En 1975, cada extremeño generaba una media de 5.896 € al año. 45 años después, esa cantidad ascendía a casi el triple, 18.637 euros. Se asume un crecimiento medio anual del 2,65%, el más alto de todas las comunidades autónomas, seguida de Galicia (2,29%) y Castilla y León (2,23%). El promedio del país durante ese período fue de 1,75%.
Pero como muchas estadísticas, esta también tiene su «pero». Estas tres regiones son las únicas en España (junto con Asturias) que han visto disminuir su población en los últimos 45 años. La operación matemática es simple. Si la riqueza aumenta y la población disminuye, la relación de división (PIB per cápita) será mayor que la de otras regiones.
Sin embargo, la realidad indica que Extremadura ha crecido más que el resto de regiones en estos 45 años de democracia, tal y como refleja el informe «45 años de evolución económica, social y empresarial de las comunidades autónomas en España (1975-2020)», elaborado por la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas.
Por ejemplo, en 1975, el PIB per cápita de Extremadura era el 69,3% del de Andalucía. En 2019, que es el último año que el informe recopila datos, ya estaba en el 95,7%. En otras palabras, la brecha se redujo en más de 26 puntos. En comparación con la región más rica, la diferencia se redujo en 18 puntos. Si en el 75 un extremeño generaba de media una riqueza equivalente al 35% de la producida por un madrileño, hoy es del 53,6%.
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