China era la capital mundial de las criptomonedas. Gracias a su energía barata y a una legislación favorable, las mineras se establecían en masa en un país que se resistía a acoger el proceso de creación de monedas y validación de transacciones, que consume mucha energía. En 2019, a pesar de aprobarse cierta regulación y la prohibición de ofertas iniciales de monedas años antes, el líder de China, Xi Jinping, hizo un llamamiento a la implementación generalizada de la tecnología blockchain para apoyar la búsqueda del país de sistemas de datos seguros y fiables. Bajo esta premisa, impulsó la investigación de blockchain adelantando a Estados Unidos en este campo. En su punto álgido, en 2021, el país representaba casi el 70% de la minería mundial de criptomonedas.
Pero en mayo de ese año, el país asiático cambió de rumbo. La preocupación por el uso de criptodivisas para actividades ilegales dio lugar a una prohibición efectiva de la minería y las transacciones de criptodivisas. Zongyuan Zoe Liu, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de China, me indicó que la prohibición se debía al riesgo que las cripto suponían para el sistema financiero chino por actividades como el blanqueo de dinero. Esto hizo explotar el sector.
Las empresas criptomineras huyeron inmediatamente, y muchas se trasladaron a la cercana Kazajistán, donde había abundancia de carbón. La minería de bitcoins requiere resolver problemas matemáticos cada vez más complejos, por lo que los cientos de máquinas especializadas que se utilizan en el proceso (junto con el equipo para refrigerarlas) consumen una enorme cantidad de electricidad. Según el Cambridge Bitcoin Electricity Consumption Index, Kazajistán pasó de representar el 7% del hashrate global (la potencia computacional necesaria para fabricar nuevos bitcoins) en mayo de 2021 a casi el 20% solo tres meses después. La afluencia de mineros empezó a absorber el 7% de la energía generada en el país, disparando el precio del combustible y provocando apagones generalizados. Tras una protesta pública masiva a finales de 2021, se aisló a los mineros de la red.
Entonces llegaron a Estados Unidos. En la actualidad, Estados Unidos representa alrededor del 40% del hashrate mundial (frente al 17% durante el pico de China en 2021), lo que convierte a este país en el mayor centro de minería de bitcoins. Las 52 operaciones de minería de criptomonedas del país utilizan alrededor del 2% de la energía, suficiente para abastecer a todo el estado de Utah o Virginia Occidental. Aunque no ha provocado una crisis como la de Kazajistán, el consumo masivo de energía sí ha causado el rechazo de la población local y ha aumentado la preocupación por la llegada de empresas chinas. Y este es solo el último ejemplo de cómo China expulsa industrias que perjudican a su población para que acaben a las puertas de Estados Unidos.
***
Entre las principales empresas de minería de propiedad china que emigraron a Estados Unidos estaba Bit Mining. En mayo de 2021, la compañía tenía el mayor centro de datos e instalaciones de criptominería del mundo, en China. En septiembre, tras un breve paso por Kazajistán, se instaló en Akron (Ohio, Estados Unidos) en un edificio que fue propiedad del gigante de los neumáticos Goodyear. Otras empresas de minería de bitcoins se instalaron en regiones rurales de Estados Unidos con electricidad asequible, normativas favorables y amplio espacio para almacenes. Pero estas ruidosas instalaciones, que suelen dar empleo a unas pocas docenas de personas, no han sido bien recibidas por los vecinos.
«La cantidad de energía que consumen estas empresas es asombrosa», resume Jeremy Fisher, asesor estratégico del Programa de Derecho Medioambiental de Sierra Club. En Rockdale, Texas, por ejemplo, una instalación minera de Riot Platforms utiliza 450 megavatios de energía, el equivalente a lo que se necesita para abastecer a unos 300.000 hogares. La electricidad también se está convirtiendo en un problema cada vez más acuciante en la crisis climática. Los cortes de electricidad en todo el país han aumentado un 64% desde principios de la década de 2000, y los relacionados con las condiciones meteorológicas, un 78%.
«En un momento en que tenemos que aumentar rápidamente la cantidad de energía renovable y cerrar las plantas de combustibles fósiles, el mecanismo proof-of-work está remando en dirección contraria», añade Fisher.
