. Las voces de los protagonistas anónimos de 1-O’ (Enciclopèdia), el libro condensa la perspectiva política y periodística de sus autores en 120 páginas y cuenta además con un prólogo del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.
A través de los testimonios de ciudadanos que estuvieron directa o indirectamente implicados en el 1-O, se reconstruye cómo, a partir de junio de 2017, varias personas «en persona o con mensajes cifrados» recibieron un chivatazo que les indicaba que eran el contacto ‘cero’ ‘ .
A partir de ahí se desencadenó una cadena en la que intervinieron otras personas realizando diversas funciones – piramidal – labor que culminó el día de la votación cuando llegaron las urnas a las escuelas y se pudo realizar el escrutinio.
Según el relato de algunos ciudadanos que participaron en esta cadena, todo fue posible gracias al criterio y la prudencia de todos: «El 1-O se consiguió porque trabajamos en silencio y con mucha cautela; sabíamos que estaba en juego la democracia». dice uno de ellos.
Para eludir a las fuerzas de seguridad, asegura que la logística de la votación estuvo en manos de la sociedad civil, pese a la implicación del Gobierno, y explica que la Generalitat decidió utilizar un servicio de correo electrónico encriptado -ProtonMail- para enviar el censo a los coordinadores municipales del 1-O .
“Todo el mundo se vio obligado a trabajar en una operación dirigida y comandada por la clandestinidad”, señalan los autores del libro, y añaden que esto también generaba preocupación porque algunos de los participantes en esa operación la comparaban con la que yo viví en tiempos de Franco. .
El libro explica que cientos de ciudadanos custodiaban las urnas y recibían llamadas o mensajes que utilizaban palabras como «salchicha, pizza, manteles, hogazas de pan, tortas, croquetas, notas u ollas» para referirse a ellos.
Para garantizar que la policía no cerrara las escuelas, se organizaron actividades y conferencias a partir del viernes y miles de personas se quedaron a dormir en sus casas.
Otro obstáculo superado justo antes del día de las elecciones fue el anuncio de que las comunidades no necesitarían su censo de votantes ya que se utilizaría el censo general, lo que “se convirtió en la solución mágica que facilitaría el acceso al voto de miles de ciudadanos”. .
El libro también recoge, a través de los testimonios de más ciudadanos, los problemas informáticos sufridos el 1-O y los episodios de «violencia policial» que se han producido por parte de las fuerzas y órganos de seguridad del Estado, tema al que dedican todo un capítulo dedicado presenciado por diferentes personas.
También describen lo que han hecho algunos ciudadanos para proteger las urnas y los votos ante el riesgo de que el material sea requisado por la Guardia Civil, diciendo que se han hundido falsos techos, cuartos en el ascensor, puertas traseras, tejados y tractores. otras cosas para ocultarlos.
EL VOTOR DEL ‘NO’
A lo largo del libro se afirma que el 1-O, en el que votaron 2,2 millones de personas, 223.000 personas lo hicieron para expresar que no eran independentistas, y algunos de ellos coinciden en que votaron porque piensan que «el pueblo sí tenía el derecho a votar».
“Las personas tienen derecho a expresarse ya tomar decisiones. Estaba claro para mí que votaría ‘no’. No soy independiente, pero soy demócrata. También sabía que quería votar y que nadie me detendría”, explica una barcelonesa que, junto a otros testigos, también expresa su malestar por las cargas policiales realizadas ese día.
“El voto de los 223.000 catalanes que votaron ‘no’ o con votos en blanco fue de gran valor. Eran expresión de la pluralidad del país; fueron a contracorriente, y sobre todo decidieron que el poder del Estado era el ejercicio de sus derechos democráticos”, argumentan Forn y Gregori.
Cinco años después del 1-O, los autores del libro admiten que el momento político no es el mismo, pero creen que “se mantiene el espíritu de lucha, la resiliencia, la coordinación y el compromiso colectivo en la defensa de los derechos sociales y políticos y la reivindicación de determinados valores”. intacto.» cultural y nacionalmente.
PRÓLOGO DE PUIGDEMONT
Para Puigdemont, hay que ponerlo ante quienes quieran discutir el valor del 1-O como «indicación legítima para seguir trabajando por el reconocimiento internacional de Cataluña como Estado independiente».
A su juicio, el 1-O ha permitido encontrar la fórmula que hará de los catalanes «ganadores y capaces de neutralizar los esfuerzos y las malas artes del Estado» y que a través de la conjunción de fuerzas institucionales, políticas y sociales debe pasar. , y ciudadanos.
Por eso, advierte que el Estado intentará que esta fórmula no se repita sembrando “división y desconfianza”, por lo que pide no desistir nunca de la búsqueda de la unidad.
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