Miembro de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas, cree que los peregrinos en una situación de vida compleja son vulnerables al reclutamiento
30 de junio de 2021 . Actualizado a las 7:40 a.m.
Luis Santamara del Ro (Zamora, 1982) responde al celular tras finalizar su conferencia sobre Cultos y Nueva Era en un curso en la Universidad de Verano de Teruel.
-Ha estado estudiando la conexión entre el Camino de Santiago y las sectas durante años. ¿De dónde vino este interés?
-El Arzobispo de Santiago me invitó en 2014 a asistir a un congreso internacional sobre el saludo cristiano en camino. Ha habido interés en conocer cómo el camino es instrumentalizado y manipulado por las sectas y la esfera esotérica para darle una interpretación diferente. Esto combinado con un interés que ya tenía, porque el Camino de Santiago es uno de los lugares del mundo favorecidos por ciertas corrientes esotéricas que lo consideran un lugar de poder, un enclave mágico.
– ¿Cuándo empezó la instrumentalización de la que hablas?
– No encontré nada antes de la década de 1970 cuando un autor francés, Louis Charpentier, que ya había escrito una obra sobre los enigmas de la catedral de Chartres, dedicó su segundo libro al Camino de Santiago, dando una interpretación mágica y simbólica de la peregrinación. y de todos los lugares y monumentos a lo largo del camino. A partir de entonces hubo escritores que destacaron todas estas facetas, y esto dio como resultado tanto ensayos como narrativas. En esta narrativa tenemos dos autores fundamentales, el escritor brasileño Paulo Coelho y la actriz estadounidense Shirley MacLaine.
-¿Cuál es tu influencia?
– Ambos hacen algo muy típico de la narrativa de tipo esotérico y misterioso, a saber, presentar de forma autobiográfica algunos hechos bastante inverosímiles. En el caso de Coelho, cuenta cómo, para pertenecer a una orden secreta y convertirse en mago, tiene que seguir el Camino de Santiago como camino de iniciación. Y Shirley MacLaine cuenta cómo descubrió sus reencarnaciones pasadas y la historia del universo en el Camino. Todo esto lleva a que algunas personas peregrinen para buscar la verdad sobre la existencia, para buscar las respuestas a sus preguntas. Y con esta mentalidad de que lo realmente importante se esconde y hay que descubrirlo con la ayuda de un profesor, un grupo que ya conoce esta sabiduría para poder mejorar como persona.
-¿Y el camino se convertirá en un lugar fértil para las sectas?
-En efecto. Tanto por este interés espiritual y esotérico que pueden tener algunos, como por la gran cantidad de personas que en ocasiones atraviesan crisis existenciales por problemas personales para repensar su vida. Esto significa que un número importante de personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad que las hace sensibles a las acciones de los cultistas. Buscan personas con determinados perfiles para que se enganchen a los conocimientos especializados y se sientan únicos en cierto modo. Si la persona es capturada, está convencido de que estos ideales requieren recursos, con dinero o trabajo autónomo. Todavía existen sectas clásicas que provienen del mundo religioso, pero ahora las que tienen un contenido espiritual más difuso o las que se quedan en temas de autoayuda o crecimiento personal están atrayendo a más personas.
-Comenta que desde el principio desconfié del Camino Universal a Santiago. Por qué
– Porque, como otras iniciativas, ofreció un estilo de peregrinación que hablaba de valores difusos, de hermandad, con contenido simbólico y sin mucha transparencia para explicar quién estaba detrás y cuál era su finalidad. Puedes ver que vino de un entorno esotérico y que algo se ha ocultado.
– Publicó que detrás está la Orden del Templo de la Jerusalén Celestial, ¿quién está al mando?
-En primer lugar, una pareja de origen francés que vive en Suiza y que encarna sabiduría y dignidad para sus seguidores. Puede haber 2000 miembros en el mundo.
– ¿Crees que harán una romería este año?
-O niegan la trastienda que existe, es decir, la de la secta, y la dejan como actividad superficial; o lo interrumpen para no llamar la atención. No sé qué van a hacer.
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