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El arzobispo de Pamplona pide disculpas a las víctimas de los abusos en el colegio Puy de Estella

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Expresa su rechazo a este tipo de conductas y su obligación de «aportar todos los recursos necesarios» para que no se repitan.

El arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, ha pedido disculpas en nombre de la Iglesia a las personas que denunciaron abusos sexuales físicos en el Colegio de Nuestra Señora del Puy de Estella y prometieron «utilizar todos los medios y recursos necesarios para garantizar que este tipo del evento no se repite ”.

“En ese momento debieron investigarse las evidencias de abuso físico o sexual y sacar conclusiones sin justificar que los tiempos fueran diferentes”, dijo Francisco Pérez.

Así lo anunció el arzobispo en una rueda de prensa que ofreció este martes, junto a Maite Quintana, directora de la Comisión Metropolitana de la Arquidiócesis de Pamplona y Tudela para la Protección de Menores y Personas Vulnerables. También estuvo presente Alfredo Irujo, representante de la comisión de investigación creada para investigar el caso de denuncias escolares de Estella por hechos ocurridos entre 1962 y 1974.

Francisco Pérez afirmó «ser consciente» de que el «sentimiento social» es que «es un poco tarde» y afirmó que «nuestra voluntad es hacerlo mejor que en el pasado». “Es un cambio importante en el que hemos tenido que adoptar nuevos aprendizajes, nuevas formas de hacer las cosas y nuevas sensibilidades. No negaremos que aún deben tomarse medidas, pero les puedo asegurar que estamos en camino de darlas. Estoy aquí hoy para disculparme y disculparme por la demora ”, remarcó.

El arzobispo ha abrazado el «dolor» de las víctimas de abusos en el colegio Puy de Estella, a las que pidió perdón. Y dijo que había ofrecido a las víctimas no solo un encuentro público sino también privado «para escucharlas y transmitirles personalmente las disculpas y el resultado de la investigación posterior».

Francisco Pérez ha mostrado su oposición a este tipo de comportamientos, además de la «obligación» de la Iglesia de «utilizar todos los medios y recursos necesarios para evitar que tales hechos vuelvan a ocurrir».

“Mi corazón duele y llora. Todo lo que quiero es que estos corazones sanen y le pido al Señor que lo haga todos los días. Ahora los cuidaremos y pido disculpas, pero al mismo tiempo creo que tenemos que ayudarnos unos a otros aquí ”, dijo.

Respecto al resto de trámites, Francisco Pérez ha señalado que «todo va a llevar un tiempo». “Por supuesto que dimos el paso de la Comisión y los pasos que tenemos que dar, pero todo lleva tiempo y tiene mucho en común. Estamos tomando medidas en todas estas direcciones para brindar la máxima curación a las personas que se sienten heridas ”, dijo.

Con esto en mente, espera que «todo esté ordenado y actualizado, por así decirlo, y que el sentimiento de la Iglesia de que debemos estar con los vulnerables se pueda expresar en este sentido». «Queremos serlo y lo digo en serio», dijo.

Perdón integral al resto de víctimas

Cuando se le preguntó si están extendiendo este indulto a las víctimas del colegio Puy de Estella para incluir a otras personas que han sufrido abusos, Maite Quintana dijo que «por supuesto que podemos extenderlo».

“Hay que agradecer mucho a las víctimas, que son valientes, que dieron el paso, en nombre de todos aquellos que, por alguna razón que hay que respetar, no pudieron, pero lo que han conquistado, lo conquistan para sí y para los demás, ”Enfatizó.

Asimismo, en relación a denuncias de víctimas de escuelas religiosas y cuando se le preguntó por qué no se investigó la comisión, como la de la escuela Puy, Quintana señaló que «un obispo no tiene autoridad directa sobre una orden religiosa».

De esta forma, la Comisión Metropolitana de la Arquidiócesis de Pamplona y Tudela para la Protección de Menores y Personas Vulnerables, que preside, puede recibir las denuncias de estas víctimas sin «inconvenientes», pero el Obispo «está obligado a hacer todo por el superior». de este religioso porque es su gobierno ”.

«Se debe seguir canónicamente el procedimiento», comentó, indicando que «no es un tema en el que discriminemos», es «no podemos interferir». «No hay víctimas de primera ni de segunda, pero no podemos investigar a jesuitas, maristas o escolapios», dijo.

En cualquier caso, quiso dejar claro que la puerta de la Comisión Metropolitana de la Archidiócesis de Pamplona está abierta a «todo tipo de víctimas, pero no tenemos la potestad de realizar una indagación nosotros mismos sobre sus consecuencias». Canales «.

Investigación en el Puy

Respecto a la investigación de las denuncias en el colegio Puy de Estella, Maite Quintana manifestó que la Comisión Metropolitana para la Protección de Menores y Vulnerables, constituida el 11 de junio de 2020, decidió conformar un equipo para analizar este caso, conformado por los abogados. Blanca Ramos y Alfredo Irujo y el psiquiatra Javier Casanova.

Alfredo Irujo fue el encargado de explicar el trabajo de este equipo y sacar las conclusiones, entre otras cosas, que de todo lo investigado, “se desprende que los hechos denunciados no se deben, ni ha existido, a un preexistente motivo de resentimiento u hostilidad motivo incorrecto ”.

En cuanto a las denuncias presentadas, el equipo llegó a la conclusión de que “en las entrevistas realizadas se dieron numerosos detalles y aclaraciones” y que “las declaraciones recogidas contienen motivos que dan credibilidad al testimonio de los testigos”. “No existe justificación ni exoneración, ni en relación a la violencia física ni en relación al abuso sexual en función del momento en que se alega que se cometió. Las declaraciones de los denunciantes fueron en general persistentes, sin contradicciones ni ambigüedades perceptibles ”, enfatiza el equipo.

Asimismo, opina que «dado que ya no existe información documental», no se puede inferir fehacientemente la existencia de un «ocultamiento de los supuestos hechos», ni se puede responsabilizar a nadie, pero que no se puede desconocer. La falta de documentación en sí misma conduce, si es que menos, a revelar la intención de silenciar a alguien cuya identidad se desconoce.


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