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La nueva ejecutiva federal será más corta y de mayor peso político. Después vendrán los congresos autonómicos, y solo habrá disputa en Madrid y Galicia
El lunes, Ferraz aprobará los cambios en los grupos: la entrada de Héctor Gómez y Eva Granados como portavoces y de Rafi Crespín como dos en el Congreso
El huracán pasó por el Ejecutivo y ahora aterriza en el PSOE. El partido emprende ya, desde este mes y hasta final de año, su proceso de recomposición interna. A nivel federal, primero. En el escalón autonómico, después y, desde principios de 2022, en la esfera provincial y local. Una cascada de procesos congresuales con los que Pedro Sánchez quiere poner a punto sus filas, prepararlas para la competición de 2023 —autonómicas y locales y, al final, generales, si no hay sorpresas—, pero también lanzar un mensaje de renovación interna. «Soltar amarras«, dicen algunos cuadros. Dar paso a una nueva etapa enterrando la que se abrió con el cónclave de 2017, en el que venció a Susana Díaz y en el que compuso unos órganos que eran tributarios de aquella pugna fratricida. Hoy, más de cuatro años después, él es presidente, su liderazgo es indisputado y ha logrado, especialmente a raíz de la última y profunda remodelación de su Gabinete, cohesionar más a los suyos, emitir señales de pacificación interna. Por si vienen mal dadas. Porque es consciente de que, ante un crecimiento de las derechas, necesita a todo el PSOE detrás de él.
El 40º Congreso Federal se celebrará el 15, 16 y 17 de octubre en València, en la Fira, cónclave al que acudirán 1.049 delegados. Esa será la culminación de un proceso que ya ha arrancado. La ponencia marco está enviada a los territorios y Sánchez es, oficialmente, el único candidato a la secretaría general, ya que ningún otro militante presentó su solicitud el pasado miércoles. No hay, pues, ni espacio para la anécdota. Aun así, el presidente está obligado a presentar el aval del 1% del censo (y un máximo del 2%). O sea, entre 1.750 y 3.500 rúbricas. Un umbral que ya ha superado, por lo que será proclamado líder esta próxima semana para un tercer mandato.
Este lunes, 6 de septiembre, en la primera ejecutiva del curso, Ferraz dará luz verde al anticipo de la renovación interna que vivirá el partido en el cónclave de octubre. Procederá solo a tres cambios. Así, la dirección propondrá la sustitución de Adriana Lastra como portavoz en el Congreso y cubrirá la misma plaza en el Senado, vacante desde que Ander Gil ascendió a la presidencia de la Cámara alta, tras la marcha de Pilar Llop a Justicia. A Lastra la reemplazará el canario Héctor Gómez, diputado nacional desde 2019. La nueva portavoz en el Senado será Eva Granados, dos del PSC y mano derecha de Miquel Iceta desde 2015. Antes deberá ser designada senadora por el Parlament. También se nombrará a la cordobesa Rafaela Crespín secretaria general del grupo en el Congreso, como relevo de Rafael Simancas. Los tres forman parte de la misma generación —todos están en la cuarentena, y poco más jóvenes que el propio Sánchez— y son los nuevos rostros que el líder quiere promocionar.
En Ferraz se da por hecha la continuidad de Adriana Lastra y Santos Cerdán, pero vista la hondura de la crisis de gobierno, nadie pone la mano en el fuego por nadie
La segunda parte de la reestructuración federal se acometerá ya en el 40º Congreso. El presidente no ha dado pistas de cómo será su nuevo equipo, aunque en Ferraz se cuenta con que compondrá una ejecutiva más reducida —la que emanó del anterior cónclave tenía 49 miembros—, de más peso político. Caído José Luis Ábalos no solo como ministro, sino como secretario de Organización (una salida de escena nunca explicada de manera convincente), la principal duda será la alineación del núcleo de poder. En la sede federal, se percibe como segura la continuidad de Lastra y del nuevo número tres y heredero del puesto de Ábalos, el navarro Santos Cerdán. Con ambos se citó Sánchez en la Moncloa tras ejecutar la reestructuración ministerial del 10 de julio, y con ambos decidió, ese fin de semana, la promoción de Gómez y Granados, aunque se guardó en secreto durante mes y medio. El nombre de Rafi Crespín surgió más tarde, tras el fichaje de Simancas por Félix Bolaños como número dos de Presidencia.
