El Parque Natural de Cabárceno, gestionado por Cantur y dependiente de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes del Gobierno de Cantabria, cuenta con una nueva hembra de rinoceronte blanco en su grupo reproductor desde el 25 de octubre del año pasado.
La presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, junto con el ministro de Cultura, Turismo y Deportes, Luis Martínez Abad, y el director del Parque, Miguel Valdés, recibieron a Tamika y aprovecharon su reciente visita a las instalaciones de Cabárceno para Inaugurar el nuevo mirador de elefantes.
El ejemplar procede del Zoológico de Salzburgo (Alemania), donde nació hace cuatro años, siguiendo las recomendaciones del Programa Europeo de Conservación Ex situ (EEP) de esta especie, coordinado por la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA). .
La experiencia de la institución cántabra en la conservación y reproducción de esta especie influyó en la decisión, anunció el ejecutivo regional en un comunicado.
Tamika, que pesa unos 1.500 kilos, vivirá con otras tres mujeres: Nora, de 31 años; Zola, de 19 años, y Sena, de 4 años, que se unieron al grupo el año pasado. También estará con Cosme, el perro reproductor nacido en Cabárceno en 2013.
Su integración se produce de forma paulatina y según su voluntad. En estos primeros días el animal se acostumbra con normalidad a su nuevo hábitat y se familiariza con el grupo.
Los rinocerontes de Cabárceno viven en un recinto de tres hectáreas adaptado a sus necesidades y preparado para facilitar el manejo de ellos a sus cuidadores.
El rinoceronte blanco (Ceratotherium simun) es la mayor de las cinco especies de rinocerontes existentes. Los ejemplares pueden alcanzar un peso de hasta 2.500 kilogramos y, con una longitud de 4,2 metros y una altura de 1,85 metros, se encuentran entre las especies más grandes del continente africano.
Su característica principal es su cuerno de queratina, y este es precisamente el motivo de su caza ilegal y la mayor amenaza para su supervivencia.
El rinoceronte blanco es una de las especies que tiene más dificultades para reproducirse en cautiverio, y cada año se producen muy pocas crías en Europa.
Sin embargo, en las tres décadas de existencia del Parque Natural de Cabárceno se han producido tres nacimientos, y el primero de ellos, un ejemplar llamado Miguelín, se ha convertido en uno de los machos reproductores más valiosos de Europa.
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