TARRAGONA, 12 de abril. (PRENSA DE EUROPA) -
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) encontró que los terremotos que siguieron a la inyección de gas en la instalación de almacenamiento de Castor en 2013 se debieron al movimiento de una falla desconocida más profunda que la de Amposta, no a la inyección en sí.
El estudio, realizado por expertos del Instituto de Diagnóstico Ambiental e Investigaciones del Agua (IDAEA) y el Instituto de Ciències del Mar (ICM), ambos parte del CSIC, ha complementado así la conclusión del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) . .
El MIT, que fue consultado por el gobierno central sobre el abandono de la instalación de almacenamiento, atribuyó la ola sísmica a la inyección inicial de gas que se llevó a cabo para permitir que este antiguo campo petrolero operara como una instalación de almacenamiento de gas.
Sin embargo, en un estudio publicado en Geophysical Research Letters, el CSIC situó sismos a profundidades de entre 4 y 10 kilómetros, muy por debajo del punto donde se inyectó el gas (a una profundidad de 1,7 kilómetros).
Según el estudio, la inyección de gas, que duró 15 días, provocó un aumento de presión que reactivó la falla de Amposta y generó un deslizamiento de tierra que no generó sismicidad, pero que resultó en una falla diferente, más profunda y previamente desconocida provocada por la vertical. La fuerza movió el gas, que es más liviano que el agua, y provocó los terremotos que se podían notar en el suelo.
“En las profundidades del almacenamiento de gas uno esperaría terremotos de baja magnitud, ya que las rocas son relativamente blandas y se deforman no de manera abrupta sino cada vez más cuando se rompen”, dijo el investigador del IDAEA y autor del trabajo, Víctor Vilarrasa.
El investigador del ICM Antonio Villaseñor agregó que "las dos formaciones (el reservorio de gas y la falla profunda donde ocurrieron los terremotos) no están unidas hidráulicamente y por lo tanto el aumento de presión causado por la inyección de gas no puede ser tan bajo".
MAGNITUD 4
El también autor del estudio e investigador del IDAEA, Jesús Carrera, ha elaborado que "los sismos que superaron la magnitud 4 -mayor que los observados en las instalaciones subterráneas de almacenamiento de gas- ocurrieron unos días después. Se detuvo la inyección, que es la interpretación de este terremoto ".
La investigadora del Instituto de Geociencias de Rennes (Francia), Silvia de Simone, que colaboró en el estudio, ha asegurado que se podía predecir "la posibilidad de reactivación" del error de Amposta.
En su opinión, "esto subraya la necesidad de examinar con detenimiento las zonas en las que se prevé realizar actividades en las profundidades subterráneas antes de iniciar la instalación".
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