Extremadura

Nos juntamos por las migajas | Hoy dia

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Es cierto que la ciudadanía necesita comprobar que quienes nos guían defienden el territorio, porque así entendemos que están donde están, sobre todo para mejorar la vida de sus vecinos. Pero esa defensa incomprendida, del marketing y contra el resto, ha generado el panorama político polarizado y fragmentado en el que nos encontramos y que se va pudriendo a medida que cada vez son más los líderes que se suman a esa defensa en busca del apoyo de los ciudadanos que han llegado hasta otros a los que precedieron. ellos en estrategia.

No más vascos y catalanes, con esa continua exigencia histórica que el resto de nosotros hemos normalizado. Isabel Díaz Ayuso arrasó en las urnas no porque fuera la candidata del PP, sino porque se convirtió en la máxima representante de un nacionalismo madrileño que aún no había sucedido, presentando a su comunidad como la gran víctima del gobierno. Teruel Existe llegó al Parlamento sacando a relucir ese sentimiento de abandono y su compromiso es crear una escuela en esas otras zonas de un país cada vez menos asediado por una despoblación que asfixia su presente y su futuro. Porque con la lección que hemos estado recibiendo durante años, que el aumento de las diferencias y la victimización vale la pena, hemos aprendido que o defendemos lo que es nuestro o nadie vendrá a hacerlo.

Como los partidos mayoritarios no sabían o no querían acabar con las desigualdades entre los territorios, porque seguían dando poder a los que más gritaban, el resultado es esta tendencia alcista en la incomprendida defensa de la tierra, en que la única pregunta es qué es lo mío, y a lo que Extremadura también está condenada si quiere sobrevivir. Pero aquí lo hacemos al revés.

Tenemos motivos suficientes, tal vez como creen los ciudadanos de otras regiones, para no saber hacer o mal a los partidos tradicionales, para sentirnos defraudados y no pocas veces ignorados en esta comunidad autónoma y, por tanto, con motivos para alzar la voz en defensa de nuestro propio. territorio. El problema es que no lo entendemos como tal.

Quizás porque así como los partidos mayoritarios no han mitigado las desigualdades entre comarcas, tampoco lo han hecho bien aquí cuando no son las voces en defensa de Extremadura las que surgen sino de localidades, comarcas o provincias. Que se desmantele un pacto por el ferrocarril en esta región, que la unidad de una infraestructura vital para toda esta tierra dure poco más de dos años, lo dice todo.

Es contradictorio, creo que en un mundo globalizado, cuando estamos esperando las decisiones de Argelia o Rusia para ver si podemos bajar la factura de la luz y estamos agradecidos algún día de pertenecer a la Unión Europea, estamos en casa centrados en cortar este territorio lo tenemos y defendiendo solo la pieza en la que nos encontramos. Es demoledor y molesto ver que en esta región denostada y a la cola de casi todo nos involucramos en el reparto de las migajas que nos llegan, es molesto notar varias veces que somos incapaces de defender todo unánimemente, de unir fuerzas. y voces a los pedidos que tenemos a pocos kilómetros de distancia, porque hemos levantado mil fronteras entre sus localidades en esta vasta tierra, porque no podemos entender que si nuestro peso es bajo en el panorama nacional, divididos dejaremos de existir, que es hora de entregarnos a las luchas ciudadanas y es hora de sumar peticiones que beneficien a la región sin mirar el color de los municipios ni el color de los políticos que los gobiernan, aunque sea lo único que miran . Los de todos los colores.

El Centro Nacional de Investigación y Almacenamiento de Energía (CNIAE), aunque todavía no está claro de qué se trata, estará en Extremadura. Por eso se equivocó el alcalde de Badajoz cuando calificó de hurto que Cáceres hubiera sido elegido para este centro y no para su ciudad, cuando agradeció irónicamente al Gobierno español y a la Junta de Extremadura su apoyo en Badajoz y cuando acusaron de generando conflictos donde no los había. De hecho, una nueva batalla en esta ya larga batalla histórica que solo él estaba provocando nuevamente.

Pero Ignacio Gragera no se equivoca cuando exige a Pedro Sánchez que lleguen otras inversiones a la capital Badajoz, como hace el alcalde de Plasencia cuando pide el restablecimiento de las conexiones ferroviarias con Madrid que existían antes de la pandemia. Porque ambas solicitudes serán positivas para la región. Por ello no es aceptable que solo desde el sur se aprecie que se dé prioridad al corredor de mercancías Badajoz-Ciudad Real y solo desde el norte se queje de la abolición de la prioridad para la reapertura de la Ruta de la Plata. tren. Como si uno y otro no golpearan a Extremadura de la misma forma. Tampoco es aceptable que sigamos satisfechos con el cambio de cartas, que nos den una de cal y otra de arena, y nos quedemos callados cuando nuestro rostro nos toca, aunque el de al lado toque la cruz. Como si su batalla no fuera nuestra.


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