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Cómo usar bien las expresiones ‘tóxico’ o ‘límites’ en terapia

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La concienciación pública sobre la salud mental se ha disparado en la última década, pero 2023 parece haber marcado un punto de saturación, ya que algunos se preguntan si el aumento de los problemas mentales se debe a la constante mención de los mismos.

Algunos usuarios de TikTok se han quejado de que sus amigos utilizaban el lenguaje terapéutico, incluyendo términos como «tóxico» y «manipulador», como arma mientras que famosos como Jonah Hill eran ridiculizados por abusar de los «límites».

Isabelle Morley, psicóloga clínica licenciada, asegura a Business Insider que cuando la gente empieza a ir a terapia o a examinar sus problemas por primera vez, «a menudo pasan por una fase de intensa ira, angustia y culpabilización» al darse cuenta del dolor vivido. Términos emocionalmente cargados como «narcisista» o «gaslighting» pueden ser útiles para describir el daño que han experimentado de sus padres, exparejas, jefes o amigos.

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Con el tiempo, afirma la experta, el objetivo es llegar a un lugar de aceptación, incluido el propio papel en la infelicidad. Pero hablar de terapia a la ligera puede obstaculizar ese progreso.

«En última instancia, quita poder e impide que la gente haga cambios importantes en su vida que podrían ser buenos para ellos», comenta Morley.

Morley, junto a Leah Aguirre, trabajadora social clínica, comparten con Business Insider los términos del lenguaje terapéutico que deberían dejar de usarse este 2024, y las mejores formas de expresar cómo nos sientimos.

Deja de usar la plabra «tóxico»

«Tóxico», la palabra del año 2018 del Diccionario Oxford gracias a su ubicuidad y amplia aplicación, es una que tanto Morley como Aguirre escuchan mucho dentro y fuera de sus oficinas de terapia, pero que en la mayoría de las ocasiones encuentran confusa y vaga cuando los pacientes la usan.

«Veo que la gente la utiliza como una especie de cajón de sastre negativo que puede explicar que alguien es totalmente malo sin tener que definir realmente qué es lo que está haciendo tan mal», explica Morley.

Aguirre asegura que es posible que una relación se sienta disfuncional a causa de una persona, pero «también existe la posibilidad de que ambas partes estén contribuyendo a la dinámica ‘tóxica'». Para Morley, que una persona etiquete simplemente a otra como tóxico es «una forma de echar toda la culpa a la otra persona y no tener que hacer el trabajo de comunicarse con ella e intentar cambiar las cosas».

Aguirre por su parte afirma que prefiere usar «insalubre» –cuando un comportamiento específico no es saludable para ti o para tu salud mental– en lugar de ver a una persona completa como irremediablemente tóxica.

Deshazte de «luz de gas»

El término deriva de la película de 1944 Gaslight, en la que un marido manipulador mina tanto la moral de su mujer que ésta se cuestiona su propia cordura. Hoy en día, el término «gaslighting» se ha hecho muy popular en internet y en los sofás de los terapeutas para describir a alguien que intenta que dudes de tu juicio mediante el descrédito.

«Para ser sincera, no he oído a nadie utilizarlo correctamente», comenta Morley.

Hablar de salud mental utilizando apropiadamente expresiones como "tóxico" o "límites".

MStudioImages/Getty Images

El verdadero gaslighting forma parte del ciclo del abuso, en el que alguien hace un «esfuerzo realmente intencionado de controlar y manipular a la otra persona negando su realidad y haciéndole creer que está loco», explica. Según la experiencia de Morley, la gente suele utilizar «luz de gas» o «gaslighting» para referirse a alguien que no está de acuerdo con ellos o con su realidad de una situación.

«Alguien puede simplemente no entender tu experiencia o por lo que estás pasando, y esa falta de comprensión no es ‘gaslighting'», explica Aguirre. Por ejemplo, si alguien te promete que te devolverá la llamada en cinco minutos y en lugar de eso espera una hora o lo hace al día siguiente, es posible que realmente no entienda cuál es el problema, pero lo más probable es que su intención no sea manipularte o invalidar tus sentimientos.

La trabajadora social recomienda ser honesto sobre por qué estás dolido, sin asumir necesariamente los motivos de alguien.

