Desde 2018, la Comunidad de Madrid ocupa el primer lugar en el podio como locomotora de la economía española, un papel que tradicionalmente mantenía Catalunya. La rivalidad y el mirarse la una a la otra de reojo no está solo relacionado con el fútbol (Barça-Real Madrid), sino con la economía. En 2022, el último ejercicio del que hay datos sobre la contabilidad regional en el Instituto Nacional de Estadística (INE), la comunidad de la capital del Estado se situó en el 19,4% del producto interior bruto (PIB) total, frente al 19% de Catalunya, como consecuencia de un mayor ritmo de crecimiento, que aumenta su peso en el conjunto.
Las perspectivas, en todo caso, son halagüeñas para ambos territorios. Aunque es cierto que la tendencia a favor de Madrid se incrementó tras 2017, el año en el que se celebró el referéndum de independencia en Catalunya, declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, el ‘sorpasso’ madrileño viene de atrás. En concreto, la comunidad que alberga la capital de España ya se situó primera en 2012, con el 18,9% del PIB total frente al 18,8% de Catalunya. Luego mantuvieron un empate en 2013, en 2016 y 2017. Ahora la tendencia parece que discurre en favor de Madrid por mantener un ritmo de crecimiento mayor.
El Govern elaboró recientemente sus nuevas previsiones para el periodo 2024-2025 y estima que en el ejercicio actual, el crecimiento será del 2,1%, lo que supondrá alcanzar por primera vez los 300.000 millones de euros. El año pasado, el alza del producto interior bruto (PIB) fue del 2,6%.
En Madrid, por su parte, las estimaciones son aún más positivas. El servicio de estudios de BBVA, augura un crecimiento del 2,5% este año, frente al 3,3% del ejercicio pasado. Y para el año que viene sería del 2,6% y, en esta ocasión, una décima por debajo del estimado para Catalunya, que sería del 2,7%. Para 2024, en cambio, el mismo servicio de estudios estima para Catalunya un alza del 2,1%, que CaixaBank Research sitúa en el 2% y para Madrid, en el 2,2%. Al crecer más aumentará también la distancia del peso de Madrid en el PIB total frente al de Catalunya.
Y hay otro elemento que distancia a Madrid del resto de comunidades autónomas y también de Catalunya. Y este es el reparto de la riqueza, es decir el PIB per cápita, situado en 2022 en un total de 38.435 euros por habitante. Catalunya fue la cuarta, con 32.550 euros, por detrás de Euskadi (35.832 euros) y de Navarra (33.798 euros), ambas con regímenes propios de financiación con el concierto o convenio económico.
La media nacional se situó en 28.162 euros por habitante y la de la Unión Europea (UE), en 35.440 euros. La capital de España se ve beneficiada por la presencia de gran número de sedes sociales y servicios centrales de grandes compañías, donde se concentran muchos directivos y altos ejecutivos cuyas retribuciones están muy encima de la media. Y además existe el ‘efecto capitalidad’, que convierte el centro del país en lo que un estudio elaborado por el Instituto Valenciano de Estudios Económicos (IVIE) bautizó como una «aspiradora», que afecta esencialmente a las comunidades que tiene alrededor.
Hay otro elemento que diferencia a ambas comunidades. Desde octubre de 2017, se han marchado de Catalunya más de 5.700 sedes empresariales, si bien el saldo, es decir la diferencia entre las que se fueron y las que vinieron es una pérdida neta de unas 2.700. En el caso de Madrid, la comunidad ha ganado 1.800, tras compararse la marcha de más de 7.000 sedes durante este periodo de tiempo con el desembarco en esta comunidad de casi 9.000. Ante este panorama han surgido iniciativas para atraer de nuevo cuarteles generales de compañías que se marcharon, como Banc Sabadell, a Alicante; CaixaBank, a València; Naturgy, Abertis o Cellnex, a Madrid; o Pastas Gallo, a Córdoba, por poner solo unos ejemplos. Pero las propuestas van desde estimar que con la estabilidad política podrían regresar algunas sedes, algo que defienden desde Foment del Treball o el PSC hasta penalizar a las que no hagan, algo por lo que aboga Junts.
La contrapartida hasta ahora está siendo en Barcelona y Catalunya, además del fortalecimiento de un ecosistema de ‘startups con más de 2.000 empresas de base tecnológica y espíritu innovador, el desembarco de en torno a un centenar de centros de innovación y tecnológicos de multinacionales. Uno de los últimos ejemplos ha sido la ubicación en Barcelona del ‘hub’ europeo de la farmacéutica AstraZeneca.
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