El diputado regional Juan Lobato y el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, competirán por el liderazgo de una federación hundida tras el 4-M
La opción de una ‘tercera vía’, encarnada en la delegada del Gobierno, Mercedes González, se descarta. Las primarias serán el 23 de octubre
Juan Lobato frente a Javier Ayala. El excalde de Soto del Real frente al regidor de Fuenlabrada. Se esperaba disputa en primarias y, salvo sorpresa final, porque aún queda tiempo, la habrá. Entre ellos dos. El PSOE de Madrid vivirá una nueva pugna por el liderazgo de la federación, también entre dos candidatos con opciones de ganar. Pero, en esta ocasión, y esta es la novedad, la batalla se presenta más incierta, porque por primera vez en más de una década, Ferraz se pretende mantener «al margen«, sin señalar a su favorito. Sin hacer una apuesta clara y diáfana. La dirección federal quiere seguir de lejos la campaña interna, precisamente porque en las elecciones autonómicas del pasado 4 de mayo, bases y cuadros madrileños la acusaron de haber teledirigido todo el proceso, con pésimos resultados: un desastre sin paliativos frente a Isabel Díaz Ayuso, que pudo mantener para el PP el Ejecutivo autonómico, en sus manos desde 1995.
Ninguno de los dos, ni Lobato ni Ayala, ha oficializado su candidatura, pero se espera que lo hagan en los próximos días, tal y como confirmaron fuentes próximas a ambos a EL PERIÓDICO. Los dos dirigentes ya han trasladado a los secretarios locales sus intenciones, pero quieren esperar a que lo haga Pedro Sánchez en el escalón federal. Este miércoles, el presidente del Gobierno cumplirá el trámite y se postulará para repetir mandato en el PSOE, una pura formalidad de cara al 40º Congreso —se celebrará entre el 15 y el 17 de octubre en València—, ya que no tendrá ningún rival con fuerza y su liderazgo es incontestable. Después, por tanto, se lanzarán al ruedo Lobato y Ayala. Tienen margen porque el proceso regional sucede al federal: el 17 de septiembre habrán de registrarse las precandidaturas y la primera vuelta de las primarias, según el calendario diseñado por la gestora que dirige el PSOE-M, tendrá lugar el 23 de octubre. Si ninguno de los aspirantes logra el 50%, los dos más votados concurrirán en segunda ronda una semana más tarde, el día 30. El congreso autonómico llegará el 13 y 14 de noviembre.
Lobato, técnico de Hacienda del Estado, fue alcalde de Soto del Real de 2015 a 2021. Ayala lidera Fuenlabrada desde 2018
Quien sí se ha presentado ya es Eva Llarandi, secretaria general del PSOE de Paracuellos del Jarama y portavoz municipal, aunque ‘a priori’ sus opciones son mínimas. La competición basculará, pues, en torno a los dos candidatos más fuertes. Juan Lobato (Madrid, 1984), licenciado en Derecho y en Administración y Dirección de Empresas, técnico de Hacienda del Estado desde 2010, aterrizó en la política municipal con 18 años, cuando se convirtió en concejal de Soto del Real, una pequeña localidad del norte de la región, de 8.900 habitantes, y sociológicamente conservadora. Del 14,67% de 1999 se pasó al 29,84% de 2003, en sus primeras urnas, y en 2015, con un 35,89%, logró el bastón de mando: fue el primer alcalde socialista desde la Segunda República, cuando el pueblo estuvo gobernado por Eugenio Candelas, fusilado en julio de 1939. En 2019, cuando repitió por cuarta vez como cabeza de cartel, saltó al 59,3%, abrumadora mayoría absoluta. Para las elecciones del 4-M, la Moncloa y Ferraz ya le señalaron como valor emergente, al colocarle como número cuatro de la candidatura que encabezó, por tercera vez, Ángel Gabilondo.
