Galicia

El parlamento que se levantó con frialdad

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23 de octubre de 2021 . Actualizado a las 5:00 a.m.

El factor determinante en este parlamento recién nacido fue el frío. Estos nuevos diputados son como la sagrada familia que busca refugio, y al final lo encuentran en un palacio medieval anexo a la catedral, donde aún se encuentran. vagaba el espíritu de Xelmrez. Habían vivido allí en condiciones precarias durante cuarenta años, con abrigos que nunca se quitaron hasta que una administración sin fines de lucro decidió poner puertas y ventanas. Eso fue hace tanto tiempo que ni siquiera se conocía el calentamiento global. Muchas fotos de entonces muestran Alternativamente frío y abarrotado que pensaron más en cómo evitar un pulmón que en el momento histórico que vivieron.

Había un clima frío y una calidez social, como debe ser en una Galicia que, con sano escepticismo, tiene una defensa contra las frustraciones. Hay democracias que nacen con hechos espectaculares que son aptos para luego ser llevados al cine, la pintura o la literatura, como allanamientos a fortalezas, toma de palacios, muchedumbres peleando en barricadas, demolición de siniestros muros, Héroes, mártires . Nada de esto se da aquí. Falta este clímax, lo que permite perpetuarlo más tarde. Tras los numerosos vaivenes de un tortuoso proceso autónomo, los gallegos esperaban para hablar para ver que pasa. Nadie podría haber sabido qué pasaría con este grupo heterogéneo frotándose las manos en la oscuridad de la habitación.

No hay nada mejor para comprender la ubicación política de esta fría institución que su disposición en el orden arquitectónico del Obradoiro. El Pazo de Xelmrez representa la sutil sobriedad del románico en contraste con el barroco, el neoclasicismo o el plateresco. Está acorralado como si no quisiera perturbar el esplendor circundante y está a punto de abandonar la escena para alejarse del ajetreo y el bullicio. Como el autogobierno que surgió del frío, rodeado de poderes y administraciones con siglos de experiencia, que miraba con la certeza que el experimento, como también profetizaron algunos nacionalistas, terminaría en un parlamento de cartón que no funcionó.


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