Sin cambios de imagen
La dirigente asturiana está centrada en la preparación del 40º Congreso pero, en el fondo, ha perdido proyección. Sánchez la aupó a la vicesecretaría general en 2017 y, cuando llegó a la Moncloa, la designó portavoz en la Cámara baja. Ahora ella se desprenderá de esta última cartera en favor de Héctor Gómez, con lo que su visibilidad menguará. Lastra y Cerdán son los resistentes del círculo de confianza del líder, los únicos que, por ahora, continúan en primera línea, tras ser apartados del Gobierno Ábalos, Iván Redondo y la ya exvicepresidenta Carmen Calvo, aún secretaria de Igualdad del PSOE. Se espera que los dos sigan a su lado pero, vista la hondura y la sorpresa de la crisis de gobierno (no se contaba, en absoluto, con la defenestración de Ábalos y Redondo), nadie se atreve a poner la mano en el fuego por nadie.
«No será una ejecutiva de cuotas. Se va a primar que sea un buen equipo, para ponernos a trabajar desde ya» de cara al ciclo electoral de 2023, insisten en el cuartel general
Más allá de cábalas, ninguna certidumbre. «Cualquiera sabe lo que piensa Pedro. No hay lógica ninguna que opere, como se ha visto ya», advierte un miembro de la cúpula saliente. Otra compañera de la dirección coincide. Desde el corazón de Ferraz insisten en que «es el secretario general quien decide». «Será una dirección más corta y con caras nuevas, seguro, porque tenemos un buen banquillo”. En las quinielas figuran las coordinadoras de la ponencia, Hana Jalloul y Lina Gálvez, además de Bolaños. “Y con un objetivo: elecciones —abunda esta fuente—. Hay que poner el partido a punto para el siguiente ciclo electoral. Para las andaluzas, que llegarán antes, y para las autonómicas y municipales de mayo de 2023, y luego las generales. Aunque habrá representación de todos los territorios, y siempre hay que hacer algún encaje, no será una ejecutiva de cuotas. Se va a primar que sea un buen equipo, para ponernos a trabajar desde ya». En el 40º Congreso no habrá cambios de imagen corporativa, porque están «orgullosos» de su historia, «a diferencia del PP».
Justo a continuación se celebrarán los congresos autonómicos, todos antes de fin de año. Galicia y Madrid serán los únicos territorios donde habrá primarias y en ambos Ferraz promete mantenerse «neutral«. En la primera, Galicia, los contendientes serán el secretario general desde 2017, Gonzalo Caballero —al que muchos consideran amortizado, por los malos resultados de las autonómicas de julio de 2020, en las que el PSdeG quedó tercero en votos y escaños, por detrás del BNG— y Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña y alcalde de As Pontes.
En el PSOE-M, dirigido desde mayo por una gestora presidida por Isaura Leal, son por ahora cuatro los precandidatos, aunque solo dos tienen más opciones de victoria: Juan Lobato, diputado autonómico, y Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada. Los otros dos aspirantes son Eva Llarandi, secretaria general en Paracuellos del Jarama, y el abogado memorialista Eduardo Ranz. Los pronósticos en Madrid y Galicia se tornan difíciles por lo desestructurados que están el PSdeG y el PSOE-M, sin grandes familias que aglutinen el voto.
También el congreso del PSC
No habrá guerras en ningún otro territorio. Como se preveía, continuarán al frente de sus federaciones los barones que presiden sus autonomías —Valencia, Ximo Puig; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Aragón, Javier Lambán; Extremadura, Guillermo Fernández Vara; Asturias, Adrián Barbón; Baleares, Francina Armengol; Canarias, Ángel Víctor Torres, y Navarra, María Chivite— o que las vicepresiden (Pablo Zuloaga, en Cantabria). También seguirán los líderes en la oposición pero consolidados (Luis Tudanca, en Castilla y León; Diego Conesa, en Murcia, y Gloria Rojas, en Melilla).
Los barones que presiden o vicepresiden sus comunidades se mantendrán en sus cargos, igual que los que están en la oposición consolidados. La presidenta Concha Andreu será también líder en La Rioja
En La Rioja, comunidad que el PSOE reconquistó en 2019, se pone fin a la bicefalia: el máximo responsable regional, Paco Ocón, anunció la pasada semana que no repetiría, lo que dejó la puerta libre a la actual presidenta del Gobierno autonómico, Concha Andreu, con quien estaba enfrentado. En Euskadi, la capitana y vicelendakari segunda, Idoia Mendia, no prevé concurrir para un tercer mandato, y su sucesión se espera ordenada. Las riendas del PSE las tomará el portavoz socialista en el Parlamento de Vitoria, Eneko Andueza. En Ceuta, el proceso está ahora más abierto porque su jefe, Manuel Hernández, no revalidará el cargo, para el que ya se ha postulado Juan Gutiérrez, diputado en la Asamblea. En Andalucía, ya se ventiló el proceso sucesorio: el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, venció con rotundidad a Susana Díaz en las primarias para la Junta del 13 de junio y, un mes más tarde, se convirtió en nuevo líder del PSOE-A.