El regidor dejó entonces la alcaldía tras seis años en el cargo . Los comicios firmaron la debacle total del PSOE-M (quedó como tercera fuerza, por debajo de Más Madrid, y 24 escaños, 13 menos), provocaron la dimisión de José Manuel Franco como secretario regional y la renuncia al acta de Gabilondo. Ferraz nombró una dirección interina, presidida por la diputada Isaura Leal. La gestora, a la hora de designar una cúpula provisional socialista en la Asamblea de Madrid, corrió lista e hizo a Lobato portavoz adjunto, como segundo de Hana Jalloul, la dos de la lista el 4-M.
Con Getafe y Alcorcón
La candidatura de Lobato parecía cantada desde hacía meses. Él ya compitió contra Franco en 2017, en unas primarias internas en las que Pedro Sánchez y su dirección se volcaron con él. Franco (71,77%) aplastó al entonces regidor (19,74%). Tras ser aupado a las listas del 4-M y caer el secretario autonómico, se le veía como posible aspirante. Lobato pretende, relatan fuentes próximas, que el PSOE-M dé «un salto hacia una posición más moderna, dinámica y transversal, que llegue a sectores que han desconectado con el partido: jóvenes, por su puesto, pero también amplios sectores de la sociedad madrileña». A nivel interno, quiere «generar horizontalidad«, generar «activismo moderno», montar equipos «con hambre e ilusión», y, enfatizan las mismas fuentes, «que se dediquen a Madrid al 100%«.
El diputado regional pretende dar un salto hacia un PSOE más «moderno», «dinámico y transversal», que conecte con los jóvenes y los que se han ido
Esa es una crítica implícita al directo rival, Javier Ayala (Córdoba, 1972), alcalde de Fuenlabrada desde 2018. El regidor, de hecho, no pretende abandonar la vara de mando ni aunque ganara las primarias, y su propósito es repetir al frente de su ayuntamiento en 2023. Cree que ahí radica, precisamente, su fuerza. Y es que Fuenlabrada es la joya de la corona de los socialistas madrileños y una localidad que Ferraz siempre señala como ejemplo de su gestión municipal. Gobiernan esta ciudad del sur, de 194.500 habitantes, desde las primeras elecciones democráticas, de 1979. Sin interrupción. Ayala, licenciado en Derecho, concejal de Urbanismo desde 2006 hasta que se convirtió en primer edil 12 años más tarde, consiguió un holgadísimo 55,5% de los votos en 2019, mayoría absolutísima.
La candidatura de Ayala nace fruto del alineamiento con las alcaldesas de Getafe, Sara Hernández —líder del PSOE-M entre 2015 y 2017—, y Alcorcón, Natacha de Andrés. Tres bastiones claves del partido, tres municipios del cinturón rojo. Su diagnóstico compartido es que la organización «está muy floja, no tiene músculo», por lo que se necesita «hacer partido«, antes de proceder a nombrar a los candidatos de 2023. «Lo importante no es quién encabeza el cartel, sino qué lidera y para qué», razonan. Ayala, arguyen fuentes próximas, está convencido de que su principal «virtud» es «saber montar equipos, sumar gente al proyecto», «sin protagonismos».
De nuevo, aflora la crítica tamizada hacia el adversario, hacia Lobato en este caso. «Nosotros hablamos de partido, mientras que la posición de Juan es más personalista. Ya hemos probado con un profesor reputado [Gabilondo] y salió mal, ahora la apuesta por un joven formado puede salir bien o mal, pero nada será sólido si no hay un PSOE fuerte. En unas elecciones, suman programa, siglas y candidato, y ahora el PSOE no está sumando«, defienden en el círculo íntimo del alcalde fuenlabreño.
La candidatura regional «ya se verá»
Lobato, repiten en su entorno, se presentará para llevar las riendas del PSOE-M. Solo eso, «por ahora». La candidatura autonómica «ya se verá«. «Antes que eso hay mucho trabajo interno por hacer, y se trata de que todo el mundo esté enchufado», indican. No obstante, el diputado no cierra la puerta a ser cartel electoral en 2023. Ayala descarta esa idea. Los que apoyan a Lobato sostienen que la situación tan precaria del partido, catatónica, exige de un secretario general que se implique por entero, y no que compatibilice su cargo orgánico con la alcaldía de una ciudad tan grande como Fuenlabrada.
