La asociación lo incluye en la Lista Roja de Patrimonio dos años después de que fuera declarado Bien de Interés Cultural por el Ayuntamiento
La Asociación Hispania Nostra ha incluido la iglesia de Santa Catalina en Romangordo en la Lista Roja del Patrimonio. El motivo de la inclusión, fechada el 11 de octubre, es, como ha hecho público el grupo, que «la falta de conservación que sufre tiene como consecuencia directa su actual estado de deterioro». El monumento fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Extremadura en 2020.
En cuanto a su situación, en los últimos tiempos la cubierta ha sufrido transformaciones fruto del paso del tiempo y la intemperie que han provocado el derrumbe parcial de la cubierta de teja árabe en varios lugares y el desprendimiento de piezas de madera y escombros en su interior, afirma la asociación. .
En el último informe de inspección de 2021 -indica- se reportan serios problemas en el entramado de la cubierta central así como en algunos artesonados. Concluyen que el sistema estructural de la nave está comprometido por los daños observados en la misma y que se extiende al coro bajo y otras áreas del edificio, por lo que existe un alto riesgo de derrumbe.
Historia
La fecha de su primera construcción es incierta, pero es posible vincular el origen del templo a la época de repoblación de la zona en el siglo XIV, bajo el reinado de Fernando VI. El análisis del edificio sugiere que se realizó en varias fases, una primera fase en los siglos XIII-XIV donde se construyeron la fachada y la torre.
En el siglo XV tiene lugar la construcción de la parte esencial actualmente existente; y en un tercer periodo se consolida la planta y altura actual a finales del siglo XV-principios del XVI.
En el siglo XX, en 1947, se produce una reforma que cambia la ubicación de algunos retablos y levanta el suelo del presbiterio, nivelándolo con el altar y la sacristía. En 1960 se renovó el techo. En la década de 1980 se eliminó la plataforma natural a los pies del edificio, rebajando el terreno hasta dejar desnuda la fachada oeste, y también se eliminó la “calavera” (osario).
En la década de 1990, la Junta de Extremadura acometió una rehabilitación general en dos etapas. Finalmente, en 2003 se realizó la última intervención por filtraciones de agua que se resolvieron con una impermeabilización de la cubierta.
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