Los fines de semana siguientes al cónclave federal están ocupados por los procesos orgánicos ordinarios territoriales. El 23 y 24 de octubre, se celebrarán los congresos de Extremadura y Navarra (y la primera vuelta de las primarias en Madrid). El 30 y 31, los de Castilla-La Mancha y La Rioja (y la segunda ronda en Madrid, si hiciera falta). El 6 y 7 de noviembre tendrán lugar los cónclaves de Andalucía, Aragón y Ceuta. El siguiente fin de semana, el del 13 y 14, llegarán los de la Comunitat Valenciana y Madrid. El del 20 y 21, los de Canarias y Euskadi, y el del 27 y 28 de noviembre, los de Castilla y León y Baleares.
El 4 y 5 de diciembre está programado el congreso del PSOE de Murcia; el 11 y 12, los cónclaves de Cantabria y Melilla, y el 18 y 19, el de Asturias. Galicia tiene aún que decidir su fecha, pero solo tendría dos ventanas, ambas en el último mes del año: o el 4 y 5, con Murcia, o el del 18 y 19, con Asturias. En este último fin de semana disponible antes de Navidad, se ha acomodado asimismo el congreso extraordinario del PSC, que solemnizará el relevo de Miquel Iceta por el exministro Salvador Illa.
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Después de los cónclaves autonómicos, se sucederán los provinciales y locales. Ferraz quiere «cerrar cuanto antes todo el proceso congresual», para que el PSOE se ponga de inmediato «en modo campaña«. Pero durante semanas habrá actividad orgánica. El presidente ya retomó este sábado su agenda de partido en Jaén, en un mitin con dos barones: Juan Espadas y Ximo Puig. Ahora, admiten en Ferraz, está mucho más «engrasada» la coordinación Gobierno-PSOE, gracias a la labor del nuevo director de Gabinete de Sánchez, Óscar López, buen conocedor de la fontanería socialista (fue jefe de Organización con Alfredo Pérez Rubalcaba), con un perfil opuesto al de Redondo. Sánchez, dicen en la sede federal, «ha mudado de piel» y ya está «libre de hipotecas«.
El reto de reorganizar Madrid
Ferraz es consciente de que, más allá de la elección de una nueva dirección en el PSOE-M, tiene que haber cambios organizativos, especialmente en la capital, un agujero electoral sin fin (un 13,75% obtuvo Pepu Hernández en 2019, el peor resultado histórico). La cúpula federal entiende que las agrupaciones de distrito pueden mantenerse como casas del pueblo, pero no como estructuras orgánicas. Su apuesta es que se elija a un secretario general de Madrid ciudad «potente». «La capital tiene una entidad suficiente por sí misma, y es obvio que tenemos un problema que solucionar. Está claro que el actual modelo [22 agrupaciones de distrito y la ASU, la Agrupación Socialista Universitaria] no funciona», afirman desde el cuartel general.
Tras el 39º Congreso, se preveía la creación de un órgano de coordinación para toda la ciudad, pero sin suprimir las direcciones locales. Ahora la idea de eliminar esos pequeños órganos —tampoco original, porque ya con Pepe Blanco en Organización se planteó la reorganización capitalina— cobra fuerza, para aumentar la «coordinación» en la ciudad. Pero, como dicen en Ferraz, todo dependerá del rumbo que tome el nuevo secretario regional. En cualquier caso, en la dirección de Pedro Sánchez sostienen que la clave está en «hacer partido y estar en la calle» para poder vencer al PP. El PSOE perdió la alcaldía de Madrid en 1989 y el Gobierno autonómico, en 1995.
La delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, suena como posible líder de los socialistas en la capital. Hasta marzo era concejala en la ciudad, primera portavoz adjunta del grupo que dirigía Pepu Hernández, el candidato de 2019 y apuesta personal de Sánchez. Este dejó su cargo y acta el pasado jueves, tras el fiasco electoral y dos años en la penumbra y sin ser repescado por el presidente para su Ejecutivo.
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