Es probable que tu ex no sea un «narcisista» o un «psicópata»

Los trastornos de personalidad como el narcisismo son estadísticamente raros. Morley asegura que nadie, incluidos los profesionales con licencia como ella, puede diagnosticar a alguien con estos trastornos fuera de un entorno clínico.

Pero eso no impide que la gente utilice estas etiquetas.

«Llamar a alguien ‘narcisista’ o ‘psicópata’ mina cualquier posibilidad de poder mejorar tu relación con esa persona», explica Morley. «Cuando la gente etiqueta a su ex como una de estas cosas, a menudo lo veo como una estrategia de autodefensa. A todos nos encantaría pensar que nuestro ex es sólo un psicópata y que por eso nos dejó.»

Además, contínua la experta, todos los trastornos de la personalidad existen en un espectro, y todo el mundo es capaz de mostrar rasgos narcisistas o sociopáticos a veces sin merecer un diagnóstico formal.

Aguirre prefiere el término «emocionalmente inmaduro» para describir la falta de empatía de una persona. «Podemos seguir queriendo y teniendo compasión por las personas que son emocionalmente inmaduras, pero también exigirles responsabilidades», afirma.

Angry woman stands in front of a mirror shouting and crying unable to control her emotions.

Los «límites» pueden sobreutilizarse rápidamente

Morley y Aguirre coinciden en que es importante tener límites. Pero no todo el mundo pone límites de la forma correcta.

Algunas personas pueden usar «límites» para cortar con alguien o controlar sutilmente una relación, comenta Morley. «Se supone que estos términos te ayudan a saber cómo debes comportarte para sentirte bien en tu vida y en tus relaciones», afirma. «No deben utilizarse como arma contra otras personas para obligarlas a comportarse como uno quiere».

Hablar de salud mental utilizando apropiadamente expresiones como "tóxico" o "límites".

Manu Vega/Getty Images

Aguirre también explica que la gente puede ser demasiado rígida con los límites, cuando en realidad lo mejor es ser flexibles y porosos en la mayoría de las circunstancias. Por ejemplo, si eres padre, puedes dejar que tu hijo invada tu necesidad de espacio y tranquilidad porque es pequeño.

Además, los límites también pueden variar según la persona. Puede que te parezca bien que tu mejor amigo te llame a las 11 de la noche por una urgencia, pero no un amigo más ocasional.

Por supuesto, no todo el mundo sabe lo que constituye cruzar un límite, y por eso Aguirre menciona que es mejor establecer expectativas con las personas más importantes de tu vida. «Es más tener una conversación que dibujar límites rígidos, se trata de qué esperamos los unos de los otros».

No uses «detonado» o «traumatizado» para referirte a experiencias humanas cotidianas

Tanto Morley como Aguirre afirman que los traumas y los desencadenantes son experiencias reales a los que se enfrentan sus clientes. El problema es que mucha gente utiliza estas palabras de forma demasiado amplia.

Según Morley, hay una delgada línea entre el trauma y «simplemente experiencias humanas normales y terribles, de las que hay muchas, y que no te desregulan en el grado en que lo haría un trauma real».

Del mismo modo, ser «detonado» en un sentido clínico significa que estás experimentando una respuesta traumática de lucha o huida, comenta la experta. Pero si alguien es malo contigo o estás pasando por una situación difícil, puede significar simplemente que estás lidiando con emociones incómodas«.

Aguirre comenta que cada vez se utilizan más palabras como «traumático» y «detonado», y que esto puede restar poder a quienes realmente necesitan apoyo en estos aspector.

De hecho, empezó a usar palabras como «activado» –en referencia a que el sistema nervioso se activa en una respuesta traumática- en lugar de «detonado» con sus clientes, porque «les ayuda a sentir que ‘no esán experimentando todo el mundo dice que está desencadenado una situación'».

«Bomba de amor» no es para alguien que es caliente y luego frío

Al igual que el gaslighting, el love bombing es una táctica utilizada conscientemente por los maltratadores que ahora se usa más ampliamente para describir el entusiasmo abrumador del principio de una relación, según Morley.

«Con la bomba de amor, pensamos que es un intento de abrumar a la persona con afecto y atraerla para que no se dé cuenta de los comportamientos abusivos que están sucediendo», explica. «Eso es muy diferente a mostrar un afecto y un cariño intensos al principio de una relación porque estás realmente entusiasmado con alguien».

