El acto central de la formación, que ha tenido lugar esta tarde en Málaga, consigue reunir a más de 400 personas y refuerza el optimismo que destila la campaña
Esos mítines de miles nunca volverán a ocurrir, dijo recientemente un líder político veterano, refiriéndose a los mítines de campaña donde los partidos llenaban los estadios. Las redes sociales, el «streaming» y un profundo desencanto son los motivos que han llevado a esta realidad, que no es ajena a estas elecciones en Andalucía. Por eso, resulta paradójico que Ciudadanos, un partido que todo el mundo da por muerto, consiguiera reunir este domingo a unas 400 personas para su acto central de campaña, que tuvo lugar en Málaga en el recinto de Eduardo Ocón, en presencia de la candidata andaluza Inés. Arrimadas y toda la dirección nacional de la formación. Es cierto que las acusaciones y la militancia se deben a estas llamadas, pero lo cierto es que hace unos meses no llegaban.
Ese optimismo (que a veces raya en Mrwonderfulism) está arraigado en el ADN del Partido Naranja, pero es cierto que dicen que pueden caminar por la calle con la frente en alto. De hecho, el acto comenzó unos 45 minutos más tarde de lo previsto porque a Arrimadas la paraban en la calle para saludarla. Seguramente ya estaría escrito, pero esto confirmó su discurso de que «nadie» que votó por ella está decepcionado de haberlo hecho. “Si no votamos como en 2018”, ha recalcado en varias ocasiones, “las cosas en Andalucía no van a seguir como en 2018. El verdadero cambio tardó 40 años y solo se consiguió cuando Ciudadanos tuvo la suficiente confianza por parte de la andaluces. Ahora hay que defender Andalucía paso a paso, día a día y voto a voto. Si no, Andalucía empeorará»; enfatizó y confirmó el mantra de Marin de las últimas semanas: El caos o yo.
Los ciudadanos creen que la campaña está funcionando bien. Algunos dirigentes tienen claro que la vicepresidenta de la junta directiva fue la mejor del debate “junto a Teresa Rodríguez”. El propio Marín sabe que si es cierto que sus electores valoran su trabajo, le conviene que tenga que venderlo lo mejor que pueda. “Hay gente a la que le lleva mucho tiempo la campaña. Todavía tengo días para contarles a los andaluces todas las cosas que hemos mejorado en esta tierra». A partir de ahí dar ejemplo y vender gestión. «Andalucía encabezó las listas de paro y fracaso escolar y ahora le hemos dado la vuelta y lideramos el crecimiento económico y laboral», dijo el líder andaluz de Cs, quien se comprometió a seguir aplicando «las mismas políticas fiscales que nos habéis llevado lejos, porque generan ingresos para que hoy todos vivamos mucho mejor, por la equiparación de salarios a los docentes y trabajadores de la salud.
Exactamente, hay un sentimiento que oscila entre el orgullo y la ira en la cúpula de los ciudadanos. Creen que el PP está explotando el trabajo de los ministerios gestionados por su partido para vender su propia administración. “Hablan de empleo, turismo, asuntos sociales y salud. Y tres de esos cuatro los ha llevado nuestro partido, por mucho que algunos quieran ahora llevar medallas”, ha dicho Nuria Rodríguez, la candidata por Málaga y una de las revelaciones autonómicas en esta campaña electoral. Pese a su poca experiencia en eventos públicos, la ex delegada de turismo subió al escenario sin protagonismo, solo con un abanico y unas gafas naranjas. «Aquí no hay nada triste, así que me los quito para mirarte como podemos ver los andaluces. En tu cara”, exclamó entre aplausos, sabiendo que en Madrid ya son conscientes de que ha nacido una estrella que esperan que no perezca.
Probablemente puedan contar con eso en su futuro. Para Marín, hacer entender a la gente que si son felices, depende de su gestión. Que Arrimadas va desde la simpatía en un espectro y otro hasta que la gente opte por votarla. Que Guillermo Díaz -que también tuvo su parte en el mitin- sigue ahondando en la política sin quedarse con los mensajes de «comida rápida». Y por lo que está por venir en unos días, por el “huracán” Nuria Rodríguez (como ya la llaman públicamente en su partido), para mantener la esperanza que tienen los militantes a estas alturas de seguir marcando el destino de Andalucía. . Según las encuestadoras, sus diputados se cuentan con los dedos de una mano.
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