El Carme de Abaixo refuerza la procesión en honor a la Virgen del Carmen, a la que rescató del olvido hace tres años, en 2019, tras cinco décadas. Ayer, la imagen de la patrona del mar recorrió de nuevo las calles del barrio en el marco de un desfile religioso al que asistieron la teniente de alcalde Mercedes Rosón, la concejala del Partido Popular José Antonio Constenla y el comandante Manuel Salgado Montero, en representación de la Armada.
El evento tuvo lugar luego de una misa solemne presidida por Diego Aboy y fue organizada por Ricardo Vázquez, pastores de San Fructuoso y Carme de Abaixo. La fiesta puso el broche de oro a la novena que tuvo lugar en las últimas semanas en honor a Nuestra Señora del Carmen, patrona de las criaturas marinas.
Varios representantes de la Asociación do Traxe Galego abrieron la procesión, que también se detuvo en la casa de los Oblatos, quienes entregaron un pequeño obsequio a todos los fieles que participaron en el desfile religioso. Además, un grupo de gaiteros de San Lázaro marcó la pauta. Muchos creyentes y vecinos se han sumado a esta antigua tradición, que se ha recuperado recientemente en el barrio compostelano, donde tampoco faltaba el clásico puesto de rosquillas.
Según explicaron los organizadores, se realizó una procesión con una imagen de Carmen más pequeña que la original pero de gran valor del siglo XVIII. Perteneció a un vecino del barrio, José Navarrete, muy devoto de Nuestra Señora, que decidió donarlo a la parroquia.
Por otro lado, conviene recordar que la Cofradía del Carme de Abaixo fue fundada el 1 de enero de 1749 por Juan Vicente Barreiro y Moas, por lo que se remonta a una historia de más de 270 años. Su sede original fue el templo parroquial de San Fructuoso, que entonces se ubicaba en la Catedral de Santiago, en lo que hoy es la Capilla de San Andrés. Unos meses después de su fundación, la hermandad consideró construir su propia capilla. Además del interés de los hermanos, los vecinos del barrio querían un templo cerca de sus casas, ya que tenían que caminar hasta la catedral u otras iglesias inconvenientemente.
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