“Hoy empezamos aquí, con 50 días de antelación”, dijo Juan Espadas en el Parador de Gibralfaro de Málaga. El candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Andalucía inició la precampaña rodeado de su casi completo equipo malagueño, una candidatura «unida y renovada» dispuesta «a salir a la calle a ganar las próximas elecciones» el próximo 19 de junio. “Con una edad promedio de 42 años y ganas de comerse el mundo”, agregó.
Con el secretario general del PSOE en Málaga Daniel Pérez de un lado e Isabel Aguilera del otro, Espadas marcó la lista de Málaga, encabezada por Josele Aguilar, con sus dos grandes retos: el paro juvenil y los servicios básicos. El líder socialista recordó que Málaga era la segunda provincia andaluza con una tasa de paro superior al 20%, un «problema pendiente» que el actual Gobierno andaluz «no ha podido revertir».
Hizo especial hincapié en el paro juvenil, una lacra que pretende combatir con «inversión pública y reconfiguración del tejido productivo, mejora de las capacidades e inserción laboral en sectores emergentes que generarán más empleo en los próximos años». También denunció el «grado de colapso y mala calidad» del servicio de atención primaria, que ha sido criticado por pacientes y médicos por falta de recursos.
Por su parte, Daniel Pérez anunció una campaña repleta de «propuestas de futuro» para convencer a la ciudadanía de que su partido «ha transformado y seguirá transformando» Andalucía. Porque según el malagueño, Juanma Moreno Bonilla no ha traído ningún proyecto nuevo a la provincia: «Todo lo que iniciamos se hizo con el sello de los socialistas».
Pero las elecciones andaluzas también se leen en tono nacional, y los mensajes de hoy de Espadas no solo iban dirigidos al presidente de la Junta de Andalucía. El candidato socialista se refirió a la nueva dirección de Núñez Feijoo, «que sigue siendo la misma, la vieja derecha de siempre» y criticó la «vergonzosa» falta de apoyo del PP a la promulgación de medidas para paliar las consecuencias de la guerra en Ucrania en la economía. «Es increíble cómo la derecha puede esconderse en una estrategia permanente de confrontación, sin asumir que está en juego el bolsillo de los ciudadanos», dijo.
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