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Ante la posibilidad de ataques a animales de granja, dijo que la estrategia de manejo era introducir Precauciones, Alerta, protección de la ganadería extensiva, con vigilancia, con drones u otros elementos, o la recuperación de prácticas tradicionales como la presencia de grandes daneses, que también tienen un coste para la ganadería. “Consolidar los esfuerzos de prevención requiere tiempo y recursos para contribuir, así como un mejor conocimiento de la evolución de la especie”, la restauración del hábitat y la comprensión de su comportamiento y los diferentes rebaños, agregó.
El ministro aclaró que la protección máxima para el lobo no se puede determinar ya que existen categorías superiores. Las organizaciones ambientales preguntaron protección máxima y el Comité Científico cree que las circunstancias no son las correctas, agregó. Ha admitido que la principal limitación que establece la norma es la prohibición de la caza de lobos, pero no cubre las otras medidas de gestión que pueden ser importantes. Aclaró que, salvo en Castilla y León, el lobo no era considerado una especie de caza en otras zonas, por lo que las nuevas circunstancias no suponen un gran cambio en la situación de Galicia, Asturias y Cantabria. También ha categorizado la opinión del Consejo de Estado, defendiendo tanto el procedimiento como la posibilidad desde el punto de vista de los criterios científicos y las recomendaciones desde el punto de vista de las medidas de gestión.
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