Inmaculada Nieto enfoca la pobreza y desfigura al Presidente, que no la convierte en una de sus prioridades

La portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, se ha centrado en la situación de pobreza del 38 por ciento de los andaluces y desfiguró al candidato a presidente Juanma Moreno, que no planteó este tema en su discurso inaugural. Nieto recordó que uno de cada diez niños de la comunidad está en riesgo de pobreza severa. «Este tema no debe pasarse por alto en un debate de investidura», dijo.

Para Moreno, no es un tema que pasó por alto en su intervención, en la que se refirió a los sectores vulnerables de la sociedad: «Estuve casi hora y media, si hubiera absorbido todos los temas, me hubieran llamado». yo el Castro de Andalucía», bromeaba.

Al recordar que se trata de un problema estructural, agudizado por la crisis provocada primero por la pandemia y luego por la guerra, el candidato recordó que durante su primer mandato presidencial se aprobó la Ley de la Niñez y la Adolescencia y se planteó una estrategia integral contra la pobreza. lanzado.

No obstante, Nieto ha pedido que durante esta legislatura se ponga en marcha un plan integral contra la pobreza, ya que cree necesario un programa que oriente las intervenciones de la administración andaluza en este ámbito. En ese sentido, recordó que la organización Save the Children cree que es posible eliminar la pobreza infantil severa. «Al mostrar las caras de nuestros hijos, encontramos un lugar en este debate», dijo.

El momento en el que la portavoz de Por Andalucía y Juanma Moreno, a pesar del tono extremadamente educado que ambos usaron durante el debate, dejaron clara la brecha que los separaba, fue cuando sacaron a relucir el tema de los impuestos.

Nieto instó al presidente a evitar la competencia con otras comunidades. «El dumping fiscal es muy feo, no podemos competir entre nosotros», dijo la portavoz de Por Andalucía, quien instó a Juanma Moreno a «dar el salto a la modernidad donde ya están la derecha europea y el presidente de EEUU», han de reconocer los servicios públicos soportados. los impuestos de los que más ganan. “Tus compañeros ya no lo discuten”, subrayó, “lo que planteas es muy antiguo”.

Moreno se negó a sumarse a la armonización fiscal por dos motivos. Primero, porque, en su opinión, significa renunciar a mi autonomía fiscal. “Si no, ¿qué autonomía somos?”, se preguntó antes de asegurar que la posición de la coalición de izquierda a nivel regional era involutiva. Pero también porque, a su juicio, el Gobierno quiere equilibrar la presión fiscal en sus horquillas más altas. “Mientras yo sea presidente no voy a gravar a los andaluces”, ha advertido.

La portavoz de Por Andalucía también planteó otras propuestas de las que Moreno se abstuvo en su última vuelta. Le instó a suprimir el teléfono de violencia doméstica e impulsar un pacto andaluz contra la violencia machista. Y también impulsar una ley de memoria histórica y democrática y retirar los restos de Queipo del Llano de la basílica sevillana de La Macarena. «Ya no hay que hacer juegos de flores para conseguir mayorías», ha dicho en referencia a sus acuerdos parlamentarios con Vox en la pasada legislatura.