La presidenta de la Comunidad de Madrid visita este martes Melilla. Celebrará allí el Día de Melilla junto a su compañero de partido y presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, con quien participará en la Plaza de Armas en un acto institucional que dará cierre a la batería de actividades que durante este fin de semana se han celebrado por los 527 años de españolidad de este territorio. Todo muy protocolario, pero en un contexto en el que el choque entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el PP y todas las comunidades autónomas gobernadas por los populares está a un paso de llegar a los tribunales por la crisis migratoria, una cuestión crucial para los vecinos de Melilla aunque el foco en las últimas semanas esté en Canarias y Ceuta.
La falta de acuerdo entre el Ejecutivo central y los populares por este asunto ya ha provocado que este verano el presidente de Ceuta, Juan Vivas, haya lanzado una llamada de auxilio a las comunidades autónomas por la saturación de los centros de atención de menores inmigrantes no acompañados en su ciudad. El PP logró sortear esta llamada de atención a pesar de ser uno de los suyos quien alzaba la voz entre las regiones más necesitadas. En Canarias, el Ejecutivo liderado por Fernando Clavijo, tras una reunión con Alberto Núñez Feijóo y la manifestación pública de su hartazgo con Sánchez por no encontrar una solución consensuada a los problemas de la inmigración, aprobó un protocolo de acogida más estricto que el Ejecutivo ha llevado a la Fiscalía esta semana y tiene visos de terminar en el Tribunal Constitucional, la expresión máxima del choque institucional que está provocando esta crisis.
La visita de Ayuso se enmarca dentro de las relaciones institucionales entre gobiernos regionales, remarcan en la sede del Gobierno de Madrid. Imbroda había invitado en varias ocasiones a Ayuso a celebrar allí este día pero la agenda hasta ahora no lo había permitido, explican. Lo cierto es que la única presidenta autonómica que se ha desplazado a uno de los focos de conflicto por el paso de fronteras desde el recrudecimiento de la crisis migratoria a comienzos de este verano.
Intervención en el acto central
La participación de la presidenta madrileña, que en principio se limitará a acompañar a Imbroda por la tarde e intervenir en el acto central de última hora del día, ya ha provocado el enfrentamiento entre las autoridades locales. El PSOE local no entiende la necesidad de que sea ella quien acuda en esta ocasión por el «extremismo» que le achacan en este y otros asuntos. Precisamente en el Estado del debate de la Región celebrado la semana pasada en la Asamblea de Madrid la inmigración fue uno de los asuntos polémicos y Ayuso volvió a incidir en la idea de que Barajas está siendo un «gran agujero» para la inmigración y acusó al Gobierno de no controlar las fronteras.
Ayuso ha evitado polemizar con la Ley de extranjería que se ha debatido en el Congreso y que ya fue rechazada por el PP, dejando siempre los detalles a la dirección nacional, pero su postura ha quedado clara en distintas ocasiones cuando ha culpado al Gobierno de falta de proyecto, de no controlar los lugares de tránsito y las fronteras de España, o ha recriminado al Ejecutivo que levante campamentos para inmigrantes en la región y de tratarlos «como a fardos».
En el debate del estado de la Región, Ayuso señaló que su obligación es acoger a los menores no acompañados que llegan a la región y apostar por un modelo de integración para todos los inmigrantes, pero pone de ejemplo un sistema madrileño que la oposición deplora. El capítulo de la violencia vinculada a la inmigración que comenzó en Alcalá de Henares hace ya un año sigue en la retina de los grupos de oposición. Las críticas le llegan tanto desde la izquierda, que le reprochan ser demasiado dura, como desde la ultraderecha por quedarse corta.
Críticas de la oposición
En el PSOE le acusan de «pasar a polemizar con Vox a adelantarle por la derecha» cuando habla de inmigración. Hoy mismo lo han vuelto a repetir en la comisión de Familia donde se ha debatido precisamente sobre el modelo de integración de los menores inmigrantes no acompañados. Ante acusaciones como esta, la presidenta responde desde hace unas semanas diciendo que es un ayuntamiento gobernado por el PSOE – Fuenlabrada- el que rechaza la creación de un nuevo centro de acogida de inmigrantes que tiene a los dos partidos en guerra desde que se anunció.
Esta polémica lleva arrastrándose ya varios meses, desde que el Gobierno de la nación comunicó el reparto de menores a las comunidades autónomas y Ayuso decidió crear este centro para trasladarlos allí. Pero en el PSOE critican que tal y como está concebido – con un centenar de plazas en un polígono industrial – solo servirá para crear un «gueto» y que se incumplen las normas de integración de la propia Comunidad de Madrid, por lo que piden la construcción de varios centros más pequeños.
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