La bofetada que nos da el cambio climático tiene muchas caras, aunque a lo que más le prestamos atención son a los fenómenos meteorológicos extremos. Menos conocido pero relevante es el riesgo que el aumento de la temperatura global genera en la salud por la introducción de enfermedades como el virus del Nilo, transmitido por mosquitos y que infectó a seis personas en Extremadura el año pasado.
El I Congreso «Malaria y enfermedades emergentes y reemergentes transmitidas por vectores: un reto de salud» arrancó ayer en el Centro de Interpretación del Paludismo de Losar de la Vera hoy cuenta con María Paz Sánchez-Seco, bióloga del Instituto Carlos III de Madrid y responsable del laboratorio de arbovirus (virus que se transmiten al ser humano por artrópodos, principalmente mosquitos), un referente nacional, un experto en virus como el dengue o el causante de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Los virus exóticos son cada vez más comunes en áreas donde no se habían visto antes. «Se han convertido en algo más normal, se ha extendido, el año pasado tuvimos una increíble epidemia del virus del Nilo en España y este año estamos teniendo casos en Andalucía». ¿Tendremos que hacer frente a nuevas enfermedades debido al cambio climático? La respuesta de Sánchez-Seco es sí. “Hay enfermedades transmitidas por mosquitos, y los mosquitos dependen del clima, en las zonas tropicales y subtropicales del planeta es donde hay más vectores de transmisión, y muchos de ellos se están adaptando a las zonas templadas, si las zonas templadas son mosquitos. cada vez son más las personas mayores que se propagan y las enfermedades que transmiten pueden propagarse ”, explica. Hay un ejemplo muy claro: la primera vez que se detectó el llamado mosquito tigre en la Península fue en 2004, y desde entonces su detección se ha multiplicado, no ha sido un caso aislado. El mosquito tigre puede transmitir enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya. Si bien Sánchez-Seco baja la alarma y rechaza la idea de que puedan ocurrir situaciones tan graves como la pandemia actual, cree que es necesario establecer controles y vigilancia en la zona donde se encuentran estos mosquitos. «No es una masacre, pero hay casos y hay que adaptarse».
«No es una masacre, pero hay que tener cuidado en determinadas zonas»
El descubrimiento de los primeros casos de dengue autóctono en 2018 sorprendió a la comunidad científica. «¿Cómo se puede pensar que unos señores que habían estado de vacaciones en Murcia y Cádiz y se enfermaron tuvieran un cuadro clínico de dengue sin salir de España?» La transmisión se produjo a través de un viajero que fue picado en una zona endémica por un mosquito que transmite esta enfermedad. A su regreso, lo infectó a través de mosquitos.
Control y vigilancia
Este científico insiste en que los sistemas de control de mosquitos y la vigilancia epidemiológica y veterinaria son «absolutamente imprescindibles en determinadas áreas». Indica que se necesita una buena coordinación entre servicios para combatir este tipo de enfermedades. «Debido al virus del Nilo, se ha monitoreado durante mucho tiempo, desde que el Ministerio de Agricultura revisó el cadáver del caballo», explica. En Extremadura, se puso en marcha un programa financiado por el Colegio de Veterinaria de Badajoz para la detección de mosquitos tigre y otros transmisores de virus en trampas ubicadas en parques urbanos de las ciudades de Cáceres y Badajoz. Según Sánchez-Seco a nivel nacional, desde hace tiempo se intenta un plan de vigilancia, pero es complejo por el carácter multidisciplinario que se requiere.
Otro ejemplo de la importancia de una visión conjunta sobre estas enfermedades es el del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. En la zona de San Vicente de Alcántara se han encontrado garrapatas infectadas con esta enfermedad. Este virus provocó la muerte de un hombre en 2016 que se contagió en Ávila y posteriormente provocó múltiples casos, entre ellos uno en Badajoz. Un estudio coordinado a nivel nacional mostró que el virus se ha extendido a varias áreas del país, aunque «no todos los casos han sido fatales o graves».
Mari Paz Sánchez-Seco agradece el esfuerzo científico realizado en este campo en las últimas décadas, que comenzó «cuando parecía una locura porque algunas enfermedades no eran tan conocidas como ahora». Empezar desde cero le ha proporcionado información valiosa. “Una parte de mi carrera profesional se desarrolló durante este período, fue una experiencia muy linda ver cómo cada vez más personas se involucran en el diagnóstico de todas estas enfermedades”.
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