Extremadura

Vivienda y electricidad disparan el IPC de la región por encima del promedio

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Una casa, más cara; la factura de la luz más cara; unos zapatos, más caros; una entrada de cine más cara. Todo cuesta más en España, pero también un poco más en la región, excepto la comida. En general, el índice de precios de consumo (IPC) se dispara en el país con un 6,5% y en Extremadura ha ido más allá, hasta el 7,1% (7,3% en Badajoz y 6,7% en Cáceres).

Este dato interanual comunicado en diciembre y conocido ayer supone la mayor subida de precios desde 1992. Detrás está, principalmente, el incremento de los precios de la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles, que son el conjunto de productos relacionados con el hogar, no son fungibles, hay que pagarlos y por tanto intervienen más en el IPC. Si en España este paquete creció un 23,3%, en Extremadura un 29%.

El economista Javier Bardají, más que preocuparse por el hecho de que los bienes y servicios cuesten apenas medio punto más en Extremadura, lo que considera «algo irrelevante y coyuntural», lo que le preocupa es que la economía esté reflejando un IPC en torno al 6 % y 7 %, tasas demasiado altas en su opinión. «Lo que hay que frenar es esta misma inflación porque si se traslada al Euribor, al que se refieren el 90% de las hipotecas, puede acabar en drama», advierte.

El segundo tema que más hizo subir los precios fue el transporte, que en España creció un 10,9% y en Extremadura un 12,5%, lo que tiene que ver con la subida de los precios de los carburantes y lubricantes de uso personal.

El precio de los alimentos y refrescos es el tercero que más incidencia tiene en el IPC, pero parece que los extremeños han intensificado su autoconsumo más que en otras comunidades porque si en el territorio nacional ha registrado una subida media del 5 %, en la región fue ligeramente inferior, 4,6%, según datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Frenar el consumo y el gasto público

De hecho, en el resto de capítulos de Extremadura está por debajo de los valores medios de España, aunque tienen menos peso para calcular el índice general, ya que no superan el 2,9%. Se refieren a bebidas alcohólicas y tabaco (1,5% en Extremadura), vestido y calzado (0,9%), muebles y menaje y su mantenimiento (1,2%), salud (0,8%), ocio y cultura (1,7%), educación ( 1%) y restaurantes y hoteles (2,9%), que, aunque más caros, han caído por debajo de la media nacional.

Pero no todo sube de precio. Lo que pagamos por estar en contacto unos con otros es un poco más barato. De las 11 partidas que vigila el INE, sólo se registra un valor negativo, el de comunicaciones, cuyos precios bajan un 0,4% en Extremadura (0,3% en España).

Según el experto Javier Bardají, “va a ser difícil hacer frente a esta inflación, que solo se puede hacer con dos fórmulas, que son el recorte del gasto público y el endurecimiento de los tipos de interés para frenar el consumo, pero de forma moderada para que para no estrangular el crecimiento quitando el crédito fácil a las personas.

Además, el economista de Badajoz no cree que esta inflación «loca», a su juicio, sea un efecto de la pandemia que comenzó en 2020. «Viene de la crisis financiera de 2008 y de la deuda que generó, que no ha parado, está recién remendado”, dice Bardají.


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