Son muchas las razones por las que personas de todo el mundo toman las rutas del Camino de Santiago, y la solidaridad suele ser una de ellas. Aunque no se les considera peregrinos como tales, los socios y voluntarios de la Asociación de Amigos de Pontevedrada, Asampo, viajan de noche por la ruta portuguesa entre Pontevedra y Santiago desde 2011. “No buscamos Compostela, esa noche el Camino de Santiago se convierte en el Camino de Santiago. Es una experiencia muy enriquecedora en este momento ”, explica su presidente Francisco Pérez-Mirás. El motivo de su especial peregrinación es concienciar a la población de la importancia de la donación altruista de sangre, órganos y tejidos para todos.
Para entender su historia tenemos que remontarnos a 1976 ya que es el año en que nació Valvanerada en La Rioja. El nombre hace referencia a un paseo nocturno entre Logroño y el Monasterio de Valvanera, a 63 kilómetros de distancia. Cíñete a la figura porque es lo mismo que separa el centro de Pontevedra del corazón de Compostela, su catedral. Fue precisamente esta figura la que impulsó a Raúl Álvarez, experto de la Valvanerada, a diseñar la Pontevedrada. La primera vez que fue de Pontevedra a Compostela de noche lo hizo con un único compañero de viaje, Miguel Martínez Souto. Fue más tarde, como año tras año y siempre el último fin de semana de abril la experiencia fue creciendo y asumiendo el carácter solidario que hoy conserva. En el segundo año se inscribieron casi 60 personas, acompañadas de 11 perros. En el tercer caso, el tamaño aumentó a más de 300 personas. Para hacerse una idea de su crecimiento, basta con fijarse en el número de la última Pontevedrada de 2019 que contó con más de 1.500 asistentes. Quienes se adhieren pagan una tasa de 5 euros, que va directamente al fondo de la asociación, que se utiliza para gastos comunes y para la colaboración con otras asociaciones, especialmente en el sector de la salud.
En 2020, la pandemia impidió su celebración, dejando solo un viaje soltero o familiar a los balcones o ventanas de las casas, incluso tocando la bocina. Esta vez, como sigue vigente el toque de queda e impide la movilidad nocturna, la marcha se limitó a un acto simbólico que tuvo lugar ayer por la mañana en la Praza do Obradoiro. En lugar de salir de Pontevedra a las 20.00 horas del sábado para completar a pie el trayecto hasta la ciudad del Apóstol, lo hicieron ayer por la mañana sobre las ruedas de sus vehículos. Cuando llegaron a Compostela, se pararon en medio del obradoiro para golpear tres veces con el bastón y hacer sonar los cuernos. Todo con la ropa roja, que denota el motivo de la marcha. Ayer por la tarde, ya en Pontevedra, el presidente de Asampo 2022 convocó la próxima Pontevedrada.
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