La diferencia clave es que la verdadera bomba de amor forma parte de un ciclo, asegura Morley. El maltratador bombardea constantemente con amor para reconquistar a su pareja después de cada incidente explosivo, y no sólo al principio de la relación.

Ser abandonado abruptamente por alguien que parecía obsesionado contigo no tiene por qué ser una bomba de amor para ser doloroso, añade.

Además, muchas personas, sobre todo cuando son jóvenes, pueden ser demasiado exigentes al principio, antes de estar realmente seguras de la relación, explica Aguirre. Es posible que aún no tengan la madurez necesaria para ir más despacio en las nuevas relaciones.

No todo es una bandera roja

Se supone que las «banderas rojas» o red falgs identifican rasgos de carácter ocultos y dañinos en las personas, como el narcisismo o el abuso. Pero Morley afirma que la gente las utiliza sobre todo como mecanismo de supervivencia.

Hablar de salud mental utilizando correctamente expresiones como "tóxico" o "límites".

MStudioImages/Getty Images

«Exploran su entorno en busca de posibles amenazas y etiquetan las banderas rojas para evitar relacionarse con personas que podrían hacerles daño», explica. «Y la verdad es que no puedes hacer eso. Todas las personas a las que te acerques en algún momento te harán daño». Además, añade, «todo el mundo tiene momentos en los que se porta mal».

Aguirre comenta que las banderas rojas también se han vuelto más inútilmente amplias. «Que alguien no tenga perro no es una señal de alarma. En realidad debería llevarte a examinar por qué eso es significativo para ti. ¿Es que quieres tener mascotas? ¿O que el estilo de vida de esa persona no coincide con el tuyo?

Pero además, no es una verdadera señal de alarma porque no es activamente peligroso o perjudicial que una persona no tenga perro. Más bien, «sería algo no negociable para ti porque los animales son importantes en tu vida», afirma.

«Autocuidado» no significa comprar artículos de lujo

Aunque a Aguirre le gusta la idea de cuidarse, cree que el «autocuidado» puede ser engañoso según se presenta en las redes sociales.

«Muchas de las personas influyentes que hablan de autocuidado tienen acceso a recursos, como tiempo y dinero, que mucha gente no tiene», explica Aguirre. No todo el mundo puede permitirse un baño de burbujas de una hora, comida orgánica o incluso terapia profesional.

En su lugar, Aguirre prefiere la «autocompasión», ya que fomenta «ser más amable y paciente con uno mismo», dice, ya sea «no ir a la clase de yoga porque necesitas una hora más de sueño, o no machacarte porque no hayas hecho la cena una noche».

No todos los comportamientos son «tan TDAH»

Las redes sociales rebosan de TikToks e infografías sobre trastornos reales como el TDAH y la ansiedad. Pero tanto Morley como Aguirre advierten contra el autodiagnóstico.

«El problema de los diagnósticos que se ven en TikTok tienen que ver con el algoritmo que está detrás y de las preferencias del usuario para confirmar lo que ya piensa», afirma Morley. «Si ves cinco vídeos de TDAH que resuenan contigo, vas a recibir 15 más».

Esto se vuelve más confuso porque «todos sentimos que tenemos TDAH hasta cierto punto», explica, ya que nadie tiene una concentración perfecta todo el tiempo. Por eso recomienda encarecidamente someterse a una evaluación formal por parte de un profesional si se sospecha que se tienen síntomas de TDAH.

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Además, muchos síntomas se solapan, por lo que es fácil equivocarse de diagnóstico. Las características aparentes de autismo o TDAH podrían en realidad estar «relacionados con un trauma y un hogar caótico y poco saludable», asegura Aguirre, o una combinación de múltiples diagnósticos.

Morley también añade que algunos de los síntomas más comunes del TDAH, como tener pensamientos tristes a veces o desconectar, pueden ser universales. «Lo que todo el mundo pretende con el autodiagnóstico es entender cómo vivir una vida más fácil», asegura. «Y la terrible verdad es que a veces es increíblemente difícil ser un ser humano».

Ver vídeos y poner una etiqueta rápida puede parecer útil, pero en realidad puede complicarnos la vida. «Seguimos intentando optimizar nuestras vidas y solucionar todos los problemas», afirma, mientras que el enfoque consciente consistiría en aceptar nuestros defectos como parte de la experiencia humana.

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