«¿Debería estar ahí?»
“Sí, necesitamos psicólogos, pero eso no significa que tengan que estar en los centros educativos. Debe haber psicólogos, sí o sí, pero quizás sería ideal que fueran parte de una red comunitaria que apoyara a los centros educativos y donde trabajaran psicoeducadores. Esta estructura también funcionaría.
—Un menor que está siendo acosado, ¿cómo será de adulto?
– El acoso escolar pasa factura a todos los que lo sufren: víctimas, agresores y espectadores, porque al final las situaciones de violencia se normalizan cuando no lo son. Hay unos procesos emocionales tanto en el agresor como en la víctima que acaban pasando factura. Las consecuencias son diversas: desde escenarios graves como intentos de suicidio hasta situaciones cotidianas. A veces hay un cambio de roles y la víctima se convierte en agresor. También hay agresores en primaria o secundaria que acaban convirtiéndose en padres o parejas violentos. En ocasiones, la violencia de género puede ser el resultado de no aprender en los niveles educativos que la violencia no es una forma de relación.
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