Elecciones en Andalucía 2022
Juanma Moreno marca distancias con Vox y advierte que le cuesta congeniar con un partido de sus antípodas
De cara al inicio de la campaña electoral, Juanma Moreno ha cuantificado su objetivo para las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio: aspira a 50 escaños y más que toda la izquierda, lo que cree que le garantizaría poder gobernar en solitario. El parlamento andaluz tiene una mayoría absoluta de 55 escaños, un objetivo que el propio Moreno cree poco probable.
El consejero delegado y candidato a la reelección del PP hizo esta valoración mientras asistía a una serie de sesiones informativas organizadas por Europa Press, aunque su equipo no está seguro de que sea una buena idea hablar de cifras concretas. “Lo primero es ganar”, dicen.
Para alcanzar el ambicioso objetivo trazado por el presidente, el PP debe ganar en las ocho provincias andaluzas, incluido el hasta ahora inexpugnable bastión socialista de Sevilla, y reunir votos en la amplia zona de influencia del centro, incluida la centroizquierda, donde, en En palabras de de Moreno, hay una mayoría de andaluces que «no gritan ni son radicales».
La estrategia del PP no es sólo quedarse con todo el voto moderado, sino también desmovilizar al electorado socialista y conseguir el apoyo de al menos el diez por ciento del apoyo de quienes votaron hace tres años y medio Susanne Díaz. Eso supondría una transferencia directa de 100.000 votos del PSOE al PP. Por eso, el discurso de campaña no pretenderá frenar una posible sangría en su flanco derecho hacia Vox, sino que irá directo al electorado de centro y centroizquierda. «Es un espacio mucho más grande», dicen. En el equipo de campaña presidencial estiman que el candidato socialista Juan Espadas está teniendo más problemas para ganarse la lealtad del voto socialista que los que tuvo en su día el expresidente.
La desmovilización del electorado de izquierda es una parte central de esta estrategia. «Juanma llegará a la presidencia solo o acompañado, y algunos votantes progresistas prefieren que yo gobierne solo», dijo el propio mandatario en su discurso de este martes, señalando las diferencias entre la actual campaña electoral y las dos desde la oposición. Recordó que en estas ocasiones hubo ciudadanos que temían al PP, desconfiaban de sus políticas y aceptaban el argumento de que la llegada de un Gobierno de centroderecha supondría el desmantelamiento y la privatización de los servicios públicos. “Se rompió, el cambio es brutal, ya nadie cree esta historia”, se regocijó.
Bajo el prisma de esta estrategia, el presidente hizo un nuevo gesto de distanciamiento hacia Vox, advirtiendo que no hay forma de entenderse cuando dos partidos están enfrentados e insistiendo en que no quiere «coaliciones de problemas». . Advirtió que quien quiera incorporarse al gobierno de Andalucía debe entender que los intereses de los andaluces priman sobre los intereses de los partidos. “Quien no haga eso no tiene cabida en el Gobierno andaluz”, ha dicho Moreno, quien ha señalado que los discursos agresivos con los disidentes suponen un revés.
Por ello, volvió a apuntar a la posibilidad de una reelección si el 19-J no se traduce en la posibilidad de un Gobierno viable. Este es un escenario indeseable ya que destruiría la capacidad de comenzar el próximo año fiscal con nuevos presupuestos, enfadaría a los ciudadanos y provocaría gastos adicionales. Pese a ello, aseguró que no formaría gobierno si se le impusieran condiciones que no desea. «No puede haber compromisos en el gobierno», enfatizó, «todos conocen mis límites».
Otra ventaja de Moreno es presentarse como el único candidato con autonomía, capaz de tomar sus propias decisiones sin interferencias de Madrid. El cambio poscrisis en la dirección nacional del PP, que desencadenó la dimisión de Pablo Casado y su sustitución por Alberto Núñez Feijóo, le otorgó una inesperada y absoluta libertad de movimientos.
El presidente se opuso a esta situación que atraviesan todos sus opositores, especialmente Macarena Olona, pero especialmente Juan Espadas. «Antes el PSOE de Andalucía marcaba el camino de Ferraz, ahora es Ferraz el que marca el camino de Andalucía», ha asegurado. A su juicio, esta situación aumenta sus posibilidades de retener buena parte del pastel electoral socialista, que a estas alturas ya constituye una parte importante de su estrategia.
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