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El modelo está destinado a mujeres asintomáticas de entre 50 y 69 años que participan en el cribado del cáncer de mama.
El objetivo es adaptar cada vez más las mamografías al riesgo de cáncer.
Un equipo de médicos e investigadores del Hospital del Mar y del Instituto Médico del Hospital del Mar (IMIM) ha desarrollado un modelo matemático que lo hace posible por primera vez anticipar el riesgo de desarrollar cáncer de mama a la larga, incluso en veinte años. Este nuevo sistema de predicción está destinado a mujeres asintomáticas de entre 50 y 69 años que se someten a exámenes de detección de cáncer de mama.
El nuevo modelo tiene en cuenta la edad de las mujeres y la suya. Trasfondo familiar, los de lesiones mamarias benignas y la presencia de patrones sospechosos en pruebas de imagen previas para determinar el riesgo de desarrollar cáncer de mama en un período de dos a veinte años. Los investigadores lo desarrollaron tras analizar datos de 122.000 mujeres que se sometieron a programas de cribado en los hospitales de El Mar y Sant Pau entre 1995 y 2015.
Previsiones a 20 años
Lo relevante de este modelo es que permite, por primera vez, predecir el riesgo de desarrollar la enfermedad en Intervalos de dos años hasta la edad de veinte. «Los modelos actuales permiten un máximo de dos, cinco o diez años para que una mujer desarrolle esta enfermedad y, en general, no estaban destinados a mujeres que participaban en el cribado del cáncer de mama», explica Javier Louro, matemático e investigador del IMIM Epidemiología – y grupo de valoración .
Según Louro, «este modelo calcula la probabilidad de que no pueda decir qué mujeres contraerán cáncer y cuáles no, pero qué mujeres tienen más probabilidades de contraer cáncer de mama. Hemos estado utilizando información de toda la historia de estas mujeres desde Contamos con 20 años de seguimiento. Hay mujeres que los han seguido desde los 50 hasta los 69 a lo largo de su proceso de cribado. »
Este modelo no puede decir qué mujeres contraerán cáncer y cuáles no, pero qué mujeres tienen más probabilidades de contraer cáncer de mama.
Este avance puede hacer posible adaptar el seguimiento de las pacientes a su riesgo y ajustar la frecuencia de las pruebas de detección, que ahora se realizan cada dos años para todas las mujeres de entre 50 y 69 años. «Lo que queremos es pPersonalice la estrategia de detección para hacerlo más eficiente. La idea de las pruebas de detección es que a las mujeres con mayor riesgo se les puede ofrecer una mamografía o una resonancia magnética más precisa cada año en lugar de una mamografía cada dos años. Por otro lado, podemos esperar un poco más para las mujeres con menor riesgo, ya que tienen muchas menos probabilidades de desarrollar la enfermedad ”, dice Marta Román, investigadora principal del proyecto y miembro del Servicio de Evaluación y Epidemiología del Hospital del Sea. .
Programas de cribado personalizados
El modelo ha sido diseñado específicamente con la capacidad de hacerlo teniendo en cuenta las características de las mujeres en edad de cribado. Discriminación hasta en un 64%a pesar de que los autores analizan otra variable, la densidad mamaria, para aumentar su poder predictivo. “Una de las debilidades que tenemos que mejorar es la capacidad de discriminar, de decir exactamente qué mujeres tienen la enfermedad y cuáles no. Esta capacidad es relativamente pequeña”, agregó Román.
Contamos con 20 años de seguimiento. Hay mujeres que las han seguido desde los 50 hasta los 69 a lo largo de su proceso de cribado
Para desarrollar este sistema de prevención, los investigadores analizaron los datos de los programas de detección durante 20 años, y las mujeres que habían pasado por los programas fueron seguidas durante un promedio de 7,5 años. De 122.000 mujeres 2.058 pacientes que se examinaron finalmente desarrollaron cáncer de mama. Según Román, los pacientes con mayor riesgo de cáncer son aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad, lesiones proliferativas benignas y calcificaciones activas.
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