La resistencia a la minería de bitcoin se ha manifestado sobre todo a nivel local. Vecinos frustrados de Murphy, Carolina del Norte o de Massillon, Ohio, además de otros lugares, están firmando peticiones, formando coaliciones y creando canales de YouTube para luchar contra este negocio. Gladys Anderson, que vive junto a una instalación minera en Bono, Arkansas, habló de su experiencia en una reunión del consejo municipal para una instalación propuesta en Vilonia, Arkansas, el verano pasado. «Me ha causado muchos dolores de cabeza. Mi hijo está ahora mismo en el patio trasero con un ataque de nervios», afirma. Su hijo, que es autista, tiene dificultades para soportar el ruido.
En un momento en que tenemos que aumentar rápidamente la cantidad de energía renovable y cerrar las plantas de combustibles fósiles, el mecanismo proof-of-work está remando en dirección contraria
Las instalaciones de Bit Mining en Akron también se han enfrentado a la oposición de los vecinos. «Van a utilizar mucha agua, y las tarifas eléctricas tienden a subir para este tipo de cosas«, argumenta Kelley Sayre, residente de la zona. Según un análisis del New York Times, la energía utilizada por las instalaciones de Akron se tradujo en 705.000 toneladas de emisiones de CO₂ al año (aproximadamente la cantidad anual de emisiones de dos centrales eléctricas de gas). Bit Mining no ha respondido a Business Insider para participar en este artículo.
La alcaldía de Akron tampoco está entusiasmada con la mina. «La industria de la minería de bitcoin en su conjunto es contraria a los valores y objetivos políticos de esta administración. Las operaciones de minería digital consumen una cantidad exorbitante de electricidad, emplean a muy pocas personas y ocupan una cantidad considerable de espacio», afirmó en un comunicado Stephanie Marsh, directora de comunicación de la ciudad de Akron. Marsh dice que la ciudad preferiría que el espacio fuera ocupado por una empresa que pudiera proporcionar cientos de puestos de trabajo y contribuir a la economía local. No está claro qué beneficios obtiene la ciudad de las instalaciones de Bit Mining.
***
Frente a la oposición local hay una nueva fuerza poderosa y ascendente: el lobby del bitcoin. Las empresas tecnológicas y los inversores en bitcoin ya están influyendo en la legislación de estados como California, donde el pasado septiembre el gobernador Gavin Newsom vetó un proyecto de ley que habría establecido un marco regulador y de concesión de licencias para los «activos financieros digitales». Su veto se produjo después de que el sector de las criptomonedas gastara más de 400.000 dólares (unos 360.000 euros) en actividades de presión. Esa influencia también ha crecido a nivel nacional. Los lobbies del bitcoin gastaron más de 20 millones de dólares (más de 18 millones de euros) para asegurarse de que el Congreso bloqueara la supervisión federal de las criptomonedas por parte de la Comisión de Bolsa y Valores (la SEC, equivalente a la CNMV en España), lo que hizo en mayo.
«Bitcoin representa la libertad, la soberanía y la independencia de la coerción y el control del Gobierno», declaró el expresidente Donald Trump a los defensores de las criptomonedas en la Conferencia Bitcoin de julio en Nashville, revirtiendo su anterior oposición, que calificó de estafa durante su presidencia. Entre atronadores aplausos, Trump prometió despedir al presidente de la SEC y posicionar a Estados Unidos como la «criptocapital del planeta». En respuesta, los inversores en cripto volcaron millones en la campaña de Trump.
En 2008, el inventor de bitcoin, Satoshi Nakamoto, cuya identidad sigue siendo desconocida, describió la moneda como «muy atractiva para el punto de vista libertario». La supuesta naturaleza descentralizada del blockchain ha atraído a partidarios que creen en la economía del libremercado y en el tecno-utopianismo. Los defensores de las criptomonedas sueñan con un mundo en el que las instituciones financieras sean sustituidas por criptodivisas descentralizadas, dinero que, según ellos, es a prueba de inflación.
Sin embargo, en los últimos años, la minería de bitcoins se ha concentrado cada vez más en manos de un pequeño número de empresas privadas. En 2021, la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos descubrió que el 10% de los mineros controlaba el 90% de la capacidad de minería de bitcoin. «La concentración de la tenencia de la moneda, el poder de procesamiento y las habilidades de programación en manos de un grupo de personas que son efectivamente socios en una empresa derrota todo el propósito de emplear una estructura blockchain», escribió el economista Saifedean Ammous en su libro The Bitcoin Standard.
