BARCELONA, 27 de enero (EUROPA PRESS) –
El Pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó este viernes finalmente la propuesta del Ayuntamiento de prohibir los supermercados y las cocinas fantasma en la ciudad, con el objetivo de «evitar molestias y preservar la vida cotidiana en los barrios».
Tras pasar el primer trámite en la Comisión de Urbanismo en enero de este año, la propuesta fue aprobada con los votos de BComú, PSC y ERC; y los votos en contra de Junts, Cs, PP, Valents y la concejala no adscrita Marilén Barceló.
El plan contempla la prohibición de los supermercados fantasmas y que los 21 que funcionan actualmente en la ciudad puedan elegir entre seguir funcionando como tiendas de abarrotes sin entrega a domicilio o como supermercados abiertos al público.
Las cocinas fantasma están prohibidas en las zonas residenciales y solo están permitidas en la zona comercial de la Zona Franca, siempre que no haya más de un establecimiento en un radio de 400 metros.
Además, la propuesta regula el servicio a domicilio para bares y restaurantes, que deberán solicitar un permiso específico para esta actividad complementaria, en el plazo de dos años desde la entrada en vigor del plan.
Desde ERC (que impulsó la propuesta), el portavoz de la agrupación comunitaria Jordi Coronas ha defendido la medida porque creen que hay que proteger a los restaurantes, al comercio local, a sus trabajadores y al espacio público.
«Prohibir y no regular»
La concejala de Junts, Francina Vila, ha acusado al Ayuntamiento de «prohibirlo todo» y ha calificado la medida de restrictiva; La misma reflexión ha hecho el concejal del PP Óscar Ramírez -que cree que la iniciativa no se corresponde con la realidad- y el líder de las Cs en el consistorio, Paco Sierra.
“Prohíben, no regulan”, ha criticado Sierra, mientras que el concejal de Valents, Óscar Benítez, y la concejala no adscrita, Marilén Barceló, han echado la culpa al gobierno municipal ordinario sin el consentimiento de todos.
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