Ayala se presenta para «hacer partido», porque la organización está «floja», y su pretensión es repetir en la alcaldía en 2023
Además, creen que Ayala «arriesga» el poder de su ciudad al presentarse a una competición en la que podría perder y de la que, entonces, saldría trasquilado y debilitado de cara a sus votantes. «Eso es conocer poco el sur —responden desde la otra trinchera—. Nuestra gente valora mucho la valentía, representar a la ciudad tanto si ganas como si pierdes. Ayala, apuntan los suyos, cree que los militantes aplaudirán que den un paso adelante «los que ganan elecciones». «Aquí llevamos 42 años haciendo las cosas bien, y el ‘sello Fuenla’ va a pesar mucho. Fuenlabrada es un buque insignia a nivel federal, y no es comparable con Soto del Real, con menos de 10.000 habitantes», añaden.
Esa «superioridad» irrita a otros regidores socialistas que no apoyan al fuenlabreño. «La historia del alcalde más votado ya la escuchamos en Tomás Gómez [elegido secretario general en 2007, cuando era el triunfante primer edil de Parla, y defenestrado por Sánchez en 2015], y salió como salió. Ellos no representan la sociología de Madrid. Hay que dar un cambio importante a las siglas. O cambiamos, o mandamos un mensaje muy potente, o atraemos a los menores de 40 años o a las familias de las nuevas urbanizaciones, en las que nuestros resultados son devastadoramente malos, o no tendremos nada que hacer», observa un alcalde de una ciudad de mucho peso demográfico que apoya a Lobato.
La gestora de Isaura Leal y la dirección federal del PSOE insisten, en conversación con EL PERIÓDICO, en que se mantendrán «al margen» del proceso, y que se limitarán a velar por que la competición sea limpia y el espacio sea neutral. Lobato, apuntan en su entorno, partiría con ventaja: le respaldan los alcaldes de grandes municipios como Alcalá, Javier Rodríguez; San Sebastián de los Reyes, Narciso Romero; San Fernando de Henares, Javier Corpa; Parla, Ramón Jurado, o San Martín de la Vega, Rafa Martínez, más los regidores de pueblos medianos y pequeños (como Torrelaguna, Manzanares el Real, Loeches, Santorcaz, Guadalix o Navacerrada).
Los apoyos de cada aspirante
También se alinearían con el diputado agrupaciones de la capital relevantes como Chamartín, Chamberí, Carabanchel, Fuencarral, Entrevías o Arganzuela. Están con él, asimismo, parlamentarios autonómicos y concejales de Madrid ciudad, así como el líder de las Juventudes Socialistas de España (JSE), Omar Anguita. Lobato también conseguiría refrendo de algunos simanquistas —los fieles al exlíder regional Rafael Simancas, hoy número dos del Ministerio de la Presidencia— y del desmadejado tomasismo. La primera foto de esos apoyos orgánicos la consiguió esta pasada en Torrejón de Ardoz, con la presencia de su secretario general y portavoz municipal, Javier Castillo.
El fuenlabreño reivindica un proyecto «autónomo» de Ferraz, mientras Lobato recuerda que ya concurrió contra el federal en 2017
Ayala, por su parte, tiene su principal granero de voto en sus tres agrupaciones matrices —Fuenlabrada, Getafe y Alcorcón—, grandes en dimensión. Su candidatura, remachan en su equipo, está ganando simpatías en la capital (en Vallecas o Centro), y también «en municipios medianos y pequeños». «Porque el nuestro es un mensaje de vuelta al municipalismo«, apuntalan. Ayala, prosiguen, se considera «candidato ganador si no hay injerencias de Ferraz». «Y si las hay, también, porque la militancia se rebota».
