Puntadas de hilo
Javier S. Medina, premiado por Madrid Craft Week, está en la agenda de Loewe, Disney y Sarah Jessica Parker
Eran las cuatro de la tarde de cualquier día cuando Javier S. Medina (Badajoz, 1977) recibió una llamada de su colega Michael S. Smith. «Un amigo quiere conocerte», anunció sin lujos la diseñadora de interiores estadounidense. Como es habitual, el marido del entonces embajador de Estados Unidos en España, James Costos, le informó de su visita al laboratorio que dirige Extremadura en el madrileño barrio de Malasaña. Unos minutos después, entre los flashes de los fotógrafos, apareció la actriz Sarah Jessica Parker. «Me hizo compras que publicó en las redes sociales», dice Medina, todavía emocionado, consciente del impulso que le dio su apoyo.
Un embajador de lujo que, sin embargo, no fue el responsable de la excelente acogida de Badajoz en Hollywood y sus alrededores. El honor es para el prestigioso diseñador de interiores Nate Berkus. Se contactó con Medina para colaborar en la feria anual de decoración de Los Ángeles, «donde van la mayoría de las decoraciones granaó», cuenta el artesano a este diario, que precisa que lo tenían para hacer las vidrieras en Beverly Hills. Fue entonces, hace cinco años, cuando su nombre comenzó a resonar con fuerza fuera de nuestras fronteras, cuando recuerda con entusiasmo esa experiencia. El mismo que tiene cuando recuerda que Disney lo seleccionó, sin siquiera pedirlo, para estar presente en la exhibición oficial del 90 aniversario de Mickey Mouse. Tuvo total libertad de la fábrica de sueños para recrear las manos del famoso personaje en hilo de ratán y cáñamo. Cuando llegó el día de mostrar su obra original, en Nueva York, siendo la única de habla hispana que tenían, Sarah Jessica Parker apareció entre la multitud para darle un cálido abrazo a su amiga extremeña a la que tanto admira.
Un sueño para ese chico que amaba tanto pintar como jugar en el patio de su casa, donde su abuelo, cuando no trabajaba en Renfe, «hacía las bases de las sillas o las contraventanas para evitar el calor de la casa», dijo. dice con amor. Así fue que, sin darse cuenta, corriendo alrededor del anciano, se inoculó su amor por la artesanía. Son estas mismas herramientas las que sigue utilizando en su taller, donde también encuentran su lugar otras de su padre, un zapatero jubilado que ahora dedica su tiempo libre a ayudar a su hijo en alguna artesanía. Detalles que hacen que su trabajo sea «más íntimo y personal», lo que siempre hace con uno de los delantales de cuero de su madre. “Todo tiene una historia detrás” apreciado por muchos devotos, dispuestos a estar en largas listas de espera.
Las piezas que tienen mayor reclamo son sus espejos solares, frente a los que se durmieron en la prestigiosa revista AD poco después de iniciar su carrera tras formarse como restaurador, y lo que él llama trofeos ecológicos. Son cabezas de varios animales, con la diferencia de que «ninguno sufre». Un guiño a la historia de España que incluye publicaciones nacionales e internacionales de interiorismo, además de vitrinas. Los suyos fueron los de las tiendas Loewe de todo el mundo este verano. Ahora, la icónica casa de lujo española le ha encargado la creación de un tótem de tres metros de altura para su nueva tienda en Shanghái.
Cartel de la Semana de la Artesanía de Madrid.
Sin embargo, Javier S. Medina se define a sí mismo como «un humilde artesano» orgulloso de que se recuperen obras profanas «que forman parte de nuestro pasado». Demasiado pudor para uno de los artífices de la recuperación del oficio del espartero y cestero, creando piezas emblemáticas conocidas en todo el mundo, tal y como consideró el jurado de los premios otorgados en la quinta edición de la Semana de la Artesanía de Madrid. Una interesante iniciativa, abierta hasta el 21 de noviembre, en la que se potencia la autenticidad, la creatividad y el trabajo bien hecho a través de experiencias únicas en diferentes espacios y comercios de la ciudad.
El evento cuenta con talleres y conferencias, exposiciones, talleres, concursos y jornadas de puertas abiertas, entre muchas otras acciones, en los campos de la moda, la decoración, el arte y la gastronomía para publicitar, apoyar y promover productos patriotas de calidad. Como las que hacía el abuelo de Javier en el patio de su casa
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