El Museo de Altamira exhibe la obra de Eva Miquel "Fuera del agua"

El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira inauguró este viernes la exposición temporal “Desde el agua” de la artista Eva Miquel (Barcelona, ​​1970), que forma parte de la programación del festival PHotoEspaña y con la que abre la temporada de exposiciones.

En la exposición, que podrá verse hasta el 6 de noviembre, Eva Miquel rinde su especial homenaje a "la solemnidad del paisaje a través de sus aguas caudalosas". Con una mirada poética similar a la de los pintores románticos, “se sumerge en escenarios oníricos que revelan la realidad sangrienta de una tragedia actual: la crisis migratoria”.

En sus dibujos a lápiz, la artista plasma “una combinación de sensaciones en las que el placer estético y la inexplicable inquietud se mezclan en un complejo proceso creativo que comienza en la fotografía”. De esta forma consigue convertir la estética convencional de los dibujos a lápiz de grafito en un look "totalmente contemporáneo".

También experimenta con otros soportes y formatos, interviene con el color en cajas de luz y convierte la fotografía en un objeto tridimensional. Así, “con una mirada poética e inquietante, un lenguaje sencillo y clásico, escenarios fotográficos y un sinfín de texturas, transporta al espectador al paisaje, transportándolo a su propia experiencia y posicionándolo como protagonista del momento”.

Y ese es precisamente uno de los principales objetivos de Eva Miquel, guiar al espectador por un paisaje emocional, un paisaje de identidad, como ha explicado la propia artista.

En la presentación de la exposición también intervino el director de PHotoEspaña, Claude Bussac; la directora general de Acción Cultural del Gobierno de Cantabria, Gema Agudo; la Subdirectora General de Museos Nacionales, Mercedes Roldán; y el director del Museo de Altamira, Pilar Fatas.

El título "Fuera del agua" revela el papel principal que juega el mar en esta exposición. De hecho, lo penetra todo "como para extenderse más allá de los confines del portador, dejando a lo lejos algunas pistas, árboles, montañas y edificios que representan símbolos de la tortuosa búsqueda de un norte, de un horizonte que yace en medio de el asimiento a la marea.

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