Hoy presentamos nuestra candidatura a las primarias del @psoe_m con una pequeña presentación en la que contamos el porqué de nuestra candidatura 😉
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— Eva Llarandi/❤️ (@llarandiarroyo) 24 de agosto de 2021
El alcalde de Fuenlabrada reiterará en campaña que quiere un proyecto «autónomo de la dirección federal, no una sucursal, y eso quizá no lo puede decir Juan». Ese argumento, el de la «autonomía» respecto a Ferraz, también se escuchó en los discursos de Susana Díaz en su lucha contra Juan Espadas, de la que salió derrotada. Lobato, por su parte, también se reivindica como un proyecto «propio y autónomo«: en su círculo recuerdan que se presentó contra el federal en 2017, cuando sus hoy rivales «apoyaron a Franco». «Juan concurrió como alternativa a todo eso, otra cosa es que Ferraz hoy no vea con malos ojos nuestra alternativa, pero esta candidatura nace desde Madrid», agregan.
¿Se retirará alguno?
En esta última semana, emergió un tercer nombre, el de la delegada del Gobierno, Mercedes González, otro valor al alza desde que accediera al cargo, que desde febrero de 2020 hasta el pasado marzo ocupó Franco. Algunos apuntan a la gestora como la responsable de poner en circulación su candidatura, como una opción de consenso. Otros miran a los simanquistas. Fuentes de la cúpula interina señalan a este diario que no han «promovido ninguna fórmula». «Estamos en escucha activa. Solo preguntamos a los dirigentes acerca de cómo creen que se tiene que desarrollar el proceso para ser más beneficioso para el partido», indican, aunque reconocen que la vía González ha aflorado en las conversaciones.
González se ha reforzado como valor de futuro, y se piensa en ella como líder del PSOE-M en la capital o como candidata a la alcaldía
La exconcejala de la capital ha negado rotundamente estos días que pretenda postularse como secretaria regional. En privado y también en público: lo hizo en la localidad de Batres el pasado viernes. En cualquier caso, su perfil se ha reforzado en estos meses por su (mediática) pugna con el regidor, José Luis Martínez-Almeida, y hay quienes la ven como futura secretaria general de Madrid ciudad —un cargo de nueva creación, por encima o en sustitución de los líderes de los 21 distritos de la capital— o como posible candidata a la alcaldía. Pero eso será, en todo caso, más adelante. «La vida cambia en un segundo», advierten fuentes próximas a la delegada. O sea, nada está escrito.
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El sondeo acerca de esa tercera vía fue abortado de inmediato. Lobato no piensa renunciar al que será su segundo asalto al trono del PSOE-M. Ayala defiende que las primarias son un elemento «revitalizador» del partido y que lo que hay que pactar es «el día después«, «no tanto las cuotas, sino la imagen, para proyectar la foto del ganador y del perdedor juntos». Para ese momento queda mucho trecho. Dos meses de contienda interna.
A por una sola lista de cara al congreso federal
La preocupación más inminente para la gestora es garantizar que solo hay una lista de delegados en Madrid de cara al 40º Congreso Federal. Si hubiera dos sería entendido como una contestación a Pedro Sánchez precisamente en su federación. Juan Lobato se muestra conforme con lo que determine la cúpula interina. Javier Ayala advierte de que no aceptará una fórmula que sitúe a su rival por delante por una cuestión de capricho, porque orientaría al militante hacia él. Sostiene que lo mejor es una ordenación alfabética de la lista.
La gestora plantea que la tabla de 86 delegados la lidere su número dos, Fran Martín, secretario general de la Presidencia y mano derecha de Félix Bolaños. La presidenta de la cúpula, Isaura Leal, es miembro de la ejecutiva federal saliente y, como tal, no puede ser compromisaria. Tras Martín, la plancha se ordenaría de manera alfabética, aunque se sortearía la letra por la que se arrancase, para evitar favoritismos y suspicacias. Ayala está de acuerdo. Si no hay más que una lista, los cabezas de delegación deberán registrarse del 1 al 3 de septiembre.
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