A medida que la industria crece, los propietarios de esta actividad tan concentrada se están convirtiendo en objeto de especial interés para los políticos preocupados por la nueva Guerra Fría con China.
***
En una reunión del Ayuntamiento de Massillon, Ohio, celebrada en marzo, muchos residentes expresaron su preocupación por la propuesta de instalación de la empresa de minería de criptomonedas de Bitdeer Inc. La compañía posee instalaciones en todo el mundo y cotiza en el Nasdaq; la instalación propuesta en Ohio constaría de 30 edificios en 12,5 hectáreas de terreno y emplearía a 70 personas. Cheyanne Diehl, de 29 años y residente en Massillon, indica que no solo le preocupaban el consumo de energía y el ruido, sino también el país de origen de la empresa. «Algunas de estas preguntas quizá ustedes no puedan responderlas, pero yo quería saber si hay algún factor que pueda motivar a una pequeña ciudad estadounidense a plantearse la construcción de una instalación de bitcoin, especialmente cuando el propietario de la instalación es un multimillonario chino», señaló. En abril, el Ayuntamiento de Massillon votó por 8 a 1 a favor de seguir adelante con la instalación con la esperanza de estimular la economía. Su construcción está prevista para el próximo verano.
En toda la economía, China parece ir siempre un paso por delante de Estados Unidos
En Arkansas, la reacción fue tan fuerte que el estado dio marcha atrás en la aprobación de leyes que permitían la minería. En su lugar, ha aprobado este año una normativa que aborda la reducción del ruido, la proximidad a zonas residenciales y la propiedad extranjera.
El aumento de las operaciones de minería de criptomonedas propiedad de inversores chinos ha llevado a la Administración Biden a vigilar de cerca el sector. En mayo, el presidente ordenó a una empresa minera con mayoría de inversores chinos que vendiera sus instalaciones cercanas a una base de misiles nucleares en Wyoming, argumentando que suponía un riesgo para la seguridad. Un portavoz de la embajada china en Washington, Liu Pengyu, afirmó que este tipo de «politización» del libre comercio socavaba «la confianza internacional en el entorno del mercado estadounidense».
Se trata de otro motivo de fricción en la tensión económica que ya hay entre Estados Unidos y China. En todos los ámbitos de la economía, China parece ir siempre un paso por delante de Estados Unidos. Cuando el país asiático prohibió las importaciones de plástico, Estados Unidos tuvo que lidiar de repente con sus propios residuos plásticos. Cuando China aumentó la producción de chips informáticos, Estados Unidos se apresuró a ponerse al día. Y cuando China puso en el mercado vehículos eléctricos baratos, Estados Unidos impuso rápidamente fuertes aranceles para no perjudicar al mercado nacional de vehículos eléctricos. Ahora, las empresas criptomineras chinas absorben la energía de Estados Unidos.
Para Fisher, del Sierra Club, la solución pasa por varias vías. Dice que es importante que haya transparencia y garantizar que los contribuyentes locales no estén subvencionando las instalaciones mineras de bitcoin. «Ahora mismo es rentable minar criptomonedas con costes de electricidad que dejan fuera de juego a las acerías. Pero puede que tengamos que aplicar tasas para garantizar que la red siga siendo asequible para los contribuyentes y las industrias», afirma. Su recomendación final es ambiciosa: una moratoria sobre nuevas instalaciones mineras.
Fisher no es el único que pide una pausa en la construcción de nuevas instalaciones. El Ayuntamiento de Harrison, en Arkansas, por ejemplo, impuso una moratoria de varios meses a una instalación de Green Digital tras comprobar la oposición de toda la ciudad al proyecto. Al final dio luz verde, pero demostró que un ayuntamiento era capaz de imponer una moratoria.
Teniendo en cuenta la cantidad de energía que consume la minería de bitcoin, cabe preguntarse si su presencia en Estados Unidos merece realmente la pena. La visión de futuro del lobby del bitcoin se ha limitado hasta ahora al ámbito de la utopía y, si no se controla, podría acelerar una distopía climática para todos nosotros.
Conoce cómo trabajamos en BusinessInsider.
Etiquetas: Criptomonedas, Trending, Cambio climático, Minar criptomonedas, Energía, Bitcoin, Energías renovables
Comments