un millón de menús en un servicio que tuvo que ser "proyectado"
El servicio de cocina del Hospital Universitario de Santiago sufrió como el resto por el uso del coronavirus. La primera infección se detectó a mediados de octubre, y a fin de mes ya había 16 positivos, además de 15 empleados en cuarentena por 185 empleados, entre cocineros, dietistas, jefes de ventas y trabajadores de producción, almacén y almacén.
Javier Vidal, que lleva un cuarto de siglo al frente de la cocina del complejo hospitalario, recuerda que esto era necesario señal el servicio a través de medidas higiénico-higiénicas aún más extremas, si cabe, en una laboriosa red en la que en 2020 sirvieron más de un millón de platos entre los menús (700.000, almuerzo y cena) y pensiones sin tener que descansar una jornada completa ( 380.000, desayuno y merienda).
A pesar de que el número de pacientes de CHUS se redujo temporalmente de un promedio de 1200 por día a alrededor de 900 debido a la presión en el hospital, la macro despensa del complejo muestra números que se cuentan en toneladas.
Así que solo consumieron carne entre res, junto con cerdo y pollo, más de ochenta toneladas.
En el resto de 2020, el pescado fresco agregó otras 75 toneladas. Javier Vidal apunta que este producto "se trae tres días a la semana desde diferentes mercados como Celeiro o Ribeira, una de las estrellas de la merluza". Además, hay 8.500 kilos de bacalao en salazón, “que también es muy valorado por los pacientes que han preparado especialmente a la gallega”, explica Vidal, que comenta que utilizaron 500 kilos de pimentón.
Se consumieron 75 toneladas y 170.000 kilos de hortalizas frescas y hortalizas de hortalizas congeladas.
Solo en huevos utilizaron 12.000 docenas y 35.000 litros de aceite en el servicio de cocina el año pasado.
Hay un ámbito donde el consumo ha disminuido en los últimos años y es el de la patata. Si anteriormente se consumieron más de 200 toneladas, se redujo a la mitad a 110 toneladas en 2020.
En la lechería, el yogur concentra el mayor volumen: 400.000 son consumidos por pacientes ingresados en CHUS, así como 160.000 postres como pudines o budines y 200.000 litros de leche.
Un millón de bolsas de azúcar o 400.000 tarros individuales de mermelada o mermelada, así como 150.000 zumos y medio millón de paquetes de galletas salieron de la despensa el año pasado.
Pero si hay un producto estrella, que es el pan, que promedia 3.500 albóndigas al día, en 2020 rondará los 1.300.000.
Y aunque hay pequeñas fuentes de agua potable en todas las plantas, el año pasado se utilizaron 120.000 litros y cuatro mil 500 mililitros.
Solo para las manzanas, que se consumen más en compota, se utilizaron 25 toneladas.
En total, el menú cuesta 5,50 euros por paciente.
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