Diego Yebra, abogado de tráfico, cargo que ocupa en toda Extremadura desde el 1 de febrero, sabe que la conducción de personas mayores suele representar un peligro para la seguridad vial.
Debes saber que solo en Extremadura hay más de 9.000 personas mayores de 74 años con permiso de conducir B (automóvil) en vigor. Tanto es así que la propia Fiscalía del Estado reflejó en su informe de 2019 una petición a la Dirección General de Tráfico (DGT) para cambiar la legislación con la que a partir de los 65 años se podía conceder prórrogas de cinco años del permiso de conducción. En el tramo que va de los 65 a los 73 años, los pilotos extremeños son 32.588.
Le parece demasiado largo. “Hay que hacer revisiones más periódicas porque actualmente se pueden conceder permisos de cinco años a personas de entre 75 y 80 años para conducir cuando su salud se puede deteriorar mucho en pocos meses”, explica.
Reflexiones, estándares y tecnología
De hecho, dice que “muchos casos de quejas vienen de familiares a los que les han renovado el carnet de conducir en un centro médico y sus hijos se quejan de que el padre no está apto, y ahí lo único que se puede hacer es contactar con Provincia”. Jefatura de Tráfico para controlar mejor ese centro de reconocimiento».
Según Yebra, son muchos los casos que llegan a su mesa vinculados a malos tratos motivados por la falta de reflejos de una persona mayor, que suele verse implicada hasta en pequeños golpes.
“En otros casos -añade el fiscal- no se adaptan a la nueva normativa y hay casos en los que no saben rodear una rotonda porque cuando examinaron las rotondas no existían”. Otro factor negativo, prosigue Yebra, es la evolución de los vehículos. “Hoy son vehículos menos simples, y aunque la tecnología está a punto de facilitar la conducción, hay más cosas a tener en cuenta”.
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