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El antropólogo Manuel Mandianes dice que en Galicia no fue de extrañar que en los banquetes posteriores al entierro de los difuntos se iniciaran disputas sobre el reparto de la herencia de los difuntos. Por no hablar de la tradición de la herencia en Galicia: «En ourense Recuerda a Mandianes. Era costumbre dividir a los Bens en partes iguales entre los irmanes. Pola, en cambio, en Lugo, había un irlandés que crió a Mellora y al que le encantaba quedarse en la casa familiar para continuar con el trabajo familiar.».
Costumbres como estas moldearon la cultura gallega y parecen extenderse consciente o inconscientemente hasta nuestros días. Esto puede explicar por qué los gallegos eran más propensos a hacer un testamento que el resto de los residentes en España incluso antes de Covid.
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